Cuatro formas de vestir si vas a navegar

El gran azul, la espuma de las olas y los tonos cálidos del coral vuelven a inspirar algunas de las prendas más favorecedoras y cómodas para ir este verano a navegar. Tanto si usted es un lobo de mar o un marinero de agua dulce, no se prive de una ropa marinera y estival que favorece en tanto en la piscina como en la playa. Tome nota.

Azul y blanco. Nicola Formichetti, el director creativo de Diesel, es especialista en reivindicar colores, tejidos y estilos que creíamos obsoletos. Aquí lo demuestra recuperando dos clásicos veraniegos: el estampado bandana y el patchwork. La camisa y el pantalón combinan escalas y colores cercanos, pero no idénticos, en el tejido cálido por excelencia: el algodón. Despreocupado, pero con intención.

Chaqueta naútica. Esta chaqueta Fay es un ejercicio de conciliación de opuestos: es ligera, pero protege contra el viento, y su tejido impermeable evita el efecto invernadero que suelen provocar muchos chubasqueros. Por eso puede llevarla sin conflictos de conciencia con esta camisa Mirto y este bañador Mundaka Sportswear. Ideal para capear tormentas, para esquivar la llovizna y, en general, para cualquier destino vacacional al norte del Mediterráneo.

Marinero raso. Hay pocos colores fáciles de distinguir a gran distancia. Por eso, las banderas náuticas se basan en una paleta cromática muy sencilla: rojo, azul y negro, solos o combinados con blanco. Son precisamente estos colores los que protagonizan esta imagen, que reinterpreta los iconos náuticos en prendas cómodas y plenamente deportivas. La camiseta marinera es Mango y el bañador, Ron Dorff. Básicos de alta mar.

Punto claro. Este jersey ligero Ermenegildo Zegna Couture cumple los requisitos necesarios para vestir de blanco como nunca lo ha hecho: tiene una textura interesante (punto abierto, casi transparente), corte holgado y capucha. Para combinarlo, opte por un pantalón corto, minimalista y también blanco, como este, de la firma suiza Hanro. Sabemos que no es una apuesta para todos los públicos, pero no hay gloria sin riesgo.