_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Cómo explicarlo?

Juan José Millás

RUTH BEITIA, que así se llama la mujer a la que hemos sorprendido en pleno vuelo, tuvo que reunir una cantidad de fuerza física y de concentración mental increíbles para elevarse casi dos metros sobre el suelo y llevarse una medalla de oro en los pasados Juegos Olímpicos de Río. El esfuerzo, si uno se fija mucho, se percibe en los músculos del cuello, tensos como cables de acero, y quizá en los del hombro, que dibujan culebras en la piel. Se percibe un poco de violencia también, claro, en la cola de caballo, por la acción del aire. Pero el resto de su cuerpo transmite una extraña sensación de reposo, como si al alcanzar la altura que la condujo al podio se hubiera echado un sueñecito.

Ahí la tienen, eternizada en esas décimas de segundo durante las que da la impresión de haber conquistado una ingravidez deliciosa. Parece que flota dormida o muerta en el espacio y que si alguien no la sujeta continuará elevándose como si pesara menos que el aire. Tal vez, durante ese instante decisivo, fue así. Es posible que una suerte de éxtasis sobrevenido la liberara momentáneamente de la servidumbre de la gravedad. Si yo fuera ella, recordaría durante el resto de mi vida ese momento en el que me entregué a la quimera de volar. Luego, de repente, la realidad se puso en marcha de nuevo y la mujer dormida o muerta resucitó sobre la colchoneta con gestos de alborozo dirigidos a su entrenador y al público. Todo en orden. ¿Pero cómo explicar lo sucedido durante esas décimas de segundo que se meció en el vacío lo mismo que la hoja de un árbol suspendida en el aire?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_