Un muro de ladrillos transparentes
FOTO:Daria Scagliola & Stijn Brakkee
Más cerca del rigor del laboratorio que del polvo de la obra, tan artesano como tecnológico, reciclable y para reciclar, el muro de ladrillos de vidrio levantado por el estudio MVRDV en la calle Hoofstraat de Ámsterdam propone una nueva manera de actualizar los edificios históricos.
Esta fachada portante de ladrillos de vidrio sirve para extender la original –como si de una piel móvil se tratara- aumentando así la volumetría del antiguo inmueble y ampliando su capacidad. En la planta baja, los ladrillos originales de terracota han sido remplazados por piezas de vidrio fabricadas a mano –en Venecia por cristaleros venecianos- y pegados uno a uno con un adhesivo “más fuerte que el cemento”, explican los arquitectos. Este material ha sido desarrollado por la universidad de Delft y producido por una empresa alemana.
Los arquitectos holandeses explican que el proyecto ambicionaba mezclar el color local con la transparencia que reclaman los comercios del lujo global. Hoy, una tienda de Chanel ocupa la planta baja del singular inmueble. Por encima de la tienda, los ladrillos de vidrio se mezclan con los originales de terracota.
Esta recreación no mimética es un reto tecnológico que MVRDV desarrolla tras experimentar con vidrio hace tres años en la granja que construyeron en Schijndel (Holanda) pegando a los paños de vidrio fotografías de antiguas granjas realizadas por Frank van der Salm hasta formar un collage que manipulaba la impresión del material. En esta ocasión no hay rasgos de simulacro.
FOTO: Poesia
FOTO: TU Delft
La innovación en el epicentro del lujo de la ciudad radica en el pegamento transparente empleado para unir los ladrillos macizos.
El arquitecto español Ignacio Velasco, que trabaja en las oficinas de Rotterdam de los proyectistas, explica que la diferencia entre un muro de pavés convencional y el perpetrado por su estudio es la transparencia y esta está conseguida a partir del pegamento que sustituye al cemento.
“Para aplicar este compuesto transparente se han necesitado rayos uva. El objetivo era decidir en qué partes de la superficie era aplicado y conseguir que cada hilada estuviese perfectamente horizontal”. Para comprobar la nivelación emplearon leche, que, en caso de desplazarse, dejaba una marca visible. Velasco explica que los arquitrabes de las ventanas se montaron en el laboratorio de la universidad de Delft. Para aplicar el pegamento horizontalmente y formar el arco se necesitó un brazo robótico que iba girando unos grados con cada hilada. Después se colocó el arquitrabe como un bloque en obra. El muro es portante y precisó dos contrafuertes de ladrillos de vidrio.
Babelia
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