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Tentaciones

¡EXTRA! ¡EXTRA! ¡Cristiano Ronaldo se cambia de sexo!

En la mente calenturienta del actor y guionista Manuel Burque, autor de nuestro primer relato de fan fiction

Getty
Imagina lo que quieras. Esta es la invitación que hemos lanzado al aire en nuestra sección de fan fiction. El cómico Manuel Burque, colaborador del programa Likes de #0 y autor del guión de la próxima comedia Es por tu bien, ha sido el primero en aceptar el reto.

Otra clase de héroe

Izabel. Liliana. Apolonia era el primero de su lista. Apolonia. Cada vez que lo pronunciaba mentalmente explotaba un escalofrío en su pecho que le obligaba a sonreír. Pero era consciente de que sonaba demasiado pomposo, demasiado teatral. Ya debería tenerlo decidido después de tantos años, pero no quería precipitarse. Cuando vas a tener un hijo tienes nueve meses para pensártelo y a él le quedaba casi el mismo tiempo para volver a nacer.

—El doctor le atenderá en un momento.

El enfermero hizo el amago de retirarse, pero se quedó paralizado, mirándole con una sonrisa nerviosa.

Sr. García

—Es… es usted muy valiente.

Él asintió sin darle importancia y el enfermero se alejó agobiado, lamentando la frase elegida. Observó la sala de espera del endocrinólogo y advirtió un cuenco con fruta y revistas sobre la mesa. Le invadió la ansiedad al volver a ver aquella fotografía en la que posaba como haciendo la comunión. Era la revista que dio la primicia. Respiró y la cogió con desgana. Buscó su entrevista entre anuncios de perfumes. No la había leído todavía.

"¿Eres consciente de que tu decisión puede ayudar a mucha gente?". Las preguntas estaban pactadas y chistó al leer su respuesta. Palabras vacías de cara a la galería. Él no se sentía un espejo de nadie.

Nunca quiso darle bombo a su decisión. Simplemente le empujaron a hacerlo así. El club había invertido muchísimo dinero en él y no estaban contentos. Por supuesto, rescindieron el contrato inmediatamente, con la excusa de que su tratamiento hormonal no era compatible con la práctica del fútbol. Tenían razón, él sabía que no podría seguir jugando. Pero la verdadera razón del club era otra.

Ningún jugador había salido del armario en los casi 90 años de liga. ¿Cómo iba a recibir la afición el anuncio de que su jugador estrella, uno de los mejores de la historia, quería someterse a la cirugía de reasignación de sexo? Además, él no era gay. Era bisexual. Pero explícale tú todo eso a un hincha.

La sorpresa llegó de sus compañeros de profesión. Recibía whatsapps de cariño, de ánimo, incluso algunos le daban las gracias. Cuatro jugadores habían anunciado su homosexualidad desde entonces. Había puesto todo patas arriba. La presión social había obligado al gobierno a penar los cánticos homófobos y ya se habían llevado a cabo sanciones ejemplares: dos estadios cerrados y quince personas en la cárcel.

«En el club habían invertido mucho en él y no estaban contentos»

Pero el anuncio también había desatado la ira de la prensa deportiva. Tanto "el bicho", tanto "el animal" y ahora todo eran burlas crueles. Cuando jugaba nunca le dolieron tanto las críticas, ni siquiera las del eterno rival. Esas le motivaban. Pero ahora los ataques iban directos a su corazón. El colectivo LGTB le defendía a capa y espada en público, pero le presionaban en privado para que cediese su imagen. "Puedes servir de ejemplo a mucha gente". No entendían el agotamiento que suponía subirse al estrado para explicar lo mismo una y otra vez .

Un nombre se mencionaba varias veces en la entrevista. Recordó la primera vez que habló con ella y la decisión pasó por su cabeza. Al fin y al cabo sus vidas siguieron patrones similares. Caitlyn ganó una medalla de oro en Montreal y, aunque el decatlón no es el deporte rey, le alzó como estrella. Pero tuvo que esperar hasta casi los 70 para atreverse. 40 años encadenada. La historia de Caitlyn se enterró en sus pensamientos y su deseo la regó cada día durante años.

Salió extrañado de sus recuerdos. Solía pensar que todo lo que había logrado se lo debía a sí mismo, pero estaba sintiendo algo desconocido. Era agradecimiento. Agradecimiento hacia Caitlyn. Sin aquella conversación no habría tomado nunca la decisión. De pronto, entendió la frase de aquel periodista: "La sociedad necesita referentes para atreverse a cambiar". Y entonces llegó otro sentimiento que sí reconocía. Responsabilidad. Mezclada con el ego de todo lo que hacía. Empezó a acariciar la idea de convertirse de nuevo en un héroe. Otra clase de héroe.

—Señor Ronaldo, puede pasar.

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