Higiene, antibióticos y cirugía: la triple lucha contra el tracoma en Uganda
El país africano, donde la enfermedad es endémica, tiene como objetivo erradicarla en 2020
Prevención y tratamiento. O lo que es lo mismo: higiene, antibióticos y cirugía. Estas son las tres patas sobre las que se asienta la lucha integral impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra el tracoma, enfermedad infecciosa que afecta a los ojos conocida como la ceguera de los pobres por ser esta la última (y habitual) consecuencia si no es tratada a tiempo. ¿Objetivo? erradicarla en 2020. Siete países lo han conseguido ya. Uganda, uno de los 51 donde todavía es endémica, libra su batalla para alcanzar la meta. El reto es titánico. De los 230 millones de personas que están en riesgo de infectarse en el mundo, la mayoría en naciones en desarrollo, casi 11 millones residen en este país africano de 36 millones de habitantes.
En el pequeño centro de salud de Mayuge, en Busoga (región con elevadas tasas de prevalencia y a tres horas en coche de la capital, Kampala), Bandobera Eleager lleva una década operando una media de seis pacientes al día, afectados por el más avanzado estadio de la enfermedad. Esto es cuando la infección reiterada, y no tratada, por la bacteria intraocular Chlamydia trachomatis provoca la inflamación del párpado y cicatrices que lo pliegan hacia adentro, como describe la OMS. Las pestañas rozan contra el globo ocular (triquiasis), lo que puede provocar fuertes dolores y dañar la córnea dando lugar a una pérdida paulatina de visión hasta la ceguera total irreversible. Llegados a este punto, el bisturí nada puede hacer salvo disminuir el sufrimiento.
El quirófano en el que trabaja Eleager junto a otra compañera también en faena es una habitación con el suelo y paredes de cemento, limpia, pero con apenas dos camillas y escaso material que lavan en una palangana con un cepillo de dientes. El doctor explica su quehacer mientras interviene a un afectado de 70 años que ha perdido la visión total de un ojo y parte del otro. Desde los primeros síntomas ha tardado tres años en atreverse a operarse, ya no recuperará la vista, pero la intervención aliviará el dolor. "De haber venido pronto, podría haber recibido tratamiento, pero no confiaba en los médicos", apostilla Eleager bajándose la mascarilla. Fuera, otra media docena de pacientes esperan su turno en el pasillo.
Uganda ha acelerado la implementación de la estrategia SAFE, acrónimo de surgery (cirugía), antibiotics (antibióticos), facial cleanliness (higiene facial) y environmental improvement (mejora del entorno), de la OMS. En 2014, el Gobierno anunciaba un "nuevo proyecto" junto con la organización británica Queen Elisabeth Diamond Jubilee Trust para formar a personal sanitario en las comunidades, capatcitándolo para operar la triquiasis a 38.800 afectados en zonas hiperendémicas como Busoga antes de 2020. "Más de 300.000 ugandeses se salvarán de quedarse ciegos por tracoma", anunciaba la responsable de enfermedades olvidadas del país, Edridah Tukahebwa.
El tracoma en datos
- Es la principal enfermedad infecciosa causante de ceguera en el mundo.
- Se estima es endémico en 51 países y ha causado discapacidad visual a unos 1,8 millones de personas, de las cuales 500.000 tienen ceguera irreversible.
- 3,6 millones de personas en el mundo necesitan cirugía urgente para no quedarse ciegas.
- El número de mujeres ciegas duplica o triplica el de los hombres, debido probablemente a su estrecho contacto con niños infectados.
- Siete países notificaron la consecución de las metas de eliminación. Son: Gambia, Ghana, Irán, Marruecos, Myanmar, Omán y Vietnam.
* Datos de la Organización Mundial de la Salud (2015).
El programa también contempla el tratamiento temprano y la prevención, claves para frenar la transmisión y evitar que los afectados desarrollen discapcidad. Para ello, el país cuenta con el apoyo de diferentes entidades del mundo miembros de la alianza global para acabar con el tracoma. Entre ellas la Iniciativa Internacional contra el Tracoma (ITI, pos sus siglas en inglés), creada por la Fundación Edna McConell y la farmaceútica Pfizer, que ha donado 530 millones de dosis de azitromicina a 31 países desde 1999.
Una publicación en The Journal of the American Medical Association alertaba en 2006 de posibles efectos adversos del uso de este fármaco para combatir el tracoma. "La reinfección es más frecuente entre quienes reciben el medicamento, frente a los que no. Esto sugiere que e tratamiento interrumpe la duración de la infección necesaria para que desarrollar inmunidad", detallaban los autores. "Son necesarias invetigaciones adicionales para determinar procedimientos óptimos de control y evaluar la 'F' y la 'E' de la estrategia de la OMS", sugerían.
Sin embargo, siete países que han implementado SAFE desde que se estableció en 1996 han logrado librar a su población de quedarse ciega por tracoma. Los resultados de la distribución masiva del antibiótico recomendado por la OMS son positivos también en Uganda. Lo dice Patrick Turyaguma, coordinador nacional del programa contra el tracoma del Ministerio de Salud. "En el momento del estudio de base, en 2007, en el distrito de Mayuge en el que estamos ahora, la prevalencia de tracoma activo entre niños de uno a nueve años era del 14,9%. Ahora mismo, esa cifra ha caído hasta el 1,6% en ese grupo de edad", asegura. Entre la población en general de esta comunidad donde se vigila estadísticamente la efectividad del programa, entre un 20% y un 65% padecía tracoma en el momento de la investigación en Mayuge, un porcentaje que esperan que descienda al 5%, según el responsable de la implementación de la estrategia contra la enfermedad.
"Este logro también se lo atribuimos a la promoción de la higiene facial y la mejora del saneamiento", añade Turyaguma. La transmisión de la bacteria casuante del tracoma se produce por contacto con secreciones nasales y oculares de personas infectadas, de manera directa, por la ropa o a través de moscas, por lo que gestos como lavarse frecuentemente las manos y unas pautas básicas de limpieza contribuyen a frenar la propagación. Los niños, reservorio de la enfermedad, son los más vulnerables. Por eso, los esfuerzos de formación en prevención se concentran en los colegios.
En la escuela primaria Kyebando, en Mayuge, sus 1.000 estudiantes conocen qué es el tracoma y cómo evitar infectarse. Así lo afirma el director del centro. "¿Quién tiene algún familiar con esta enfermedad?", pregunta uno de los profesores a sus 30 alumnos. Solo uno se levanta del viejo pupitre de madera. Introducir la rutina de lavarse las manos en el colegio, charlas y canciones son algunas de las tácticas educativas para que los críos aprendan nociones de higiene personal. Y también de limpieza del entorno, pues el hacinamiento en los hogares, la escasez de agua y la falta de acceso a letrinas —la presencia de heces en el entorno aumenta el número de moscas en el ambiente— favorecen la infección.
Muchas son las organizaciones, fundaciones, ONG y empresas implicadas en la lucha junto con los Gobiernos. El pasado abril, estos actores se reunieron en Australia en su cita anual, para vigilar los avances y señalar las necesidades para lograr su objetivo. Países como Uganda todavía necesitan mucho apoyo, sobre todo económico, para afrontar la recta final hacia la erradicación. Según los expertos congregados, hace falta una inversión de 900 millones de euros. Lo necesitan 200 millones de personas en riesgo, 1,8 con discapacidad visual y medio millón de ciegos.
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