Sharing cities: una mirada crítica y una reivindicación
Por Manu Fernández
Las cosas van muy rápido. Se presentan como un desconcertante caos que apunta a cambios sociales y políticos incoherentes entre sí o, al menos, ambivalentes. Apuntamos a tendencias en las prioridades y expectativas sociales y de consumo de las nuevas generaciones, a la ruptura de los modelos tradicionales de muchos sectores económicos, a la emergencia de nuevas formas de acción colectiva, a la llegada a las instituciones de nuevas organizaciones políticas, a las formas digitales de acción colectiva propias de la sociedad conectada, a la renovación de las demandas sociales en la ciudad,… Anótense aquí muchas otras dinámicas que tratan de describir qué hay de nuevo en nuestras ciudades y encontraremos una gran variedad de realidades que reflejan una nueva realidad urbana.
Siempre empeñados en descubrir lo nuevo como si fuera un cambio paradigmático en lugar de una sucesión, una herencia o continuación histórica de la que podríamos aprender, pensar la ciudad se ha convertido en un lugar propicio para situar términos que aspiran a dar coherencia a cambios y sucesos que alguien necesita darles unidad. Esta pasión por crear términos programáticos (las ciudades utópicas) o diagnósticos ha sido constante y en los últimos tiempos se ha acrecentado. Llegaron (¿y se fueron?) las ciudades creativas, llegaron (¿dónde están?) las ciudades inteligentes y llegan ahora las ciudades colaborativas.
Sharing cities es el penúltimo término que busca darnos un marco coherente para explicar los "ultimísimos" cambios en la vida urbana. O la contextualización en el espacio urbano de un término más asentado como el de la sociedad colaborativa. Un término este que ha creado tanta tendencia como confusión, y que trata de explicar al mismo tiempo demasiadas cosas (y no todas necesariamente colaborativas). Por ello, las ciudades colaborativas aún necesitan explicarse mucho.
Este es el objetivo del libro Sharing cities. A case for truly smart and sustainable cities, recientemente publicado por Duncan McLaren y Julian Agyeman, quienes han unido sus bagajes en el activismo social y ecológico y la academia para construir un completo repaso de diferentes tendencias y cambios urbanos. Estamos ante un esfuerzo complejo: reunir conceptos, prácticas y proyectos urbanos de muy diferente orden y mirarlos a la luz de una posición de partida muy clara sobre cómo dar un sentido comunitario a la idea de compartir que vaya más allá del modelo monetario de tantos claroscuros que se ha transmitido a través de la llamada economía colaborativa.
El libro está construido con una estructura compleja y puede resultar desigual en su lectura. Caben desde el análisis de estudios sociológicos sobre el papel de la confianza en las sociedades contemporáneas hasta la actualización del movimiento cooperativista en el siglo XXI, desde la contextualización de los movimientos urbanos de protesta hasta la revisión de los modelos de negocio de servicios como Uber, airBnB, etc. Por ello, el libro también cumple con su función de ser a la vez una mirada a diferentes tendencias que quieren asociarse al último término de moda y una crítica fundamentada de los cantos triunfalistas y superficiales en los que se ha aupado la economía colaborativa.
Si el libro What's Yours Is Mine: Against the Sharing Economy, de Tom Slee es una referencia para revisar el lado oscuro de la visión más superficial de la economía colaborativa, Sharing cities supone un acercamiento crítico y propositivo al mismo tiempo sobre qué esperar de este fenómeno desde el punto de vista de la vida y la política urbana.
* Manu Fernández. Investigador y consultor de políticas urbanas, durante su trayectoria profesional ha estado involucrado en proyectos relacionados con la sostenibilidad local y el análisis de las economías urbanas. Autor del blog Ciudades a Escala Humana
Twitter: @manufernandez
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