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Las siete mejores canciones de Eurovisión 2016, y las tres más infames

Escuchamos todos los temas del festival y damos nuestro veredicto. Y detectamos quién es el artista más copiado

El joven representante de Letonia, Justs, 21 años, uno de los favoritos con su tema a lo nuevo romántico de los 80, 'Heartbeat'.
El joven representante de Letonia, Justs, 21 años, uno de los favoritos con su tema a lo nuevo romántico de los 80, 'Heartbeat'.

Las canciones de Eurovisión son un género en sí mismo. En 1997 empezó a introducirse el televoto de los espectadores (puede votar el público, y se suma al voto del jurado especializado en cada país), un público que no tiene paciencia y al que la canción debe conquistar en los primeros 60 segundos. En 1997, por tanto, comenzaron los estribillos eufóricos, las puestas en escena delirantes y las letras en inglés con un vocabulario accesible y sin frases subordinadas. Pero, sobre todo, el televoto impuso la necesidad de destacar entre una masa de canciones que suenan desquiciadamente parecidas entre sí (inspiradas por ganadoras recientes). Un jaleo, vamos.

Al margen del espectáculo televisivo –uno de los mejor realizados del mundo– Eurovisión es un oasis de felicidad frenética anual con muchas, muchísimas canciones. De los 42 temas presentados, la mitad explotan sonidos que ya están triunfando en las listas y que están a punto de pasar de moda. Nosotros las hemos escuchado todas y tenemos el veredicto: las siete mejores, y las tres más infames. Cada una con herramientas muy diferentes, pero todas memorables, lucharán por conseguir una victoria que nadie sabe muy bien qué significa y que a veces parece lo de menos. La felicidad está en el viaje.

LAS MEJORES CANCIONES DE EUROVISIÓN 2016

1. Francia: Amir, 'J'ai cherche' 

Francia ganó Eurovisión 5 veces en sus primeros 20 años y ninguna en los 40 siguientes. Según las casas de apuestas Amir podría darle la sexta victoria a un país al que el televoto le ha arruinado la fiesta. Tiene las armas adecuadas, ritmo dinámico (sabemos que funciona porque es igual que todas las bases de Avicii), mensaje positivo y cantante con aspecto de yerno de ensueño. De sangre judía, marroquí y tunecina, Amir ha vivido toda su vida en Israel y representa la hermandad de culturas que el festival se esfuerza tanto en reivindicar. Además, representa algo que pocos hemos visto: un francés hablando en inglés.

2. Serbia: Sanja Vučić, 'Goodbye (Shelter)'

Los países del este no solo ganan porque se votan entre sí, sino porque van al festival con muchas más ganas que nosotros. Esta balada masiva lo tiene todo: drama, folclore, pestañas enormes y gramática fácil de seguir. Funciona como un reloj y copia descaradamente al artista favorito de este año, Sia, cuyos éxitos melodramáticos han inspirado sobre todo a la noruega Agnete, que a mitad de canción parece acordase de que le han pedido un plagio de Sia y rompe con las estrofas para cantar un estribillo igual al de Chandelier, el éxito de Sia.

3. Bélgica: Laura Tesoro, 'What's the pressure'

Si Freddie Mercury ve Eurovisión desde el cielo (al fin y al cabo, este año se retransmitirá por primera vez en Estados Unidos) no va a dar crédito a este sampleado de su tema Another one bites the dust. Literalmente, no va a dar crédito como autor porque las canciones de Eurovisión deben ser completamente originales. Esta no lo es, pero es muy contagiosa. Laura Tesoro le pone mucha energía y nos da ganas de reunirnos con nuestros amigos del colegio y protagonizar un anuncio de refrescos.

4. Suecia: Frans, 'If I were sorry'

Suecia se toma el festival muy en serio y se nota. Esta canción, interpretada por un chaval que no había nacido (tiene 17 años) cuando la transexual Dana International cambió Eurovisión para siempre en 1998, suena a Ed Sheeran y está producida para sonar en la radio, más allá de la gala de este sábado. Puede que el estribillo nunca termine de llegar, pero es tierna y da ganas de abrazar a quien tengamos al lado. Tiene hasta un giro final en el que Frans dice “pues no, no lo siento”, con una actitud chulesca que conecta de lleno con los millennials.

5. Australia: Dami Im, 'Sound of silence'

El año pasado Australia participó por primera vez en Eurovisión y fue recompensada con un 5º puesto. Todo parece indicar que la coreana Dami In, ganadora del X Factor australiano, repetirá el éxito con esta balada que se pega como un chicle y que incluye a un señor sin camiseta bailando alrededor de la diva por si su voz poderosa no es suficiente. El oxímoron de su título es la letra más compleja que nos vamos a encontrar este año, pero casi la descalifican por la frase “intento sentir tu amor a través del FaceTime”, pues se consideró una promoción encubierta de Apple, y Eurovisión prohíbe las referencias a marcas comerciales. El comité australiano defendió que en la letra oficial inscrita “face” y “time” van separadas, así que le dejaron participar. Así de fáciles son las cosas en Eurovisión.

6. Letonia: Justs, 'Heartbeat'

Inspirada en los nuevos románticos electrónicos de los 80, la representante letona del año pasado (Aminata) ha compuesto la canción más elegante del festival. Su sonido es limpio y en ningún momento intenta saturarnos, lo cual se agradece entre tanta canción sobreproducida. Justs tiene 21 años, pero canta como si hubiese vivido varias veces y su visceralidad en el escenario (sin desafinar) resulta tan emocionante que el equipo de Letonia no ha perdido el tiempo en juegos de luces, fuego o cuerpos de baile. Confían en la canción, y no es para menos.

7. Holanda: Douwe Bob, 'Slow down'

Últimamente Holanda sabe desmarcarse con canciones acústicas y sencillas que apelan al optimismo más sentimental de los oyentes. Douwe Bob, que ha escrito la canción con otras tres personas, confía tanto en la simpatía de Slow down que le sobran 17 segundos de los 3 minutos que Eurovisión permite. Las estrofas son como una adaptación adorable de las de El límite del bien y del mal, de La Frontera, y Slow down es un himno para empezar los lunes con energía y reírse de los atascos. La podría haber compuesto Mikel Erentxun o Fran Perea, pero la sonrisa y el carisma de Douwe Bob debería conquistar muchos votos.

LAS PEORES CANCIONES DE EUROVISIÓN 2016

1. Alemania: Jaime-Lee Kriewitz, 'Ghost'

La estética y el sonido de la representante alemana son el resultado de Lorde visitando un Imaginarium y poniéndose todo lo que encontró allí. La cadencia monótona hace que los tres minutos de canción se hagan eternos y la letra parece una lección de los pronombres personales en inglés. El tocado de Jaime Lee no deja de moverse y resulta tan hipnótico como una lámpara de lava, lo cual es peligroso porque puede distraer la atención respecto a la canción. Aunque después del primer estribillo es posible que la mitad de los espectadores aprovechen para ir al baño... y no volver.

2. Reino Unido: Joe & Jake, 'You are not alone'

Reino Unido es un emblema de Eurovisión. Sus cinco victorias y el supuesto favoritismo de los jurados (antes de la era del voto del público) popularizaron la expresión “royaume-uni, deuze points” en la cultura popular española. En los últimos años Reino Unido parece pedir clemencia en Eurovisión y agoniza con canciones desganadas y olvidables. You are not alone es el tipo de canción que Coldplay compondrían mientras duermen. Se parece a mil cosas que ya hemos oído (aunque a diferencia del 80% de las otras candidatas, no plagia a Sia) y se aferra desesperadamente a unos “oh-oh” que parecen buscar el voto de las fans de One Direction.

3. Chipre: Minus One, 'Alter ego'

Solo hay una cosa peor que ir de rockero y presentarse a Eurovisión: hacerlo con un piercing en la ceja. Minus One convierte a Bon Jovi en Rammstein, con su batería popera, sus pastores alemanes y unos tatuajes de los que sus integrantes deberían arrepentirse. Su actitud de tipos duros choca con su blando romanticismo (“la vida es un milagro, lo he visto en tus ojos”). Un desaguisado que ni siquiera el aullido final del cantante (literalmente, aúlla) puede salvar.

La propina de Eurovisión 2016 en forma de 'bonus track'

España: Barei, 'Say yay!'

Llegamos tarde al género, pero llegamos. Avicii se ha retirado porque dice que está aburrido, pero su espíritu sigue vivo en nuestra representante, Barei. Say yay! es la primera canción en inglés que España ha mandado a Eurovisión y al menos Barei sabe pronunciar bien. Esta madrileña de 34 años es la primera representante española que realmente le pone ganas a su actuación desde que en 2002 la corista Chenoa se comportara como si Europe’s living a celebration fuera suya. El problema es que la canción queda ahogada entre otras docenas de temas similares y los coristas de Barei tienen sólo dos pasos (y no especialmente apabullantes). A veces el entusiasmo puede compensar la falta de creatividad, aunque esta no parece una de ellas. Lo que podemos asegurar es que no hemos parecido tan modernos desde que nos presentamos con Azúcar Moreno. Quizá el año que viene hasta llevamos una canción memorable.

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