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Dinosaurios

Así era el mayor animal terrestre al nacer

Los fósiles de la primera cría de titanosaurio de la que se tiene constancia demuestran que al salir del cascarón su peso era similar al de un bebé

Nuño Domínguez

Un raro hallazgo en la isla de Madagascar (África) acaba de arrojar luz sobre una faceta totalmente desconocida de los animales más grandes que han habitado tierra firme. Los titanosaurios eran dinosaurios herbívoros de cuello largo que llegaban a medir 20 metros de largo y ser tan altos como edificios de seis plantas. Estas descomunales criaturas se expandieron por todos los continentes y sus fósiles se han encontrado, excepcionalmente completos, en muchos lugares. Pero, hasta ahora, los especímenes conocidos solo incluían adultos o embriones aún encapsulados en los huevos fosilizados. Ahora, por primera vez, se ha descubierto parte de una cría de titanosaurio que murió pocos meses después de haber nacido.

“Este es el saurópodo [ dinosaurios herbívoros] más joven y mejor conservado que se ha hallado hasta el momento”, explica a Materia Kristina Curry, investigadora del Macalester College (EE UU) y coautora del estudio que describe los nuevos restos, publicado hoy en Science. Se trata de huesos de las extremidades, el tronco y algunas vértebras que están tan bien conservados que han permitido determinar la especie a la que pertenece: Rapetosaurus krausei. Como ya se conocían especímenes adultos, que medían unos 15 metros de largo, el nuevo hallazgo permite reconstruir los primeros días, semanas y meses del desarrollo de este dinosaurio

Eran capaces de valerse por sí mismos, moverse y alimentarse prácticamente desde el nacimiento

Los restos se hallaron en una capa de sedimentos de hace 67 millones de años, unos pocos minutos antes de la extinción de los dinosaurios desde el punto de vista geológico. Al principio nadie le dio importancia a los restos y se almacenaron sin clasificar en el archivo de la Universidad Stony Brook (EE UU). Allí fue donde Curry los encontró y se dio cuenta de que pertenecían a una cría que murió cuando tenía entre 39 y 77 días. Probablemente falleció de desnutrición. Tras analizar el interior de los huesos con un escáner, los expertos estiman que, al nacer, estos animales pesaban apenas 3,4 kilos, como un bebé humano y mucho menos que rinocerontes o elefantes. “La mayoría de los huevos de titanosaurio que conocemos tenían un tamaño no más pequeño que un pomelo ni mayor que un balón de fútbol, lo que limitaba mucho el tamaño que podían alcanzar al nacer”, explica Curry. No muchas semanas después, el dinosaurio ya pesaba unos 40 kilos y tenía la alzada de un perro mediano (35 centímetros de alto en las caderas), según el trabajo

Criaturas precoces

El equipo de Curry ha descubierto que estos dinosaurios ya nacían con unas proporciones corporales similares a las de los adultos. Los rapetosaurus eran lo que un zoólogo llamaría “precoz”: capaces de valerse por sí mismos, moverse y alimentarse prácticamente desde el nacimiento.

Esta independencia de la madre se conoce en aves y algunos mamíferos actuales y “aporta ventajas muy significativas para la supervivencia”, relata Curry. “Hay ñus que pueden correr más que una hiena el día después de nacer”, explica Curry. “Para estas crías de saurópodos, que vivían en un terreno similar, sin agua ni comida abundante, poder moverse en busca de alimento era esencial”, resalta la investigadora. “Además esto les permitiría escapar de sus depredadores carnívoros como el Majungasaurus”, añade. Estudios anteriores ya habían apuntado a la posibilidad de que los titanosaurios no tuvieran apenas cuidado materno, en parte por lo expuesto de sus nidos, dice Curry. Además, a juzgar por los huevos fósiles hallados en Argentina, las hembras tenían entre 15 y 40 crías y no está claro cuánto podía hacer por ellas una madre cuyo peso era unas 20.000 veces mayor.

El mejor ejemplo para entender cómo era la infancia de un titanosaurio la aportan los únicos dinosaurios que siguen vivos a día de hoy: las aves. Hay muchos pájaros que necesitan mantenerse en el nido durante un periodo de tiempo en el que dependen totalmente de la madre. Otros, como los pollos, son capaces de andar y buscar comida poco después de romper el cascarón. El nuevo estudio apunta a que, en este aspecto, los titanosaurios se parecían más a un pollo que a un águila.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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