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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Resiliencia: el muelle que impulsa la vida

Por Rocío Rodríguez Páez, @rropaez periodista y experta en cooperación, colaboradora del equipo de Resiliencia de Oxfam

Cristina, esta mujer de44 años, salvadoreña y madre de ocho hijos, vive con su marido en la provincia de Usulután de El Salvador, una zona que desde 2014 resulta frecuentemente afectada por el fenómeno de El Niño. Los periodos de sequía devastadores que provocan fuertes pérdidas agrícolas, han generado una situación de inseguridad alimentaria grave para las comunidades afectadas. “Llevamos dos días sin comer y estamos sobreviviendo de lo que recogemos de los árboles de la calle, no tenemos tampoco agua, el pozo natural se ha secado- Tengo que caminar dos días para llenar un cántaro de agua”, afirma Cristina. Oxfam ha diseñado en la zona una estrategia de respuesta ante la sequía y la inseguridad alimentaria con acciones a corto, medio y largo plazo. Son necesarios más recursos económicos y técnicos que permitan canalizar la ayuda a estas familias e implementar acciones que devuelvan la sostenibilidad de la vida y de los medios de vida a estas comunidades vulnerables. “Si tuviéramos la oportunidad de construir nosotros mismos alguna solución que no nos haga caer todos los años en esta hambre, sería lo ideal. No podemos quedarnos con los brazos cruzados”, finalizó Cristina. Ha sido imprescindibleoír las voces de todas y todos para afrontar los impactos de El Niño ahora, La Niña el año que viene y la incertidumbre futura.


María Milagros
(50 años), de Tacloban City, Filipinas. “Mila”, como le gusta que le llamen, fue testigo a finales de 2013 del peor desastre que ha asolado el país: el tifón Haiyan (popularizado como Yolanda). Miles de personas perdieron a sus seres queridos, sus casas y sus cosechas. Mila poseía una huerta donde cultivaba plantas medicinales, y tras el paso del tifón no quedó ni rastro físico de su negocio. Varios de sus compañeros se marcharon pero ella y su familia decidieron quedarse. “Los comienzos no fueron fáciles, buscábamos desesperadamente otras fuentes de subsistencia y el deseo de ayudar a nuestros vecinos”, afirma Mila. Fue entonces cuando la comunidad con el soporte de la organización local PhilNet (socio de Oxfam en Filipinas) se pusieron al frente de la organización de nuevos negocios y fuentes de financiación local. En una semana reunieron 3,000 pesos que retribuyeron en la venta de arroz, azúcar, aceite, huevos, petróleo, y otros suministros para dar apoyo a la pesca, principal actividad de la zona. "Lo más gratificante de nuestro negocio es la confianza que nuestros miembros tienen en nosotros. Hemos sido capaces de ayudar a nuestros pescadores”, cuenta Mila. Este sistema solidario genera nuevas relaciones y capacidades, indispensables a la hora de afrontar futuros choques potenciales.


Luali
(37 años) nació en el campamento Laâyoune al sur de Argelia, donde el pueblo saharaui lleva esperando 40 años una solución al conflicto del Sahara Occidental. Luali es el mayor de varios hermanos. Con 12 años marchó a Cuba para estudiar. En La Habana pasó 15 años sin ver a su familia. “Cuando volví a los campamentos no conocía a nadie, mis hermanas tampoco me reconocían. Nací durante la guerra, 23 años más tarde nada había cambiado; ¿qué se suponía que tenía que hacer ahora? Luali tenía claro que quería quedarse en los campamentos y ayudar: “la educación es mi compromiso con el pueblo saharaui. Mi contribución como profesor de español es sólo una gota en un océano para todos los niños que tienen que permanecer en estos campos de refugiados". Luali enseña español desde 2004, “me gustaría que los niños de aquí tuvieron la oportunidad de vivir en una casa, ir a la playa, llevar una vida normal y tener un futuro”, asegura. El futuro es una elección: resiliencia es construir capacidades que provocan cambios sostenibles.

Son tres ejemplos vitales de esa palabra cada vez más común en todo tipo de conversaciones: resiliencia. Está de moda, aunque no todo el mundo sabe lo que es. Disciplinas tan dispares como la psicología, la ecología o la física han optado por este término para definir la capacidad de un individuo, un hogar, una comunidad, un país e incluso un material para resistir, adaptarse y recuperarse rápidamente de tensiones o cambios bruscos generados tanto internamente como externamente. Un ejemplo muy gráfico es un muelle que a pesar de haber sido manipulado por la fuerza, vuelve a su forma original.

Resiliencia es la habilidad de hombres y mujeres para realizar sus derechos y mejorar su calidad de vida a pesar de los desastres, las tensiones o la incertidumbre. Es la capacidad de cambiar el futuro reconociendo que vivimos en un entorno cada vez más volátil, incierto, un mundo en el que las catástrofes son cada vez más frecuentes e intensas. Nadie está al abrigo, si bien es cierto que la desigualdad y la pobreza llevan a que mucha gente viva en situación de mayor vulnerabilidad. Por ejemplo los terremotos de Chile y de Haití de 2010, a pesar de ser de una intensidad similar, no tuvieron las mismas consecuencias; en Haití se llevó cientos de miles de vidas, de viviendas y medios. Sin embargo, en Chile los daños fueron infinitamente más limitados.

Construir un desarrollo más resiliente es un reto en el trabajo de desarrollo: es imprescindible no causar ni incrementar los riesgos para las personas que viven en la pobreza cuando combatimos sus causas. A pesar de los desastres, las tensiones o la incertidumbre, necesitamos avanzar hacia un mundo más resiliente, más justo y más consciente de sus límites ecológicos.

Comentarios

Esos ejemplos se deben interpretar en relación con un Sistema Social Solidario que es diferente al concepto de "Resiliencia" en un sistema capitalista
Esos ejemplos se deben interpretar en relación con un Sistema Social Solidario que es diferente al concepto de "Resiliencia" en un sistema capitalista
Esos ejemplos se deben interpretar en relación con un Sistema Social Solidario que es diferente al concepto de "Resiliencia" en un sistema capitalista

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