‘Expats’
La relación de Reino Unido con la UE no es que sea especial, como dice Cameron, sino especialísima en su asimetría
El Gobierno de David Cameron, ese elitista convertido en populista con el fin de derrotar al populismo que le gana terreno dentro y fuera de su partido, pretende reducir la inmigración, o su coste para las arcas públicas británicas, introduciendo discriminaciones en los beneficios sociales a los que pueden acceder los inmigrantes.
No se trata de una cuestión que afecte sólo a polacos, búlgaros, rumanos o estonios: las estimaciones dicen que hay casi 200.000 españoles en Reino Unido, sin que sepamos cómo se verían afectados por ese recorte de derechos. Ninguno de ellos es “emigrante”, son ciudadanos europeos que ejercen un derecho tan esencial para el funcionamiento y la legitimación de la UE como lo es la libre circulación de mercancías, capitales o servicios.
Reino Unido es la plaza financiera del euro sin haber adoptado la moneda de la eurozona y sin haber puesto una sola libra en los programas de rescate que la han salvado del colapso. Se beneficia de los programas del presupuestario comunitario pero recibe un reembolso anual, el cheque británico, que nadie más recibe. Y no participa en Schengen, lo que significa que todos los ciudadanos británicos pueden circular libremente por el continente sin enseñar el pasaporte mientras que todos los demás ciudadanos tienen que enseñarlo al entrar en Reino Unido. No es una relación especial, como dice Cameron, sino especialísima en su asimetría y falta de justificación.
Ahora, con una situación cercana al pleno empleo (5% de paro), el Gobierno británico exige un “freno de emergencia” para limitar la inmigración. Hay que reconocer que los británicos son unos virtuosos del lenguaje y de la diplomacia. Estén en Dakar, Murcia, Amman o La Paz, los británicos nunca son inmigrantes, sino expats, expatriados. Pero cuando te instalas en Reino Unido, da igual que seas un ciudadano comunitario, un miembro de la Commonwealth o un ciudadano del mundo, eres un inmigrante. En España distinguimos entre residentes comunitarios, residentes extracomunitarios e inmigrantes en situación irregular. Pero esos matices allí no valen: la cosa es arrojar unos inmigrantes al volcán del populismo a ver si aplacamos a la fiera. Pero igual le despertamos el apetito aún más. @jitorreblanca
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