A los patriotas se les identifica por la gasolinera

El ministro portugués de Economía, Manuel Caldeira Cabral, ha apelado al patriotismo de los conductores para que llenen los depósitos de sus vehículos en gasolineras del país, y no en las vecinas españolas.

La apelación del ministro socialista llega después de aplicar una subida de impuestos sobre los carburantes, que ha profundizado en la brecha de precios que tradicionalmente ha habido a un lado y otro de la frontera. El litro de gasoil es ahora, de media, 20 céntimos más caro en Portugal, aunque si se mira bien el lugar de repostaje la diferencia máxima es de 30 céntimos. En el caso de empresas de transportes con flotas de cientos de tráilers, el ahorro, o no, diario es de miles de euros; demasiado dinero como para apelar a la bandera cuando se arriesga el negocio. El Gobierno socialista ha subido en seis céntimos los impuestos sobre los combustibles. La reacción del consumidor ha sido inmediata allí donde es posible elegir. Las gasolineras de Elvás, en la frontera con Badajoz, han perdido el 40% de su facturación en cuestión de semanas. “Es un problema que nos preocupa”, ha declarado el ministro de Economía. “Porque eso significa que muchos portugueses pagan los impuestos en España. Es algo que tenemos que pedir que no hagan”.

“No fumen y vayan en transporte público”, fue la primera recomendación del primer ministro, António Costa, a los ciudadanos que quisieran evitar la subida generalizada de impuestos indirectos; el ministro de Economía pide ahora que se consuma pero en Portugal, y el ministro de Finanzas promete a taxistas y transportes de viajeros desgravar por un lado (la declaración de sociedades) lo que les cobra por el otro (en la manguera de combustible). De los camioneros, nadie se acordó. La reacción del gremio de transportes de mercancías ha sido la de pedir la dimisión del ministro de Economía. En señal de protesta, los camiones circulan con crespones negros en los retrovisores. Si en dos semanas no hay un acuerdo de precios, prometen marchas lentas sobre Lisboa después, eso sí, de llenar el depósito en España.