El cambio climático: ¿pura ficción?
Se está acabando el año del cine climático, al menos así lo he vivido yo. 2016 debutó con Demain (Mañana), un documental francés protagonizado y producido por actores que buscan despertar en el espectador la conciencia ecológica y conseguir entre todos, de manera colaborativa, re-crear el mundo de mañana. Continuó el «festival off de cine medioambiental» con Before the flood (Antes del diluvio), la contribución personal y a la vez muy bien documentada de Leonardo di Caprio para luchar contra el calentamiento global y para sobre todo intentar dar un golpe de timón a la política medioambiental de los EEUU. El filme se quedó en eso : en bonito alegato pero en puro intento.
Y ya a las puertas del 2017 se anuncia una nueva película con telón de fondo de «desastre climático en ciernes», The humanity project (El proyecto de la humanidad). En este caso el cabeza de cartel es Nicholas Cage y la película, clasificada de ciencia ficción, nos traslada al horizonte no tan lejano del 2030, cuando una gran parte del Midwest americano se ha convertido, según el guión, en territorio inhabitable por culpa del tan manido cambio climático.
Me pregunto si tanta película de eco-desastre, ya sea una calamidad que se anuncia en base a datos científicos o ya sea pura creación artística del guionista de turno, si ello sirve realmente para combatir el cambio climático o tal vez resulta más bien contraproducente. El cambio climático es, por desgracia, mucho más que un buen argumento para conseguir reventar la taquilla. ¿No estaremos empezando a confundir los términos?
Me pregunto también por qué hay tanto actor metido a apóstol de la lucha contra el cambio climático. Tengo mi propia respuesta a esta pregunta. Se me ocurrió mientras visionaba Antes del diluvio. Como parte del guión te cuentan que Di Caprio tenía que filmar unas escenas de su siguiente película en Canadá, en un escenario nevado. Pero resulta que ni el invierno ni las nevadas son ya de fiar. Tuvo que trasladarse Di Caprio y todo el equipo de rodaje al otro extremo de América, a Argentina, para poder rodar en unos exteriores bien nevados tal como exigía el guión.
Con esto quiero decir que los actores son testimonios de excepción del cambio climático. Por exigencias del guión se dedican a recorrer el mundo cuan ancho es y conocen de primera mano lo que supone la explotación aparentemente sin fin de los recursos naturales y la destrucción que el hombre está provocando en los ecosistemas. Y no sólo son testigos oculares sino que además tienen acceso directo a los medios de comunicación. Me digo que debe ser casi una consecuencia lógica: si eres un actor famoso, ves lo que está pasando en el mundo y por lo tanto en algún momento acabas por producir o protagonizar una película, a menudo una road-movie global, para mostrar a los demás lo que tú mismo has visto y para despertar las conciencias aletargadas de los espectadores. ¿Qué otro medio de comunicación de masas es tan masivo -valga la redundancia- y tan popular como el cine? Y si es así, ¿realmente nos estamos despertando del letargo?
Si la realidad que va llegando -según lo que nos explica la ciencia- da más miedo que cualquier ficción que se invente la industria del cine, ¿por qué los políticos no están tan o más implicados en esta campaña de propaganda pro-planeta Tierra que los mismos actores? Contamos con la honrosa excepción de Al Gore y Una verdad incómoda y poco más. ¿No será este desfase entre la implicación del colectivo actoral y el desinterés palmario – por no decir la negación sistemática- de la clase política lo que debería darnos aún mucho más miedo? Porque, insisto, no estamos hablando de películas de Hollywood para lucimiento del héroe trasnochado y curtido en mil batallas, quien va a salvar el mundo in extremis y encima va a conquistar contra todo pronóstico a la heroína. Hablamos del futuro del planeta Tierra, donde habitamos actores, políticos y nosotros, todos los demás, el 99% restante.
Creo que el cambio climático dejará de ser «pura ficción» el día que deje de ser el tema de los actores y empiece a ser la preocupación de los políticos. El día en que abrirá sección no porque es el titular de la última nota de prensa de una ONG medioambiental sino porque forma parte del discurso no de uno sino de muchos parlamentarios. El cambio climático es ya una realidad que sufren millones de personas en el planeta. Pero mira por dónde, esos millones ni son actores, ni políticos, ni tienen alcance a los medios de comunicación y quizá ni siquiera sean conscientes de por qué está pasando lo que está pasando. Ojalá que se opere el milagro. Ojalá acabemos de desperezarnos y nos despertemos de una vez del letargo. Ojalá que ese día llegue más pronto que tarde.
Fotos: Climate Change #COP17 Wordle, Uncle Sam aggressively promotes solar energy in Los Angeles, Climate Change human sign Stkilda beach 1 vía Flick / The Commons
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