Elecciones 20-D

En la última jornada de reflexión, en mayo pasado, Felipe González pronunció una acertada frase. Se valora la democracia cuando se pierde. Así pasa siempre en la vida, también cuando perdemos a un ser querido. Hemos ejercido lo que en muchos países está limitado o prohibido. Vivimos quejosos de nuestros gobernantes, pero la verdad es que, en líneas generales, respetan nuestros derechos y libertades. Somos los ciudadanos los que en ocasiones incumplimos, a sabiendas, nuestros deberes. Cuando vienen las consecuencias por nuestro actuar, el culpable es el ministro, el banquero, el empresario o el concejal de turno. Ni usted ni yo, faltaría más, somos responsables de nada. En las elecciones los ciudadanos examinamos a nuestros gobernantes, con sus aciertos y errores; pero de alguna manera nos examinamos todos; los votantes tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad en la marcha de España, hoy y en el futuro.— José Luis Gardón. Madrid.

Nuevo panorama político de gobierno en España. Es el momento idóneo para crecer y madurar políticamente. ¿Serán capaces de hacerlo? Me gustaría ser más optimista y pensar que sí; desgraciadamente leo los titulares de la prensa de ayer, rememoro la oratoria de los elegidos y mi ilusión por el cambio se desvanece. España, la vida misma, son y somos plurales, heterogéneos. Deposité el voto con la humilde confianza de que el escenario iba a dar un gran cambio, que las personas elegidas iban a trabajar en común por consensuar aspectos tan importantes como la economía, sanidad y educación. Los resultados obtenidos dan cabida a que todo el mundo estemos representados, a que los opuestos se den la mano; ojalá sea así.— Empar Peris Cerdá. Elche (Alicante).

En Francia socialistas y conservadores se apoyaron mutuamente para frenar al Frente Nacional. En Alemania gobiernan juntos para salir de la crisis. ¿Sería tanto pedir que los tres grandes partidos constitucionalistas españoles actúen con idéntica altura de miras y sentido de Estado? Es indispensable que los partidos Popular, Socialista y Ciudadanos limen sus asperezas y superen sus diferencias para alcanzar un acuerdo de mínimos que permita formar un Gobierno estable. Estos mínimos podrían contemplar un pacto por la educación, un pacto contra la corrupción, una actitud firme frente a los delirios separatistas y ayudas para aquellos a quienes la crisis y los recortes han dejado en situación de pobreza.— Ricardo Moreno Castillo. Madrid.