Una costumbre que desterrar
Cada otoño, la vida universitaria reabre sus puertas y en ella entran miles de nuevos estudiantes con una mezcla de ilusión, nervios y optimismo. Y cada año, tiene lugar en este ámbito la rancia tradición de las novatadas. Hay quien sostiene que son voluntarias, pero es falso: el no someterse a ellas puede suponer el rechazo posterior por parte del resto del grupo. A esto acompaña un sentimiento de laxitud e impunidad, a pesar de que universidades, colegios mayores y residencias se han declarado abiertamente en contra de estas prácticas. En los últimos años se han puesto en marcha campañas de sensibilización, pero se avanza lentamente. Resulta triste que la imagen de los universitarios y los colegios mayores o residencias quede manchada por estos actos reaccionarios y propios de otras épocas. Son lugares que fomentan actividades culturales, deportivas, charlas... y que, en definitiva, ayudan a integrar a las nuevas generaciones de universitarios, creando un tejido social muy fuerte del que todos nos beneficiamos. Hay que abandonar estas prácticas.— Julio Frutos. Madrid.