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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Más allá de The Get Down, el Bronx resiste

The Hub, principal zona comercial del sur del Bronx, un barrio neoyorkino que se encuentra en pleno proceso de gentrificación. Wikimedia Commons.

El pasado 12 de agosto Netflix lanzaba The Get Down, la nueva serie de moda sobre el nacimiento del hip hop en el barrio neoyorkino del Bronx. La aventura de dos amantes adolescentes y de su pandilla de amigos se encuadra en el abrasador verano del 77 y retrata el caótico paisaje urbano tras el corte de luz que sumió Nueva York en una espiral de saqueos e incendios sin precedentes. Edificios en llamas y sueños inalcanzables de jóvenes que riman versos sobre la falta de oportunidades se mezclan con drogas, sexo, música disco, grafiti, violencia, funk, baile, Dj's, Mc's, avaricia inmobiliaria y cultura callejera en una coctelera que le ha costado a la plataforma de televisión de pago en streaming 120 millones de dólares (la serie más cara de la historia de Netflix).

The Get Down es una historia sobre exclusión en uno de los cinco distritos de Nueva York hace cuarenta años. Sin embargo, hoy, las personas que viven en sus calles siguen en una situación de vulnerabilidad. Su población de un millón y medio de personas, según estadísticas publicadas por el Estado de Nueva York, está formada por un 54.8% de origen hispano, un 30.4% de negros, un 10.4% de origen caucásico y un 4% de isleños de Asia y el Pacífico. Una brecha racial y socioeconómica que nos muestra la fragmentación social de una ciudad, Nueva York, falsamente idealizada como la capital de las oportunidades para todos.

Mapa de los cinco distritos que conforman Nueva York. Imagen de Julius Schorzman, Wikimedia Commons.
Mapa de los cinco distritos que conforman Nueva York. Imagen de Julius Schorzman, Wikimedia Commons.

La gentrificación del Bronx y la resistencia vecinal:

"El Bronx está en llamas, debido a que el mercado inmobiliario se está calentando", rezaba el titular de un artículo en una popular revista neoyorkina especializada en compra-venda de inmuebles. Ese barrio que arde en llamas en The Get Down se ha convertido, en la actualidad, en una suculenta tarta para los inversores de la especulación inmobiliaria.

En el primer trimestre de 2015, el número de permisos de construcción creció en un 48 por ciento más que el mismo periodo del año anterior. Al mismo tiempo, incrementó un 35% el número de casas en venta y los alquileres se han encarecido hasta un 20% en las zonas más humildes del distrito, en su mayoría ubicadas en el Sur del Bronx. "El Bronx es el nuevo Brooklyn", parece murmurar la ciudad mientras suben los precios de las casas en Mott Haven, Port Morris, Parkchester o Woodlawn, todos barrios residenciales de bajos ingresos del distrito.

La invención de nuevos eslóganes publicitarios es un síntoma del boom inmobiliario que está viviendo la zona. A mediados de 2015, los inversores Somerset Partners y The Chetrit Group, que querían promocionar el negocio en el distrito, colgaron un cartel en el South Bronx donde se anunciaba la venta de pisos en "el Distrito del Piano". Rápidamente, la comunidad reaccionó en redes sociales con el hashtag #WhatPianoDistrict (impulsado por la artista de raíces puertorriqueñas Karen Pedrosa), cuya fuerza sigue movilizando a la población para manifestarse ante cualquier tipo de amenaza al derecho a una vivienda digna en el distrito. Otros activistas como los que conforman el grupo The Bronx Is Not For Sale (El Bronx no está en venta), se han manifestado en distintas ocasiones durante los últimos meses para reivindicar políticas de vivienda más democráticas.

El Bronx sigue siendo el barrio más pobre de Nueva York:

Según datos oficiales del gobierno estadounidense, en Morrisania y Crotona, en el Sur del Bronx, un 44% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Las estadísticas oficiales indican que el distrito es el que tiene peores tasas de desempleo de toda la ciudad (un 7.7%).1 de cada 5 adultos con edad para trabajar está desempleado. Y si bien hay muchos proyectos trabajando en terreno para mejorar la formación profesional y ofrecer opciones laborales a miles de personas en riesgo de exclusión, parece que los esfuerzos no están siendo suficientes.

Las deficiencias en el transporte interurbano (que circula con poca frecuencia, cuenta con billetes caros...) y la falta de suficientes carreteras que conecten con Manhattan o Brooklyn, también representan una barrera para los residentes del Bronx. La desconexión tradicional del barrio con el resto de la ciudad por una planificación urbana que ha tendido a marginar a los residentes de los barrios más empobrecidos, hace que las personas del Bronx sean más vulnerables a la pérdida de empleo, muchas veces, lejos de su lugar de residencia.

En términos de salud, este distrito también registra los peores datos de toda la ciudad de Nueva York. El acceso a los servicios sanitarios es más limitado que en otros distritos. A pesar de contar con tres de los once centros hospitalarios públicos del área metropolitana, hay un gran déficit de inversión en infraestructuras e insuficiencia de personal médico en sus instalaciones. Las altas tasas de VIH (27.814 personas registradas con esta enfermedad según recientes estadísticas), la obesidad, el asma o la depresión y otras enfermedades mentales, representan desafíos para una comunidad médica con falta de apoyos gubernamentales suficientes para hacer frente a los efectos colaterales de la pobreza.

El poder de la educación:

Muchas familias de clase media que se están trasladando paulatinamente a barrios como el Bronx, llevan a sus hijos a centros educativos de otros barrios tradicionalmente más poblados por blancos como puede ser Brooklyn. De esta forma, en la mayoría de escuelas locales, más del 90 por ciento de los estudiantes siguen siendo negros e hispanos. Casi todos, provenientes de familias de renta baja.

Para intentar paliar esta situación nació el proyecto IntegrateNYC4Me, que realiza intercambios de estudiantes entre alumnos de la Academia de las Letras del Bronx y un instituto de Brooklyn desde hace un par de años. El objetivo es estrechar la brecha racial entre sus estudiantes y educarlos en la diversidad cultural existente en la ciudad. Además, el proyecto también quiere instalar el debate sobre la desigualdad en los recursos que se emplean en las escuelas de unos u otros barrios, creando falta de oportunidades entre la población de las zonas de más bajos ingresos. Para ello, IntegrateNYC4Me (o un Nueva York integrado para mí), quiere acercar a los miembros de la comunidad educativa y miembros del Ayuntamiento y otras esferas gubernamentales a partir de diferentes actividades y talleres creativos que promuevan escuelas interraciales en toda la ciudad de Nueva York.

Quizás la conciencia y educación entre los más jóvenes plante una semilla de esperanza para la construcción de una Nueva York más inclusiva e integradora para todos sus habitantes. Aunque seguramente, si este debate se hubiera instalado antes en las escuelas y en la esfera pública, justo en esa época que retrata The Get Down, hoy las cosas serían muy distintas para el barrio que dio a luz al hip hop. No obstante, puede que la serie, aún sin quererlo, agrave más la situación de la vivienda en el Bronx, que ya no necesita de carteles inventando eslóganes, pues tiene una de las armas propagandísticas más poderosas del mercado: el cine.

IntegrateNYC4Me on The Huffington Post from IntegrateNYC 4Me on Vimeo.

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