Las 10 mejores películas de Sylvester Stallone y sus 5 gloriosos fracasos
¿Se merece el carismático actor un Oscar? Aquí, el ránking de sus triunfos, y sus derrotas
Para los que nacieron en los años ochenta, Sylvester Stallone (Nueva York, 69 años) era la quintaesencia del héroe de acción mamporrero y con escasa capacidad interpretativa. Y es que estos que nacieron en los ochenta no vivieron la gloria de Stallone cuando en 1977 fue nominado al Oscar como actor y guionista por Rocky (John G. Avildsen, 1976), ni el ya legendario bautismo que le otorgo el prestigioso crítico de cine Roger Ebert como "el nuevo Marlon Brando" gracias a su magnetismo animal en la pantalla.
Stallone, por su parte, estaba tan seguro de que iba a ganar ese Oscar que mandó construir una vitrina púrpura que 40 años después sigue vacía en algún rincón de su mansión. Este domingo la vitrina podría serle útil por fin si confirma las quinielas y se corona como el Mejor Actor Secundario por Creed (Ryan Coogler, 2015), que supone la séptima aparición en el cine del púgil apodado "el semental italiano".
Creed es la primera película sobre el personaje de Rocky Balboa que Stallone no ha escrito. También es una de las tres entregas de la saga (junto a la primera y la quinta) que no ha dirigido. Esta condición de autor es a menudo ignorada y despreciada por el público, que reduce a Sylvester a garrulo sin inquietudes artísticas a pesar de haber creado a un alter ego (Rocky Balboa) y posteriores versiones en las cuales vierte todos sus temores e inseguridades sociales.
No es tan diferente de lo que hace Woody Allen (que, por cierto, trabajó con Stallone en Bananas en 1971), quien nadie niega que sea un autor. Los introvertidos personajes de Stallone, y son suyos porque los ha escrito él, defienden valores íntegros e inquebrantables ya que no se plantean otra forma de vida. Nada mal para un chaval al que con 15 años sus compañeros votaron como "el que más probabilidades tiene de acabar en la silla eléctrica" tras ser expulsado de 14 escuelas antes de los 13 años.
El cine de acción, al igual que sucede con la comedia romántica, es considerado un género menor por culpa de la sobreexplotación de la fórmula y la saturación de subproductos que no disimulan que su única intención es arrasar en el videoclub.
Ahora que nadie alquila películas, gente como Steven Seagal, Jean-Claude Van Damme o Chuck Norris (el actor favorito de George W. Bush junto con Stallone) tienen menos trabajo y el único relevo generacional es Jason Statham, que tiene 48 años. Stallone ha vuelto para recordarnos que no hay nadie como él, que es un género en sí mismo y para despedirse, como Harrison Ford con Han Solo o Indiana Jones, retomando sus personajes míticos para que nosotros también podamos despedirnos de ellos.
Porque Sylvester Stallone nunca hizo cine para saciar su ego artístico, sino para dárselo al público. Nosotros, por nuestra parte, se lo hemos agradecido convirtiendo a estos mamporreros vulnerables en parte de la familia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.