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Chris Pine, el chico listo de Hollywood

Acumula galones como para ser una superestrella. Con opinión propia y licenciado en Berkeley, el actor escapa del encasillamiento

Por varias razones, Chris Pine es un caso singular en la fábrica de sueños. Cuando, hace más de una década, se dio a conocer en la producción de Disney Princesa por sorpresa 2 junto a Anne Hathaway, se le auguraba un futuro de comedias románticas y producciones de acción. Posee el físico y el rostro adecuados. Pero él, en cambio, ha despistado con una carrera variada y dispar. Ha interpretado al espía Jack Ryan de las novelas de Tom Clancy en la película dirigida por Kenneth Branagh; ha cantado en el musical Into the Woods junto a Meryl Streep, Emily Blunt y Johnny Depp, y ha encarnado al capitán Kirk en la saga de Star Trek que resucitó J. J. Abrams y de la que está a punto de estrenar la tercera entrega. Su filmografía contiene suficientes superproducciones para ser considerado una estrella, pero no lo es. No al menos en el sentido tradicional del término. Puede que esto tenga que ver con cierta desconexión entre su aspecto de rey del baile del instituto y una personalidad que se adivina compleja bajo la superficie. Y que trasluce incluso en el contexto menos propicio para ello.

Se abre la puerta de la suite en un hotel de lujo en Londres. Pine se levanta y saluda. Se le ve bronceado, viste de negro y lleva un sello de oro en el meñique. A su espalda hay un enorme retrato suyo, de la campaña de Armani Code Profumo, la fragancia de la que es imagen. No muestra un entusiasmo loco por encontrarse allí. Ni por ningún otro tipo de promoción. Se lo toma con filosofía: “Dejemos una cosa clara. Asistir a estrenos no es precisamente la parte más difícil de mi trabajo. Me dejan ropa, normalmente del señor Armani. Me la pongo y llevo a mi familia a ver mi película mientras comemos palomitas. No es estresante”.

Chris Pine caracterizado como capitán Kirk en Star Trek, de J. J. Abrams.
Chris Pine caracterizado como capitán Kirk en Star Trek, de J. J. Abrams.

El perfil de Pine no tiene nada de frívolo. El intérprete suele ofrecer su propia opinión a cualquier pregunta y, entre otras cosas, ha criticado el uso de drones de la Administración de Obama para eliminar a terroristas fuera de suelo estadounidense y mostrado públicamente su apoyo a Zachary Quinto, compañero de reparto en Star Trek, cuando este salió del armario. Pero su personalidad también puede parecer contradictoria. Estos días rueda Wonder Woman en la capital británica y, según el tabloide The Sun, el actor pasa sus ratos libres sin hablar con el resto del equipo, encerrado en su camerino. Hace un par de años, en cambio, fue detenido en Nueva Zelanda por conducir bebido. Regresaba de celebrar el final de un rodaje.

Pine, de 34 años, nació y creció en Los Ángeles (Estados Unidos). Y, a diferencia de otros jóvenes intérpretes que nunca se desprenden de su inseguridad y deseo de agradar, no se vio deslumbrado por el reclamo de las famosas letras en las colinas de Hollywood. Según sus palabras, “es una ciudad inmensa, en la que hay que ir en coche a todas partes. Y cuando los aspirantes a actores se mudan allí se ven sobrepasados. Y en ese contexto han de lidiar con los rechazos. Yo conocía el lugar y gracias a mi familia ya sabía lo que era que te negaran papeles”.

Sus padres, ambos intérpretes, le aconsejaron que no estudiara arte dramático: “Según ellos, un buen actor es una persona completa y ha de tener otras inquietudes”

Su progenitor, Robert Pine, es un secundario con 40 años de experiencia en el cine y una cara familiar en las producciones televisivas. Padre e hijo han coincidido alguna vez en castings. “Él lleva trabajando desde 1965 y se las arregló para que sus dos hijos se educaran en un colegio privado y fueran a la universidad; incluso ayudó a mi madre para que volviera a estudiar [abandonó la actuación y hoy ejerce como psicoterapeuta]. Es un gran logro. Merece todo mi respeto, más que si hubiera tenido una situación financieramente solvente”.

Fueron precisamente sus padres los que animaron al Chris adolescente a matricularse en Literatura en Berkeley, otro distintivo que le separa de la media hollywoodiense. “Me aconsejaron que hiciera lo que quisiera menos estudiar interpretación. Según ellos, un buen actor es una persona completa y con otras inquietudes. Es su opinión, aunque no creo que sea del todo verdad porque hay actores magníficos, como Benedict Cumberbatch, que han estudiado interpretación”.

Con aroma italiano.

El actor Chris Pine es embajador de Armani Code Profumo, la nueva fragancia masculina de la firma y la más reciente incorporación de la línea Code. Se trata de una versión renovada y más sensual del Armani Code original, inspirada en el tuxedo clásico de la firma. El intérprete ha protagonizado dos anuncios del perfume, en los que recorre calles, fiestas, bares y oficinas ante la incisiva mirada de mujeres.

Rob Marshall, que lo dirigió en Into the Woods, dijo en una ocasión sobre él: “Es mucho más que físico”. En la suite, Pine añade sobre su imagen: “Todavía me siento como ese chico de 15 años raro y desgarbado. Las personas cercanas saben que esa era mi vida y así me siento aún”.

A continuación, la entrevista se adentra en el terreno de las redes sociales. El intérprete cuenta que esta última semana ha llevado a cabo un experimento: ha dejado de consultarlas durante el día. “Y soy mucho más feliz”, confiesa. “Es más fácil disfrutar de la vida si no estoy conectado a gente que no me importa una mierda y que, por la virtud de poseer un teléfono, puede decirte todo tipo de cosas desagradables. Poseo un círculo social muy reducido y no tengo interés en un chaval de Orlando, Florida, que quiere mantener una conversación”, afirma encendiéndose cada vez más. “Si Twitter desencadena revoluciones en Oriente Próximo, entiendo su función, pero si es para decirme que no te gusta mi película…, soy demasiado sensible para eso”, concluye. Aunque añade que podría continuar hablando del tema durante horas.

Pine afirma que Malala Yousafzai, la activista paquistaní premiada con el Nobel de la Paz, es una de las personas que más admira. Y recientemente se ha expresado a favor de la paga igualitaria para las actrices. Con este tipo de declaraciones se ha ganado el aplauso dentro y fuera de la industria, pero al actor, rodeado de mujeres en Wonder Woman –desde la directora, Patty Jenkins, hasta el reparto, eminentemente femenino–, no le hace demasiada gracia que se le describa como feminista. “En el cine estamos asistiendo a un debate sobre sexismo y racismo. Espero que este diálogo acerca del empoderamiento de unos no sea a costa de debilitar a otros”. Y lanza una pregunta al aire: “¿Qué se entiende por feminismo? ¿Significa igualdad de derechos para las mujeres? Absolutamente. ¿Considero que las mujeres tienen que cobrar lo mismo que los hombres? Joder, claro que sí. Pero no esperes que vapulee a los hombres. No soy el tipo de tío que hace eso”.

elpaissemanal@elpais.es

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