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CLAVES
Columna
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¿Presencia o Poder?

Que haya más mujeres no implica que no existan más obstáculos para su participación en política

Máriam Martínez-Bascuñán
Hillary Clinton durante la convención del Partido Demócrata que comenzó el pasado día 25 en Filadelfia.
Hillary Clinton durante la convención del Partido Demócrata que comenzó el pasado día 25 en Filadelfia. Paul Morigi (WireImage)

May, Clinton, Merkel son mujeres que han llegado o posiblemente llegarán al nivel más alto de responsabilidad política. De primeras parece un gran avance en materia de igualdad de género en un ámbito, el de la política institucional, dominada tradicionalmente por hombres. Visto de cerca, la cosa no es tan simple. Y no lo es porque dicho argumento no distingue entre poder y presencia; porque reduce la igualdad de género a igual presencia y confunde la cumbre del iceberg con lo que este esconde por debajo. A estos efectos sugiero que nos hagamos otras preguntas.

¿Más presencia de mujeres en cargos políticos implica que hayan ganado más cuota de poder, que tengan más influencia en los procesos de decisión interna de los partidos, o que ostenten las mismas oportunidades que sus homólogos masculinos para acceder a esos puestos? ¿Por qué si los Clinton comenzaron su andadura política al mismo tiempo y eran igual de capaces se decidió priorizar la carrera presidencial de él? Leadsom señaló que May no había sido madre. Hizo bien al destacarlo. Merkel tampoco fue madre. ¿De cuántos presidentes varones podemos decir lo mismo?

La presencia es importante. Construye referentes simbólicos, crea una voz con autoridad, hace más democrática la agenda política al incluir perspectivas que de otro modo no entrarían en la discusión pública, promueve la igualdad social y el verdadero reconocimiento entre pares. De acuerdo. Pero que haya más mujeres no implica que no existan más obstáculos para la presencia de ellas en política. Comentando la campaña de Hillary, Ezra Klein señaló que no hace falta recurrir a la idea de la conspiración patriarcal para convencerse de que una actividad desarrollada históricamente por hombres, dominada por hombres y, hasta hace relativamente poco, limitada a hombres, necesariamente tiene que favorecerles a ellos.

Los lugares donde se hereda, se acumula y se consolida el poder en el funcionamiento cotidiano de la política siguen facultando a hombres en detrimento de las mujeres. ¿De verdad nos hace más iguales? Abstraigámonos de la presencia y hablemos de poder, eso que normalmente se esconde detrás de las fachadas. @MariamMartinezB

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