Los hombres africanos y sus frágiles egos
Por Edwige Renée Dro (*)
Me preguntaba sobre qué podía escribir para este blog hasta que me crucé con esta foto en Facebook:
Un Barack Obama flacucho, abrazado por Michelle LaVaughn Robinson, más conocida ahora por el mundo como Michelle Obama. La foto, compartida por un hombre africano, iba acompañada por un comentario en la que el susodicho exhortaba a sus hermanas "a permanecer junto a sus hombre en sus momentos de pobreza". La foto era la evidencia de lo que no decía, pero no hacía falta inteligencia para adivinar: "Ahora es el presidente de Estados Unidos y ella es la primera dama". Como si ser primera dama fuera aquello a lo que Michelle Obama siempre había aspirado. Como si ser primeras damas fuera aquello a lo que nosotras, sus "hermanas", aspiramos. Situemos esto en su contexto.
Barack y Michelle Obama se conocieron en 1989 en Sidley Austin, el gabinete de abogados donde ambos trabajaban entonces.
Michelle Obama se licenció en la Universidad de Princeton en 1985, antes de conseguir su doctorado en la Escuela de Leyes de Harvard en 1988. Había ostentado varios cargos, incluyendo los de asistente del alcalde de Chicago, comisionada asistente de Planificación y Desarrollo, directora ejecutiva de organizaciones sin ánimo de lucro, decían asociada del Servicio de Estudiantes de la Universidad de Chicago... Podría seguir, pero lo dejo aquí.
Así que Michelle no era una mujercita esperando a su Príncipe Encantador que, cuando se conocieron, decidió aguantar su supuesta pobreza. Barack Obama tenía potencial y también lo tenía, y tiene, Michelle.
Algunos hombres africanos vilipendian a sus "hermanas" diciendo que no pueden soportar las dificultades y cuando sus "hermanas" explican, de manera objetiva, por qué renuncian a hacerlo, especialmente si no hay nada dulce para equilibrar las cosas, algunos de nuestros hombres africanos cuyo ego es tan frágil como una hebra mal utilizada deciden recurrir a los insultos.
Vean esa canción de la cantante marfileña Josey, titulada Diplome. En Diplome, Josey formula una pregunta retórica a su novio, “¿Qué tipo de estudio no termina?”. Una pregunta hecha para parodiar el rechazo de algunos hombres marfileños a casarse con sus concubinas, a veces de muchos años y con las que tienen hijos, sobre la base de que están estudiándolas. Su comportamiento, quiero decir. Te hace preguntarte por qué continuaron con ellas y reconocieron hijos con mujeres cuyo comportamiento siguen estudiando. Aunque estoy segura de que, igual que hay hombres africanos que dicen que la mujer está llamada a casarse, otros dirán que una mujer sin hijos no tiene valor. Así que, ya ven, es un favor y deberíamos agradecerlo.
Al final de la canción, Josey deja la relación, tras decir al hombre que se ha probado lo suficiente a sí misma y que debería liberarse si él no quiere casarse con ella. Una gran canción, con un mensaje de empoderamiento para algunas de nuestras hermanas que piensan que hay que soportar las infidelidades de un hombre porque “Los hombres son así”. Una gran canción también porque tiene una gran melodía, aunque tenía que provocar una réplica. Cuando dije que el ego de nuestros hombres es frágil, ¿pensaron que mentía?
Empezó con publicaciones en Facebook:
[Buenos días, titulada Josey
Ves la mujer en la foto, se llama Georgette Antes de que su famoso futbolista se casara con ella, pasaron 9 años juntos, a pesar del hecho de que su marido era un campeón de djandjouya [persecución de faldas]. lo soportó. jamás dijo como no me desposas, me voy a mirar a otra parte
Por quedarse callada, se casó con su samuel etoo hijo. aguantó el fuego, la mujer tras un gran hombre. Mírala paseando en jet por el mundo, comprando y mirándose su anillo de compromiso, que costó 500.000 euros.
Tú, Josey, con tus dientes separados como un corredor en koumassi sicogi lleno de ratones, sigue dando malos consejos a tus hermanas más jóvenes hablando de Diplôme]
R. Hamilton
El hecho para él es que Georgette Eto aguantó las infidelidades de su marido y hoy tiene su premio: boda y compras, viajes en jet privado y un anillo de compromiso que cuesta una cantidad de dinero que hace llorar. R. Hamilton termina con un “… sigue dando malos consejos a tus hermanas …”.
El mensaje es: “Soporta las infidelidades de tu hombre ¿A quién le importan las enfermedades de transmisión sexual que puedas coger? ¿O el sufrimiento emocional? ¿No sabes que las mujeres africanas son fuertes? Por eso nuestros hombres siempre nos retratan cargando niños a la espalda y yendo al río a coger agua o machacando el arroz para la cena mientras ellos se sientan bajo el baobab bebiendo té. Las africanas son fuertes".
No terminó con las publicaciones de Facebook; hasta escribieron una canción, Goodboys, que se tituló Josey Diplome Version Homme. El mensaje subyacente es que el comportamiento tiene que estudiarse porque el hombre estuvo con la mujer durante diez años y nada cambió ¿Por qué, entonces, debería casarse con ella? ¿Quién habría supuesto que los hombres africanos fueran también masoquistas? ¿O quizás caritativos? Mírelos soportando el mal comportamiento de sus mujeres y sin levantar un dedo para cambiar la situación.
Creo que en lo que se refiere a las relaciones, todos somos libres de decidir lo que funciona. Pero es cuando los hombres africanos -las memes son compartidas normalmente, si no siempre, por hombres africanos- deciden reparar sus frágiles egos con malos consejos cuando el problema comienza. Además de ser fuertes, las africanas son inteligentes. Michelle Obama no vio en Barack Obama al hombre que iba a elevarla de una vida vacía, así que no tuvo que embaucarle. Georgette Eto decide de qué manera navegar su relación, pero si Josey y otras mujeres africanas dicen que no les va bien una relación en la que su dignidad es pisoteada, también tienen derecho a expresarlo y hacer los cambios necesarios. La cura para un ego frágil no es compartir comentarios desinformados o insultar. La terapia no es tan cara si el tratamiento se ve como una inversión.
(*) Edwige Renée Dro es marfileña. Periodista, escritora, traductora, bloguera y pluma seleccionada por el proyecto Africa39 como uno de los 39 mejores escritores menores de 40 años en África subsahariana. Dirige un club de lectura en Abiyán, centrado en literatura africana y denominado Abidjan Lit (Abiyán lee), y forma parte de incontables proyectos de creación y difusión literaria panafricanos. Lo suyo es el 'writivism', una mezcla de escritura y activismo.
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