11 cosas que Hedi Slimane hizo bien para Saint Laurent (y una que no)
El grupo Kering al que pertenece la firma francesa confirma la salida de su director creativo. Cuatro años de intensidad rock, iconos del grunge y buenos datos económicos han acompañado a su polémica interpretación del nuevo lujo
Ay Hedi... al final iba a ser verdad. Y no vamos a esconder la pena. Esta mañana, el grupo Kering al que pertenece Saint Laurent Paris confirmaba ese incesante rumor que aviva los desayunos de la moda los últimos meses. “Tras cuatro años, ha cumplido la misión de reposicionar por completo la firma”, apuntaba el grupo en el comunicado. François-Henri Pinault, presidente del conglomerado de marcas de lujo, agradecía al diseñador parisino (1968) el establecimiento de un nuevo y exitoso camino para la legendaria firma.
Pero seamos sinceros, a nadie le sorprende noticia. Primero, porque su contrato expiraba este jueves y en ese “bailes de sillas” que existe alrededor de las casas de costura últimamente, la calma apremia. Y segundo, porque su última colección Otoño-Invierno 2016, que ahonda en los archivos de YSL hasta la extenuación, era un presagio de lo evidente: me marcho con la cabeza bien alta homenajeando al grande. Y es que en lenguaje de moda, rebuscar en los anales de una firma sólo puede significar dos cosas: o estás recién aterrizado y no quieres mojarte, o bien recogerás tus cositas en breve.
Claro está, los posibles candidatos a cubrir una vacante tan golosa no se han hecho esperar. El nombre que suena con más fuerza es el del belga Anthony Vaccarello, la mano derecha de Donatella Versace que se encargó del relanzamiento de Versus y que comparte con Slimane esa filia por la niñas rockeras. Alber Elbaz tras su salida de Lanvin o Tom Ford, ese diseñador errante que parece haberse recorrido todas las pasarelas del mundo y familiarizado con la casa, también se barajan para la nueva etapa de la maison, mientras Kering calma la intriga apuntando que ”su nueva organización creativa se comunicará a su debido momento”.
Pero ese futuro fichaje para “reordenar” la casa que fundó el legendario couturier en 1962 no ensombrece el verdadero debate que ha acompañado al diseñador desde su aterrizaje en marzo de 2012. ¿Hedi Slimane lo hizo bien o lo hizo mal? Si nos remitimos a los datos, la solución es bien sencilla. Las ventas ascendieron a los 353 millones de euros en su primer año, rozando el billón de beneficios en 2015 y con 142 tiendas repartidas por todo el mundo. Ha sabido potenciar los artículos de cuero y zapatos (esos grandes pilares económicos de una firma) como nuevos objetos de culto entre los estratos sociales del lujo, aumentando un 65 por ciento su beneficio en apenas cuatro años.
Pero en el plano conceptual, el aluvión de críticas no han dejado de cesar: que si es un mero estilista del rock metido a diseñador, que si su ropa parece salida de un Forever 21, que si Yves Saint Laurent se levantara de su tumba y viera a Marilyn Manson como imagen de su marca le daría algo... Son algunas de las joyitas que se han vertido sobre su trabajo. Lo cierto es que cuando un director creativo eclipsa el nombre propio de la maison para la que diseña, empieza a tener los días contados. Pero slimaniers, no sufráis: cuando se cierra una puerta al rock, otra se abre. Y el mitón de Lagerfeld siempre tuvo su beneplácito. De momento, nos quedamos con sus diez grandes hitos al frente de la firma... Y uno que podría haberse ahorrado.
1. Convertió a Courtney Love en su musa.
Ella es punk, rock, grunge y todo lo que la eches. El mejor modelo a seguir para las aprendices de rebelde que pueblan Instagram.
2. Inspiró el vestuario de American Horror Story (Coven).
Un buen ejemplo de que si tienes una puesta en escena eclipsante, sobra el argumento. Además de enfudarse imposibles stilettos de Prada, estas brujas salidas de Fuera de Onda fusilaron enterita la primera colección del diseñador parisino para Saint Laurent Paris. Pamelas, lazadas infinitas, negro a tutiplén y chorreras de corsaria se convirtieron en tendencia callejera gracias a ellas.
3. FIchó las gafas blancas de Kurt Cobain.
Vale que copia al cantante de Nirvana hasta la saciedad, pero hay que reconocer que lo que imita está bien elegido y ejecutado. Pelo color moco, gafas blancas, mezcla de flores con tartán... No imaginamos la cara de Pinault al ver semejante orgía grunge.
4. Concedió a los rockeros el derecho a vestir de marca.
Esta ha sido la gran cruzada de Slimane desde sus inicios. Consiguió que una banda un poco paleta de Glasgow se convirtiera en paradigma del rock indie con solo unas chelsea boots, bufandas de rayas y mucho pitillo. El nombre, Franz Ferdinand.
5. Creó la tiara grunge.
Hedi slimane rebuscó esta primavera en el joyero de Courtney Love para dar con ese nuevo complemento que las it girls reclamaban a gritos. Es mucho más versátil de lo que imaginamos: con chaqueta vaquera, camisón, chandal, vestido hippie...
6. Otorgó a la chaqueta bomber su merecido lugar.
Todo comenzó con la 'Blood Luster' que diseñó en su colección masculina de Primavera-Verano 2014. A partir de aquí, la versionó mil veces para gustito infinito de muchos: con palmeras, satinada, cortita y militar...
7. Fichó a Marilyn Manson para su campaña.
No hace falta explicación. Y a Jack Kilmer (el hijo de Val). Lo mismo.
8. Su más sentido homenaje a las groupies.
Sin Lori Maddox o Sable Starr el rock no hubiera sido lo mismo.
9. Nos enseñó a maquillarnos como Siouxsie Sioux.
Sin resultar una punki trasnochada.
10. Juntó en una misma foto a Beck y Justin Bieber.
12. Su despedida a lo Dinastía.
Su última colección O/I 2016, por muy homenaje al creador Yves Saint Laurent que sea, no nos convence. Esto de rock, tiene poco, amigo.
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