Ponerse
La gente debe acostarse y levantarse con la imagen de un balón en la cabeza.
Aun con la ayuda inestimable del PSOE, para convertir en papilla el cerebro de 47 millones de españoles, no bastará un Real Madrid, ni un Barça, ni un Atlético. Harán falta dos o tres, cada uno con sus Messis correspondientes, sus Ronaldos, sus Torres. Y varias ligas, en sesión continua, desde la mañana hasta las doce de la noche, momento en el que las radios y las teles enlazarán con los programas deportivos que comenten la jornada. ¿Que ya hay fútbol cada día? Sí, pero muy poco para los objetivos que se persiguen. La gente debe acostarse y levantarse con la imagen de un balón en la cabeza. ¿Que el proyecto es caro? ¿Y cuándo resultó gratis idiotizar? ¿Preferiríamos acaso caer en manos de un pueblo con criterio sobre la realidad política y económica, de unos contribuyentes que votaran a conciencia, de una ciudadanía con la capacidad intelectual y cultural precisas para distinguir el discurso de un ladrón del de un servidor público honrado?
En todo caso, seamos realistas. El fútbol actuará sobre las mentes, sin duda ya ha empezado a hacerlo, pero necesitaremos también, para que el programa funcione, debates de televisión y radio en los que se hable de política en el mismo tono con el que hablamos de fútbol. Nada de que Inda insulte a Sardá o Marhuenda a Irene Montero. Todo eso contribuye al embotamiento mental, sí, pero es metadona, cuando lo que hace falta es heroína. Que se radien, que las tertulias se radien y se televisen en un registro idéntico al de los partidos de fútbol. Que un locutor chillón relate, como si se tratara de una final entre el Madrid y el Barça, quién ofende a quién y cómo el tertuliano equis consigue llevar la ofensa hasta la portería de Bescansa. Venga, hombre, es cuestión de ponerse.
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