‘Mascotas’ en acción, y de la trepidante

La premisa de Mascotas, que se estrena este viernes en España después de romper las taquillas en Estados Unidos, es muy sugerente: qué hacen esos miles de perros, gatos, canarios, roedores y otros animales que criamos con mimo en casa cuando les dejamos solos. Es como imaginarme a Chispa, el lagarto de unos vecinos, de juerga con los tres gerbos que cohabitan en su casa, con el conejo Gastón y el cachorrito Tari, que vuelve locos a mis hijos, como invitados. 

Así, la primera parte, en la que conocemos la vida secreta cotidiana de Max, Bridget, Chloe y su pandilla, es muy divertida, aunque la hemos visto tantas veces en tráilers y desde hace tiempo que parece que nos la sabemos de memoria. Por qué la gata Chloe no adelgaza pese a estar a dieta, la ansiedad de la separación del perrito Max de su dueña, las fiestas que se montan en casa de unos y otros (genial los tres perros olisqueándose en círculos)... Pero con la llegada inesperada de Duke, un perro peludo adoptado que trastoca la vida de Max, todo cambia. La película pasa de la paz diaria a la acción trepidante, y se convierte en una cinta con persecuciones, malos muy malos pero achuchables, y una heroína inesperada que salva a Max por amor. 

Acudimos a ver Mascotas muy ilusionados; pero quizás por traer demasiadas expectativas, la película, bien hecha y entretenida, no nos acabó de entusiasmar ni a mí ni a mis tres pequeños críticos. No aburre, desde luego. De hecho, no quitó ojo de la pantalla ni la de 5 años, pero quizás esperábamos reírnos más. Donde sí hubo muchas carcajadas fue en el corto previo de los infalibles Minions. Y bonus extra para los chavales fans de los Gemeliers, que participan en la banda sonora de la película.