Hablan los ‘nuevos’ hombres
Son feministas, igualitarios, cuidadores. Paco Abril, Octavio Salazar y José Ángel Lozoya defienden una sociedad más justa en la que ellos pierden poder
Hombre: "Varón que tiene las cualidades consideradas masculinas por excelencia". La cuarta definición del Diccionario de la Real Academia Española no aclara cuáles son tales atribuciones. “Usado también como adjetivo: muy hombre”, pone de ejemplo de uso. Al haber eliminado las connotaciones machistas que había en anteriores definiciones (enérgico, fuerte), esta acepción ha quedado desprovista de contenido. ¿Qué es ser (muy) hombre? La pregunta abre la puerta a la redefinición de lo masculino que se reclama desde movimientos feministas.
Paco Abril, Octavio Salazar y José Ángel Lozoya son tres de esos hombres feministas que activamente defienden una nueva masculinidad en la que los varones no abusan de las mujeres, ni de su cuerpo, ni de su tiempo. Así lo hicieron en la jornada sobre nuevas paternidades y masculinidades organizado por la Universidad de Deusto, que presentaba un estudio al respecto.
Paco Abril, padre en construcción
“El modelo de padre proveedor y la madre cuidadora está en declive, pero sigue vigente. En la mayoría de los casos, los hombres participan poco en el espacio reproductivo, en el cuidado o las tareas domésticas, porque está devaluado y no les aporta prestigio”. Paco Abril, presidente de Hombres Igualitarios, comenzaba así su exposición sobre cómo la paternidad “comprometida” es todavía una tarea pendiente, pero se abre paso frente al modelo tradicional y desigual que todavía practican los que él llama padres ocasionales o ayudantes. La investigación TransParent sobre las decisiones de empleo de los progenitores a la que se refirió Abril su charla, revelaba que los padres que no se responsabilizaban con la crianza de sus hijos aseguraban que querrían hacerlo, pero que no podían. Fue parafrasear a los entrevistados para el estudio y producirse un murmullo de risas incrédulas entre el público mayoritariamente femenino del auditorio de la Universidad de Deusto.
“¿Qué facilita que haya hombres que sí sean comprometidos?”, planteó Abril. La pregunta tiene varias respuestas. Bien, habían crecido en familias ya igualitarias. “O todo lo contrario, no querían parecerse al padre ausente”. Algunos progenitores responsables de la investigación en la que el experto participó, simplemente ganaban menos que sus mujeres y renunciaban total o parcialmente a su empleo peor remunerado para encargarse de la crianza. En muchos casos, estaban en paro. Sea cual sea la razón, Abril subrayó: “Ser un padre comprometido favorece formas alternativas de masculinidad y la democratización de las relaciones de género”.
José Ángel Lozoya, el cuidador
“Llevo seis años dedicado de lleno al cuidado de mis suegros. No tengo una noche libre para cenar con amigos, tengo una casa en la playa y no he podido ir desde hace meses. Siempre he tenido amigos homosexuales que atendían a sus madres, pero nunca heterosexuales que cuidaran de sus ancianas madres”, comenzó José Ángel Lozoya, miembro de la Red de Hombres por la Igualdad, su discurso. En su opinión basada en la experiencia de años de estudios, cursos y debates, los hombres confunden cuidarse con ir al gimnasio y hacer dieta.
Ellas son las que apoyan y asisten a los mayores. “Pero hombres y mujeres pueden cuidar y lo hacen igual de bien. Tengo en alta estima a los hombres. Sabemos hacer de todo, si no hacemos algo es porque no nos interesa. Y cuidar de los mayores no goza del glamour que sí tiene el hacerse cargo de los hijos pequeños entre los padres igualitarios”, expuso él, que eligió la tarea más dura. Por eso, la lucha de los varones feministas contra los recortes en la ley de dependencia ha sido anecdótica. Sus batallas son otras, relacionadas principalmente con la paternidad, porque todavía la atención de las personas dependientes es considerada tarea de mujeres. “Cuando los padres requieren de asistencia, cuidan más las nueras que los hijos”, aseguró. No es su caso, pero Lozoya se sabe una excepción.
Amo de casa, sexólogo y especialista en género. Así se define, en ese orden. “Muchos hombres me preguntan qué saco haciendo las tareas de la casa. Y yo les respondo que así estoy seguro de que estoy con mi mujer porque nos queremos, no porque la necesite para que me haga la intendencia”, concluyó su discurso seguido de un sonoro aplauso.
Octavio Salazar, el activista feminista
Es profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba, escritor y colaborador de medios de comunicación, como el blog Mujeres de EL PAÍS. También padre. Pero sobre todo, Octavio Salazar es un hombre feminista. “En países como España, hay una igualdad formal, pero perviven elementos que nos demuestran que la igualdad es más un objetivo que una realidad”, comenzó su alegato. En su opinión, la situación de las mujeres en la actualidad respecto de los hombres no es de desigualdad, sino de subordinación. “Y no se producirá un cambio de modelo si los hombres no renuncian a parte de su poder, a sus privilegios”.
Emergería así un nuevo tipo de hombre, carente de algunas o todas las cualidades masculinas que le son propias, como menciona el diccionario. “La paternidad ha sido para muchos una revelación para iniciar una revolución hacia nuevas masculinidades, pero no todos los hombres son padres. ¿Podemos ser cariñosos, empáticos o cuidadores sin tener hijos?”, cuestionaba. Él cree que sí se puede producir tal transformación que llegará en todo caso desde el feminismo. “No podemos seguir explotando a las mujeres”, zanjó.
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