Antonio Banderas, lentejuelas y solidaridad en Marbella

“Todo el mundo quiere ser famoso. Cuando yo era joven, quizá la palabra tenía otro significado. Lo que se consigue con la fama es poder, y cómo utilizarlo es muy importante”. Con estas palabras, Antonio Banderas resumía este sábado por qué la Gala Starlite de Marbella se ha convertido para él en una cita ineludible. El actor ha cumplido una vez más con su compromiso, y con la de este año ya son siete las veces que ha ejercido como anfitrión, junto a Sandra García-Sanjuán, fundadora del festival Starlite, de la noche solidaria marbellí.

La solidaridad en forma de subasta, una importante concentración de medios y Antonio Banderas –que por segundo año acudió acompañado de su novia, Nicole Kimpel- siguen siendo el reclamo perfecto para que decenas de famosos se concentren en la Cantera de Nagüeles de Marbella. Tras el tradicional posado de los principales protagonistas del evento y estampar su firma en un Ford Mustang, otra de las estrellas de la noche que se llevó un empresario suizo al alcanzar su puja los 40.000 euros, el brillo y las lentejuelas se apoderaron de la alfombra roja.

Valeria Mazza y Carlos Latre, presentadores de la gala, se unieron en el photocall con las actrices María León y Ana Obregón, los presentadores Luján Argüelles y Pepe Navarro, todo un personaje de la vida social marbellí como Gunilla von Bismarck y el actor Santiago Segura. El también director convirtió incluso un beso suyo en uno de los lotes de la noche. “Me voy a hacer gigoló, pensaba que no iba a llegar ni a 10 euros”, bromeó después de que una de las presentes subiera la puja hasta los 1.600 euros por un beso de película.

“Es importante y fantástico que podamos ayudar a los niños. Cuando acudes a una alfombra roja hay que aprovecharla para marcar la diferencia”, decía Sarah Ferguson. La exnuera de la reina Isabel, con la modelo Karolina Kurkova, puso el toque internacional al evento. Sin querer responder a las preguntas de si su acompañante, el empresario español Manuel Fernández, es o no su pareja, coincidió en su discurso con Antonio Banderas. “Todos los famosos tienen la responsabilidad social de tener un impacto en la sociedad”, dijo mientras trataba de defenderse en su español algo olvidado.

Dos horas de alfombra roja y dos horas de gala –en las que se premió a Sandra Ibarra, Anne Igartiburu, Josep Carreras y Tereza Maxová- con el objetivo de recaudar fondos para las organizaciones Lágrimas y favores y Niños en Alegría, fundadas por Banderas y García-Sanjuán, respectivamente. Con las seis noches en Marbella, más la gala benéfica en México organizada por primera vez este año, ya han conseguido recaudar algo más de dos millones de euros que han destinado principalmente a la educación y con los que han ayudado a 100.000 familias. “Si tenemos que tirar del lujo para conseguir nuestro verdadero objetivo, lo hacemos. Y de paso le damos a Marbella una imagen solidaria”, reflexionaba horas antes de la gala el actor malagueño, quien acaba de convertirse en una estrella del rock en su último rodaje y tiene por delante la tarea de decidir si va a interpretar al diseñador Gianni Versace en el cine. Decisión que no tomará hasta que lea el guion.

"Puede parecer una contradicción organizar una noche de lujo y poner a un cómico a presentar una gala benéfica para algo tan serio como ayudar a quienes lo necesitan, pero esas contradicciones despiertan conciencias", asegura Sandra García-Sanjuán, quien inició en 2010 su proyecto solidario que luego se ha acabo conviertiendo en el Festival Starlite. Con la resaca del evento en mente, aseguraba esta mañana sentirse feliz porque un año más han conseguido reunir a un gran número de famosos y artistas. Es más, hay quien se ha quedado fuera de la lista de 370 invitados. "No queremos ampliar el número para que siga manteniendo esa exclusividad", cuenta.

Antes de enfundarse en el traje, y ataviado con una de las camisetas que él mismo ha diseñado, Banderas habló de su buena relación con su exesposa Melanie Griffith –que evidenció recientemente su hija publicando una foto de ambos en Instagram-, descartó boda con su actual pareja, charló de la cantidad de tiempo que invierte en su faceta como diseñador –en unos días regresa a Londres y a sus estudios en la prestigiosa escuela Saint Martins- e incluso se arrancó a hablar de política. “Tengo una cierta preocupación por la situación actual. Ya se ha consultado dos veces al pueblo español. No es que me quiera posicionar con ningún partido, pero yo no creo que por abstenerse se apoye la política del otro”, dijo en un llamamiento a Pedro Sánchez para que facilite formar Gobierno a Mariano Rajoy. En el otro lado del Atlántico, él apuesta por Hillary Clinton. “No todos los hispanos somos criminales, además, es una comunidad que ha aportado mucho a Estados Unidos”, aseguraba mientras concedía que un presidente de EE UU debe ser mesurado y prudente.

Al final, la noche cumplió con su objetivo, aunque nadie pujara en la subasta silenciosa por las pelotas de tenis firmadas por Roger Federer. “No piensen tanto en lo que se llevan, si no en lo que están dando”, le pedía a los asistentes un entregado Banderas. Así que el productor de Hollywood Irwin Winkler pagó 10.000 euros por una guitarra clásica artesanal y el escultor Dr. Marcos 13.000 por una experiencia de lujo de una semana en Estambul que incluye trasplante capilar.

El año que viene van a repetir en Marbella y en México. Y García-Sanjuán ya tiene la mirada puesta en Miami, Singapur, Moscú, República Dominicana y Brasil. Una noche solidaria que empezó en Marbella y hoy tiene la intención de exportarse al mundo.