Prelados
Los partidos no son medios para la salvación espiritual, sino para gobernar el orden material


Dos son los vicios castizos que deberían atacar los políticos españoles. El primero, la corrupción, forma parte de la cultura católica sureña y es de difícil moderación, como la ignorancia o la charanga. El segundo, el narcisismo, es el resultado de una concepción eclesiástica del poder. Muchos creen que la democracia es un estadio moral superior y que los jefes políticos deben salvar las almas de los votantes y apacentar el rebaño.
Sin embargo, los partidos no son medios para la salvación espiritual, sino para gobernar el orden material. El aire eclesial se advierte por ejemplo cuando Rajoy dice haber ganado las elecciones, cuando las ganó su partido, en el que hay docenas de personas más capacitadas que él para dirigir el Gobierno y menos contaminadas. O cuando Iglesias dice que ellos quieren “dar miedo”, como la Santa Inquisición, y se disfrazan de punkis para disimular el miedo que pasan en sus casas y en el barrio. O Sánchez, aferrado a una idea moral de la composición de Gobierno y no a una idea técnica del mismo. Su narcisismo le ha propinado un hachazo al PSOE que ya veremos si tiene remedio. Con él se va una parte nefasta del narcisismo socialista, como el de Iceta, modelo de pastor regional que Félix Ovejero califica de “izquierda reaccionaria”.
Los únicos que no parecen fiarlo todo a la salvación del alma y al aplauso del director espiritual son los de Ciudadanos. No apuestan por un obispo, por una santidad, por un líder del lumpen que se chulee ante la cámara. Apuestan por 150 reformas concretas, precisas, que, de cumplirse, colocarían a España en Europa. Y esas reformas las puede consumar un Gobierno de derechas o de izquierdas, porque en España esa diferencia es sobre todo religiosa. ¿Las conocen?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Desafiando el cambio climático, la Vuelta a España 2026 se sumerge en verano en Andalucía
Sumar ultima con el PSOE la reunión para abordar la crisis y advierte del riesgo de parálisis: “Seguir así es alimentar a Vox”
Los Oscar pasarán a YouTube en todo el mundo en 2029 marcando un cambio histórico en la televisión
Detenido en México Jacobo Reyes, líder de la red de contrabando del dueño de Miss Universo
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”




























































