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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Películas para comprender la ciudad contemporánea

El actor Harold Lloyd en la famosa escena del reloj, de la película 'El Hombre Mosca' (1923). Wikimedia Commons.

La representación audiovisual de la ciudad a través del séptimo arte nos ha regalado, a lo largo de la historia, diferentes interpretaciones de lo que significan los espacios urbanos. Los paisajes metropolitanos son escenarios predilectos para cineastas como Woody Allen, cuya fascinación por Nueva York nos obliga a detenernos en una mirada fetichista de la ciudad que nunca duerme. Pero lo cierto es que el cine y la ciudad moderna, industrial, han crecido de la mano y que ésta se ha convertido en el paisaje fílmico por antonomasia, ya sea para retrarar sus caras más amables o sus facetas más crueles.

El cine, así, nos proporciona herramientas de análisis crítico para observar y entender las ciudades que poblamos. En este pequeño catálogo de 4 películas pretendemos ayudar al lector a analizar y reflexionar sobre diferentes aspectos de la ciudad contemporánea y la realidad que nos rodea y moldea como Seres Urbanos:

  1. El Hombre Mosca (F. C. Newmeyer y S. Taylor, 1923): El ritmo acelerado y la falta de tiempo que sufren los habitantes de la ciudad moderna es la gran nebulosa que pesa sobre el espectador en este clásico del cine mudo. La icónica imagen de Harol Lloyd, en la piel de un campesino que emigra a la ciudad de Nueva York en busca de trabajo, colgando de un reloj y con la ciudad a sus pies es una metáfora del ritmo frenético que vivía la clase trabajadora residente en ciudades a principios del siglo XX. Los problemas cotidianos a los que se enfrentaba, como el desempleo, la dificultad para llegar a fin de mes o la inadaptación a la peligrosa modernidad tecnológica de puertas giratorias y un progreso material desenfrenado expresado en objetos, transportes y rascacielos que representan una amenaza, generan un ambiente tan trágico como humorístico. En El Hombre Mosca, la ciudad es presentada como un espacio dramático, planteando una relación conflictiva entre lo humano y lo urbano.

2. Playtime (Jacques Tati, 1967): Con la ciudad de París como escenario, Tati realiza en esta película una sátira a la deshumanizada ciudad moderna a través de un análisis de la racionalidad excesiva de su arquitectura y su diseño. Hay una sensación constante de asfixia que se expresa a través de la descripción de interiores de edificios geométricos, con paredes de hormigón y acero construyendo despachos divididos por tabiques y laberintos, que aumenta con exteriores poblados por coches y luces de neón que atrapan al viandante, los turistas y los trabajadores en un escenario de opresión. Desmitificando la supuestamente romántica ciudad de París, Tati retrata una sobrecogedora realidad que insensibiliza y pone la vida al servicio del capitalismo a través de edificaciones desalmadas.

3. Blade Runner (Ridley Scott, 1982): Ambientada en Los Angeles de 2019, El cazador implacable es una de las cintas más influyentes de los ochenta. A través de una exageración de los rasgos de las ciudades del siglo XX, con un indiscutible matiz fantasmagórico, Scott plasma la Megalópolis del futuro como una ciudad caduca, superpoblada en sus suburbios, decadente, contaminada, violenta y caótica. Utilizando la estética futurista para representar a una sociedad multicultural, muestra a ciudadanos que andan sin mirarse a la cara y que pueblan un espacio urbano sin esperanza para la gran masa empobrecida, en lo que es un mundo post-apocalíptico, gentrificado y oscuro que está dominado por la publicidad. Fuera de la ciudad, hay un mundo extraterrenal (ideal) al que la clase trabajadora no puede permitirse habitar.

4. Ciudad de Dios o Cidade de Deus (Fernando Meirelles, 2002): Esta película brasileña, "documental ficcionado", refleja la vida en los barrios empobrecidos de Río de Janeiro, desde la historia cruda y real de un joven de Cidade de Deus, una de sus favelas. El director muestra la pobreza, la violencia, el crimen o las drogas del entorno en el que miles de millones de personas en el mundo viven, pero que queda marginada y relegada a un segundo plano en las postales turísticas que muestran una ciudad basada en las playas de Copacabana o Ipanema. Una historia sobre el fracaso urbanístico de la modernidad, la segregación racial y la discriminación clasista traducida en el espacio urbano de la superpotencia económica de América del Sur.

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