Insecticida
El DDT es un insecticida sintético de amplio espectro muy usado antes de los años setenta hasta el descubrimiento de su toxicidad ambiental y para los humanos, ya que a concentraciones elevadas o continuadas puede provocar la misma acción neurotóxica que a los insectos. La clave de su peligrosidad es su persistencia (permanece en el medio entre tres y 10 años), su movilidad (transporte atmosférico a grandes distancias) y su bioacumulación (su afinidad lipídica provoca que se acumule en los organismos sin dar opción a que se elimine de las redes tróficas). Por eso preocupa el propósito de la OMS de que se vuelva a usar para combatir el vector de la malaria en África. Esta enfermedad causa más de un millón de muertes anuales, pero no podemos decantarnos por esta solución, ya que las consecuencias que podría tener el DDT en el medio ambiente y la salud humana a largo plazo serán peores a escala temporal y espacial.— Ferran de la Cruz Gutiérrez. La Roca del Vallés (Barcelona).
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