'Breakdance' a ritmo de Bach: ¿la manera de acercar la música clásica?

“La música clásica me la pone dura”. Así empezaba Instrumental de James Rhodes, un ensayo confesional que, entre otras cosas, ha vuelto a poner a la música clásica en la mira de todos los coolhunters habidos y por haber. El escritor asegura que Bach le salvó la vida, y es precisamente este autor el encargado de poner música a Red Bull Flying Bach, un espectáculo único en el que los mejores bailarines de breakdance bailan al ritmo de la música que crease el compositor alemán.

A falta de unas semanas para que Red Bull Flying Bach pase por nuestro país -en Madrid del 8 al 11 de Septiembre y en Bilbao el 17 y el 18 del mismo mes- hemos querido hablar con su impulsor, el bailarín y coreógrafo Vartan Bassil.

¿Podrías hablarnos un poco sobre Flyin Steps? ¿Qué es y cuándo se funda? 

Somos una crew de baile cuatro veces campeona del mundo. Reuní a este equipo hace ahora más de veinte años, y a día de hoy más de 35 bailarines profesionales forman parte de 'Flying Steps'. Mi compañía no organiza y produce únicamente espectáculos de danza a nivel internacional, sino que en 2007 fundó la que ahora mismo es la escuela de danza urbana más grande de toda Alemania: la 'Flying Steps Academy'.

Tengo entendido que habéis sido asesores de la compañía de videojuegos PlayStation. ¿Podrías contarme un poco más a este respecto?

Supongo que te refieres al juego B-Boy. Uno de nuestros bailarines, Benny Kimoto, fue parte implicada en la elaboración del juego. No es la primera vez que se nos ha pedido hacer de consultores para un proyecto, pero experiencias así nos han demostrado que el breakdance es una disciplina realmente compleja para trasladarla a otro medio; dicho lo cuál, en la mayoría de los casos, y B-Boy es uno de ellos, hemos quedado totalmente satisfechos con el resultado.

 ¿Y cómo nace el concepto de 'Red Bull Flying Bach'?

La idea de mezclar breakdance con música clásica me viene rondando desde hace tiempo. En la veintena, mi suegra me llevaba a ver espectáculos de música clásica en los que terminaba aburriéndome como una ostra; te sentabas en tu butaca y te limitabas a escuchar la música, sin que hubiera ningún incentivo más sobre el escenario. En ese momento, caí en la cuenta de que era posible sincronizar lo que estaba escuchando con pasos de break; de que sería maravilloso sustituir a la bailarina haciendo piruetas por otra girando sobre su cabeza (lo que en breakdance se conoce como headspin). Al principio, cuando compartía esta reflexión con alguien, me miraban como si estuviese loco, pero cuando le presenté la idea a Red Bull encontré a unos aliados que creían en el proyecto. Ellos ayudaron a que 'Red Bull Flying Bach' fuese tomando forma.

¿Qué es para ti lo más interesante de esta unión entre la danza contemporánea y la danza urbana? Al final estás mezclando alta y baja cultura, con lo que seguro te han llovido críticas, ¿me equivoco?

Creo que es interesante hacer que dos estilos musicales diametralmente opuestos se den la mano. Es realmente emocionante crear algo novedoso; algo que no existía previamente. Es por eso mismo que, como bien dices, algunas voces se alzaron en contra de un proyecto que creían no iba a funcionar. Nos congratula poder decir que dichas voces estaban equivocadas, pues no sólo hemos sido exitosos en juntar break con clásico, sino en sentar butaca con butaca al público natural de uno y otro estilo.

¿Les fue difícil a los bailarines conjugar 'break' con música clásica?

En un primer momento sí, pero ten en cuenta que realmente no estamos poniendo a breakdancers a hacer ballet o viceversa, sino que los bailarines siguen defendiendo la disciplina en la que son los mejores. Lo único que cambia, en este caso, es la música con la que lo hacen. Es un aprendizaje y un desafío para ellos, por supuesto, pero el resultado final bien lo merece.

¿Por qué elegiste a J.S. Bach? ¿Y por qué, de entre todas sus obras, se eligió 'Clave bien templado'  para este show? 

Era importante para nosotros encontrar una música que no fuera únicamente bailable, sino que también fuera profunda. Bach era perfecto para eso. Con respecto a la idea de utilizar 'Clave bien templado', eso fue decisión de Christoph Hagel, el director musical del espectáculo. Además, creo que al compositor le gustaría mucho nuestro show, especialmente si descubriese que la gente joven sigue interesada por la música que él compuso.

¿Cuál es el desafío más grande al que te has enfrentado con 'Red Bull Flying Bach'? ¿Y la mayor satisfacción? 

Para empezar, una de las cosas más complicadas fue entender todos los entresijos de la música. Montamos un taller en el que escuchamos 'Clave bien templado' una y otra vez, consultando las partituras, cada detalle. Nos habría sido imposible empezar a coreografiar el espectáculo sin todo este trabajo previo. En cuanto a las alegrías que nos ha reportado, no es la menor de ellas que el show haya llegado a un público tan heterogéneo en lo que a edades, culturas y género se refiere. Que 'Red Bull Flying Bach' haya interesado a tanta gente en todo el mundo -padres con sus hijos, adolescentes con sus abuelos- hace que nos sintamos muy orgullosos. 

¿Crees que existe una relación entre las bebidas energéticas y los ritmos sincopados del 'breakdance'? ¿Puede una lata de Red Bull ayudar a estimular a estos bailarines?

Nosotros no vemos a Red Bull como un espónsor, sino como un compañero de viaje. Ellos creyeron en el proyecto desde el primer momento. Nos apoyaron donde muchos otros, todos aquellos que pensaban que 'Red Bull Flying Bach' no iba a funcionar, no lo hicieron. Al final, y respondiendo en parte a tu pregunta, si puedo decirte que el eslogan de la marca no podría ajustarse mejor al nombre nuestro equipo,'Flying Steps' (Pasos Voladores, en castellano): Red Bull te da alas.