Manos y escote, estrellas secundarias

ADEMÁS DE en el rostro, los primeros signos de envejecimiento aparecen en el escote y las manos. Pero, a diferencia de la cara, a estas dos zonas no se les presta atención hasta que ya es tarde. La piel de ambas áreas es muy delicada y posee menos melanocitos, las células que producen la melanina. Al estar continuamente expuestas, sufren los estragos de los rayos UVA y UVB.

“Los huesos del escote están muy cerca de la piel, lo que amplifica los efectos perniciosos del sol. Las manos, además, suelen estar en contacto con sustancias irritantes y productos químicos”, señala Emiliano Grillo, dermatólogo del Instituto Médico Láser. La radiación UV actúa sobre las células dañando la cadena de ADN, lo que repercute en una menor producción de colágeno y elastina. Es mejor prevenir, pero existen tratamientos para paliar las consecuencias.

En el caso del escote, es importante “la hidratación y bloquear los rayos solares”, afirma Grillo. Para las manos, la farmacéutica Meritxell Martí recomienda “usar un producto despigmentante para las manchas y mascarillas para la sequedad”.

Cuando el daño ya está hecho, los tratamientos más efectivos, según la doctora Esther Ristori, de Clínicas Dorsia, son: la mesoterapia de ácido hialurónico y vitaminas, que mantiene la hidratación; el peeling y el láser, que eliminan la hiperpigmentación y la inflamación, y el relleno de hidroxiapatita cálcica, un implante inyectable para tratar las arrugas profundas.