13 fotosFormación para jóvenes en MauritaniaDesde el pasado mes de marzo, 40 jóvenes desempleados mauritanos están recibiendo formación para oficios relacionados con la construcciónAlfredo CálizMauritania - 06 jun 2016 - 07:31CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUna alumna del curso de ayudante topógrafo sujeta la mira estadimétrica durante las prácticas del curso de ayudante topógrafo que se imparte en la Escuela Nacional de Trabajos Públicos de Aleg, en el sur de Mauritania, organizado por la OIT. Las regiones del sur del país, como Brakhna y Gorgol, son las más pobres y concentran a la población más vulnerable.Alfredo CálizLos alumnos del curso de ayudante topógrafo que se imparte en la Escuela Nacional de Trabajos Públicos de Aleg, en el sur de Mauritania, organizado por la OIT, reciben una beca de 50 euros mensuales en una entidad de microfinanzas, lo que para muchos es su primer contacto con el sistema financiero.Alfredo CálizAlumnas escuchan al profesor del curso de ayudante topógrafo que se imparte en la Escuela Nacional de Trabajos Públicos de Aleg, en el sur de Mauritania. La crisis económica ha provocado grandes recortes en gasto social, lo que está forzando a muchas mujeres jóvenes a buscar su primer empleo.Alfredo CálizMohamed Saw, de 27 años, natural de Monguel, trabajaba en precario como mecánico hasta que supo de la existencia del curso de ayudante topógrafo que se imparte en la Escuela Nacional de Trabajos Públicos de Aleg, en el sur de Mauritania. Su objetivo es tener un empleo estable y poder casarse pronto con su novia para formar una familia.Alfredo CálizAlumnos del curso de ayudantes topógrafos organizado por la OIT en Aleg, en el sur de Mauritania, participarán en la rehabilitación de la pista rural de Goural, cuyo mal estado provoca que esta localidad se quede incomunicada durante el periodo de lluvias estival. Además, la empresa adjudicataria de la obra está obligada a contratar mano de obra local.Alfredo CálizEl profesor de mantenimiento y conducción de maquinaria pesada Habiboulah Mahamadou, formado en Marsella (Francia), explica a los alumnos cómo tener las motoniveladoras y excavadoras en perfecto estado. Este curso cuenta con veinte alumnos procedentes de Brakhna y Gorgol y se imparte en el Instituto Técnico de Nuakchot desde el pasado 7 de marzo.Alfredo CálizAlumnos del curso de conductor de maquinaria pesada organizado en Nuakchot por la OIT se preparan para hacer las prácticas revisando los niveles de los vehículos. Una vez finalizada la parte teórica de dos meses, los chicos comienzan a trabajar en las diferentes obras pedagógicas previstas en su formación.Alfredo CálizUn alumno del curso de conductor de maquinaria pesada organizado por la OIT en Nuakchot maniobra con una pala mecánica por los terrenos del Instituto Técnico. Las prácticas son parte fundamental de este curso que garantiza un 100% de inserción, ya que existe poco personal formado en Mauritania.Alfredo CálizAminatou Alassane Wane, una joven desempleada de 24 años natural de Aleg, en el sur de Mauritania, maneja con destreza una motoniveladora durante una práctica del curso de conductor de maquinaria pesada organizado por la OIT en Nuakchot. Al principio su madre dudó de si permitir a su hija formarse en un oficio copado por hombres, pero tras consultar con varias personas aceptó finalmente. “Si las mujeres pueden pilotar aviones, ¿por qué no excavadoras?”.Alfredo CálizAichatu Ahmedar, en el centro con melfa naranja, es la alumna más aventajada del curso de ayudantes topógrafos que se imparte en la Escuela de Trabajos Públicos de Aleg. De 23 años, casada y embarazada de su primer hijo, con su marido en el paro, asegura que no quiere quedarse en casa mientras espera que él encuentre un trabajo.Alfredo CálizAlumnos del curso de ayudantes topógrafos organizado por la OIT en Aleg durante una pausa en su formación. En total son veinte, once mujeres y nueve hombres, que aspiran a encontrar un trabajo en el pujante sector de la construcción y mantenimiento de carreteras que demanda mucha mano de obra.Alfredo CálizGhalva mint Mohamed El Abd, en el centro, madre de Maalima, a la derecha, se muestra muy orgullosa de que su hija haya escogido el trabajo de ayudante topógrafo porque, según ella, “no hay trabajos para hombres y trabajos para mujeres”. Confía en que una vez tenga un empleo pueda contribuir a la casa familiar y mejorar sus condiciones de vida.Alfredo CálizAminatou Alassane Wane y sus compañeros escuchan atentamente las explicaciones del profesor durante la parte teórica del curso de conducción de maquinaria pesada que se imparte en Nuakchot. Natural de Aleg, un día vio un anuncio en la televisión en la que las mujeres manejaban tractores y excavadoras y se decidió a presentarse aunque se trata de un oficio tradicionalmente desempeñado por hombres. Alfredo Cáliz