En nombre de la paridad
Me pregunto si no sería una idea brillante hacer un inventario de la “paridad” en los cuadros del Museo del Prado. Caso de que no se cumpla, convendría encargar a los restauradores que enmendasen esa lacra corrigiendo algunos de los cuadros y suprimiendo unos cuantos señores y poniendo en su lugar señoras. En las Natividades, por ejemplo, hay muchísimos pastores y ninguna pastora. ¿Se puede soportar algo así? No hablemos ya del exceso de profetas, reyes y dioses del Olimpo. La fragua de Vulcano, de Velázquez es intolerable, la verdad. Que se remedie todo ello o que se clausure el Museo del Prado, ¡qué demonios! La verdad, las ridiculeces del tipo de esas novedosas cabalgatas de Reyes de Madrid lo que hacen es perjudicar a la causa de la lucha contra las desigualdades por sexo.
Como mujer, me ofenden y me consternan y como ciudadana me desternillaría de risa si no me ruborizase de vergüenza ajena.— María Teresa Gallego Urrutia.
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