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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Buscamos la verdad o somos simples ‘voyeurs’?

No sabíamos que el derecho a saber alcanzara la identidad de una escritora de enorme éxito, Anita Raja, que quería disfrutar de su derecho a ocultar

Berna González Harbour
Anita Raja, que publica con el nombre Elena Ferrante
Anita Raja, que publica con el nombre Elena Ferrante

 Sabíamos que hay encendidos debates sobre si los criminales o gentes de mal vivir tienen el derecho a salvaguardar su intimidad. Europa y EE UU debaten sobre los registros de violadores y sus grados apropiados de acceso y duración, como España ha conocido las listas de morosos y los evasores que se acogieron a la amnistía de Montoro. ¿Justicia o escarnio, derecho a saber o derecho a esconder? La pericia informática de algunos sumada a la curiosidad voraz de esta sociedad voyeur que necesita culpables en tiempos de impunidad nos ha hecho celebrar causas con bandera de justicia como la lista Falciani, los papeles de Wikileaks o de Panamá. Son bienvenidas.

Si la evasión ha encontrado su mejor aliado en la ingeniería jurídica, si Suiza pone trabas al acceso a los datos de corruptos como Bárcenas o un ministro vinculado a empresas offshore puede ser poco después candidato a director ejecutivo del Banco Mundial y aquí no ha pasado nada, ¿cómo no vamos a celebrar que alguien nos regale un poco de transparencia, un ojo de cerradura sobre las realidades opacas? Puede que seamos voyeurs pero —nos decimos— queremos saber porque ¡somos los buenos!

Sabíamos todo eso, decíamos, pero lo que no sabíamos es que el derecho a saber alcanzara la identidad de una escritora de enorme éxito que quería disfrutar de su derecho a ocultar. La tetralogía de Elena Ferrante Dos amigas es un fenómeno literario que engarza con un momento en que la amistad emerge como un valor poderoso en sustitución de la vieja estructura familiar.

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Y no ha sido el Sálvame sino medios solventes como son Il Sole 24 Ore, Frankfurter Allgemeine Zeitung y The New York Review of Books los que han publicado la identidad oculta de esta escritora a partir de la filtración de las cuentas bancarias de la editorial italiana Edizione e/o, rompiendo la burbuja que protegía a la traductora Anita Raja de la fama. ¿Seguimos siendo los buenos?

Tenía su encanto una autora que rompía moldes con su intimidad. Acostumbrados al ego abrasador del homo escritor, esa especie que en general nunca se siente suficientemente aplaudida, valorada y considerada por público y crítica, se agradecía la existencia de un ser que prescindía del ruido para centrarse en la literatura. El autor del Lazarillo de Tormes lo tuvo más fácil en el siglo XVI, pero en 2016 no hay escondites.

Curiosos tiempos. La polémica del caso Ferrante ha coincidido en España con la del caso Elvira Navarro desvelado por Babelia. La primera trata sobre la búsqueda de la verdad en contra de la voluntad de su autora (viva) y la segunda sobre la búsqueda de la ficción en contra de la voluntad de la familia de una autora (fallecida). Derecho a la información, en el primer caso, derecho a la creación, en el segundo. ¿Tal vez la verdad no siempre nos haga más libres?

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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