El mayor movimiento para salvar los bosques llega a los 100 millones de hectáreas
El Desafío de Bonn ha reclutado a la empresa acusada de arrasar selvas para empaquetar la Barbie
Durante años, la empresa estadounidense Mattel empaquetaba sus muñecas Barbie con cartón tirado de precio procedente de las selvas arrasadas en lugares como la isla de Sumatra, reducto de orangutanes, tigres y elefantes, según denunció la organización ecologista WWF Indonesia. La misma empresa papelera, Asia Pulp & Paper, con un historial de deforestación salvaje, suministraba a Unilever, propietaria de marcas como Mimosín, Axe, Frigo y TRESemmé, según la ONG. Y el mismo papel manchado de sangre de animales empujados a la extinción —como alertó WWF— era comprado por Lego, Adidas, Gucci, Nestlé, la española Idisa Papel y hasta National Geographic. El papel fabricado con los árboles talados tan pronto servía para producir rollos de papel higiénico como miles de volúmenes del Corán.
África alcanza una meta de 55,3 millones de hectáreas, más de la mitad del total del planeta
Pero el mundo está cambiando. En 2013, Asia Pulp & Paper, una de las mayores empresas papeleras del mundo, se comprometió a no volver a talar ni un árbol de selva virgen en Indonesia, donde gestiona un territorio mayor que Israel. Y, en otro movimiento aplaudido por los ecologistas, Asia Pulp & Paper fue en 2015 la primera empresa privada que se sumó al Desafío de Bonn, una iniciativa lanzada por el Gobierno alemán y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas antes de 2020. Es el mayor movimiento de reforestación de la historia.
Hoy, el Desafío de Bonn, arrancado en 2011, ha superado un nuevo hito. Los compromisos oficiales han superado la cifra de 100 millones de hectáreas, gracias a los anuncios de República de Guinea (2 millones), República Centroafricana (3,5 millones), Costa de Marfil (5 millones) y Ghana (un millón de hectáreas que se suman a otro millón ya prometido). Con estos objetivos, anunciados hoy en una reunión de alto nivel en Kigali (Ruanda), África alcanza una meta de 55,3 millones de hectáreas, más de la mitad del total del planeta (107 millones).
“La belleza de la restauración del paisaje forestal radica en los inmensos beneficios que se derivan de estas tierras revitalizadas”, ha celebrado en un comunicado la danesa Inger Andersen, directora general de la UICN. Estas ventajas, ha explicado, pueden ser el suministro de agua para ciudades, en el caso de China; la seguridad alimentaria y la conservación de los suelos en Etiopía; y la creación de empleos y el desarrollo rural en Guatemala. Y, en todos los casos, la absorción de CO2 para luchar contra el calentamiento global.
Otros países habían anunciado ya sus compromisos, como México (7,5 millones de hectáreas), Estados Unidos (15 millones) y Argentina (un millón). España todavía no se ha comprometido oficialmente a nada. La UICN insiste en que la restauración de paisajes forestales no consiste solo en sembrar árboles a lo loco, sino que requiere planes de gestión.
La UICN, que agrupa a 1.300 organizaciones tanto gubernamentales como no gubernamentales, espera que el Desafío de Bonn se acerque a su gran objetivo de 150 millones de hectáreas en su Congreso Mundial de la Naturaleza, un gigantesco evento que se realiza cada cuatro años y que tendrá lugar en septiembre en Hawái (EE UU).
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