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Recuerdos navideños

La moto que los Reyes Magos trajeron al actor Mario Casas a los 14 años. Un banquete de lechuga en casa de la bailaora Rocío Molina. Un viaje secreto de la actriz Inma Cuesta en fin de año. Reunimos a cinco parejas del mundo de la moda, el flamenco y la gran pantalla para celebrar la entrada de 2016

Virginia López Enano

Virginia López Enano

19 dic 2015 - 00:00CET

Arturo Valls sabe que en casa de Violeta Rodríguez se reúnen más de 25 personas la noche del 5 de enero. Ella se sorprende cuando el actor lo cuenta, porque ambos se conocieron hace escasos meses. “Yo hice unos Reyes con tus padres y tu tío”, le responde Arturo a la hija del director David Trueba. Violeta, de 18 años, no había nacido cuando el presentador, recién llegado de Valencia, debutó como uno de los reporteros trajeados de ‘Caiga quien caiga’. “Wyoming y Pablo Carbonell son amigos de la familia de Violeta y me invitaron a cenar con ellos porque esa noche me pilló solo en Madrid. La recuerdo como una fiesta donde se reúne mucha gente”. Ahora, Arturo prefiere pasar las Navidades en chanclas y bañador. “Cuando llega el 26 o 27 de diciembre viajamos a la playa, buscando el calor. Se nos hace el invierno más corto”. Arturo y Violeta acaban de terminar de rodar ‘Los del túnel’, la primera película del valenciano como productor. También es la primera de ella como actriz “consciente”, recalca, ya que solo tenía 10 años en su primera aparición en la gran pantalla. “Violeta es la luz. Llegabas al rodaje y en el interior del túnel venía muy bien ver esa sonrisa. La veías ahí tan contenta y tan disfrutona”, comenta Arturo mientras a ella le sube el rubor a las mejillas. El resultado ha sido una película coral y divertida que verá la luz en 2016. — Arturo Valls sabe que en casa de Violeta Rodríguez se reúnen más de 25 personas la noche del 5 de enero. Ella se sorprende cuando el actor lo cuenta, porque ambos se conocieron hace escasos meses. “Yo hice unos Reyes con tus padres y tu tío”, le responde Arturo a la hija del director David Trueba. Violeta, de 18 años, no había nacido cuando el presentador, recién llegado de Valencia, debutó como uno de los reporteros trajeados de ‘Caiga quien caiga’. “Wyoming y Pablo Carbonell son amigos de la familia de Violeta y me invitaron a cenar con ellos porque esa noche me pilló solo en Madrid. La recuerdo como una fiesta donde se reúne mucha gente”. Ahora, Arturo prefiere pasar las Navidades en chanclas y bañador. “Cuando llega el 26 o 27 de diciembre viajamos a la playa, buscando el calor. Se nos hace el invierno más corto”. Arturo y Violeta acaban de terminar de rodar ‘Los del túnel’, la primera película del valenciano como productor. También es la primera de ella como actriz “consciente”, recalca, ya que solo tenía 10 años en su primera aparición en la gran pantalla. “Violeta es la luz. Llegabas al rodaje y en el interior del túnel venía muy bien ver esa sonrisa. La veías ahí tan contenta y tan disfrutona”, comenta Arturo mientras a ella le sube el rubor a las mejillas. El resultado ha sido una película coral y divertida que verá la luz en 2016.Jordi Socías. Estilismo: Nono Vázquez

Le da igual que le estén haciendo una foto. Leticia Dolera aprovecha el momento para explicarle la situación de Cataluña a Inma Cuesta, que pregunta curiosa. La riñen en broma, pero ella sonríe divertida con ojos de niña pícara y vuelve a abrir la boca a modo de travesura, como si el silencio le aburriera. Inma y Leticia no se conocen desde hace mucho, pero se advierte que conectan de maravilla. Tienen más en común de lo que pensaban. A las dos les da pereza la Navidad. “Para mí nunca es una fecha demasiado especial”, explica Inma. “Me pasa un poco igual. Es como que todos nos ponemos muy ‘buenistas’ y luego se nos olvida el resto del año”, añade Leticia. Sin embargo, si tienen que salvar un día, ambas se quedan con el 1 de enero. “Me parece especialmente positivo. Pueden pasar muchas cosas al comenzar el año. En 2013 tuve una Nochevieja bastante especial. De repente lo cambié todo, cogí un tren y empecé el año de una manera muy bonita. Hasta aquí puedo contar”, revela Inma, a la que no hay forma de rebañarle ningún detalle más. Ambas forman parte del reparto de ‘La novia’, con Inma como protagonista, una adaptación de ‘Bodas de sangre’, de Lorca. “Inma consigue que respires con ella. Eso es porque se entrega, porque es una artista auténtica, de piel, de sentir las cosas mucho”, explica Leticia, que además revela las dotes musicales de su compañera de reparto. “Soy DJ de lo que surja. En los rodajes hay ratos de espera donde lo que necesitas es una Raffaella Carrà, una Marisol o Los Chichos”, bromea Inma. — Le da igual que le estén haciendo una foto. Leticia Dolera aprovecha el momento para explicarle la situación de Cataluña a Inma Cuesta, que pregunta curiosa. La riñen en broma, pero ella sonríe divertida con ojos de niña pícara y vuelve a abrir la boca a modo de travesura, como si el silencio le aburriera. Inma y Leticia no se conocen desde hace mucho, pero se advierte que conectan de maravilla. Tienen más en común de lo que pensaban. A las dos les da pereza la Navidad. “Para mí nunca es una fecha demasiado especial”, explica Inma. “Me pasa un poco igual. Es como que todos nos ponemos muy ‘buenistas’ y luego se nos olvida el resto del año”, añade Leticia. Sin embargo, si tienen que salvar un día, ambas se quedan con el 1 de enero. “Me parece especialmente positivo. Pueden pasar muchas cosas al comenzar el año. En 2013 tuve una Nochevieja bastante especial. De repente lo cambié todo, cogí un tren y empecé el año de una manera muy bonita. Hasta aquí puedo contar”, revela Inma, a la que no hay forma de rebañarle ningún detalle más. Ambas forman parte del reparto de ‘La novia’, con Inma como protagonista, una adaptación de ‘Bodas de sangre’, de Lorca. “Inma consigue que respires con ella. Eso es porque se entrega, porque es una artista auténtica, de piel, de sentir las cosas mucho”, explica Leticia, que además revela las dotes musicales de su compañera de reparto. “Soy DJ de lo que surja. En los rodajes hay ratos de espera donde lo que necesitas es una Raffaella Carrà, una Marisol o Los Chichos”, bromea Inma.Jordi Socías. Estilismo: Nono Vázquez

Tres veces consecutivas se han alzado Los Alvarno, la firma de Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, con el premio a la mejor colección de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Son los únicos diseñadores que lo han conseguido. “La segunda vez me llamaron para decírmelo y contesté: ‘¿Es una broma?’. La tercera me quedé sin palabras”, recuerda Arnaud. “Queríamos transmitir emoción y hacer vibrar a la gente”, explica Álvaro. Algo que consiguieron con el protagonista de su colección: Darth Vader. “Nos gustó porque cada ser humano tiene un lado bueno y otro malo. Es un personaje que la gente no esperaba”, añade Arnaud. Ambos diseñadores fundaron Los Alvarno hace 6 años, pero se conocen desde hace 15. Por entonces, Arnaud era el director de estudio de Lagerfeld Gallery y Álvaro mandaba su currículo cada dos semanas y los llamaba “una vez al día”. “Bueno, a lo mejor a diario, no, pero una vez a la semana, seguro”, matiza entre risas. Su firma está dando sus primeros pasos y no pueden permitirse desconectar demasiado en Navidad. Además, son directores creativos de la marca Azzaro, con la que desfilan en Francia. “Es un periodo en el que nosotros avanzamos más rápido. Cuando pasa estamos en fechas para el desfile de París y para el nuestro, que es nada más volver. Tenemos que dejarlo todo preparado para esos días. Así que nos toca trabajar”, se lamenta Álvaro. — Tres veces consecutivas se han alzado Los Alvarno, la firma de Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, con el premio a la mejor colección de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid. Son los únicos diseñadores que lo han conseguido. “La segunda vez me llamaron para decírmelo y contesté: ‘¿Es una broma?’. La tercera me quedé sin palabras”, recuerda Arnaud. “Queríamos transmitir emoción y hacer vibrar a la gente”, explica Álvaro. Algo que consiguieron con el protagonista de su colección: Darth Vader. “Nos gustó porque cada ser humano tiene un lado bueno y otro malo. Es un personaje que la gente no esperaba”, añade Arnaud. Ambos diseñadores fundaron Los Alvarno hace 6 años, pero se conocen desde hace 15. Por entonces, Arnaud era el director de estudio de Lagerfeld Gallery y Álvaro mandaba su currículo cada dos semanas y los llamaba “una vez al día”. “Bueno, a lo mejor a diario, no, pero una vez a la semana, seguro”, matiza entre risas. Su firma está dando sus primeros pasos y no pueden permitirse desconectar demasiado en Navidad. Además, son directores creativos de la marca Azzaro, con la que desfilan en Francia. “Es un periodo en el que nosotros avanzamos más rápido. Cuando pasa estamos en fechas para el desfile de París y para el nuestro, que es nada más volver. Tenemos que dejarlo todo preparado para esos días. Así que nos toca trabajar”, se lamenta Álvaro.Jordi Socías. Estilismo: Nono Vázquez

Se le saltaban las lágrimas a la cantaora Rosario Guerrero, ‘La Tremendita’, la primera Navidad que vivió en casa de Rocío Molina. Se le saltaban ante la opulencia de gambas y langostinos que veía desfilar delante de sus pupilas hambrientas. Y cuando creía que su estómago no podía estar más ansioso, un grito cosquilleó su tímpano hasta hacerla salivar: “Ahora el plato más especial”. En el salón se abrió paso un bol hasta arriba de lechuga. Tan humilde que ni siquiera las hojas estaban troceadas. Aquel ‘castigo’ era para Rocío, que devoró tan solo con un poco de aliño. “La cena de Navidad me gusta hacerla en pijama y con un bol de lechuga como plato principal”, se defiende la bailaora. “Es la combinación perfecta, para mí las gambas y para ella la ensalada”, responde La Tremendita. Bailaora y cantaora se conocen desde hace 12 años y la chispa entre ambas casi le quema a uno las pestañas al mirarlas de cerca. “Conectar directamente con un artista es algo que ocurre muy pocas veces en la vida. A mí se me mueve el cuerpo solo con su voz y a ella el cante imagino que le saldrá solo también”, expresa Rocío buscando la respuesta en los ojos de su compañera. “Menos, menos”, bromea Rosario. Juntas tienen el espectáculo ‘Afectos’, en el que La Tremendita acompaña con su voz el arrebatado baile de Rocío en una unión espectacular y muy íntima de música y danza. “El flamenco es muy peculiar. A veces un silencio dice más que un ‘zapateao’ muy fuerte”, sentencia la bailaora. — Se le saltaban las lágrimas a la cantaora Rosario Guerrero, ‘La Tremendita’, la primera Navidad que vivió en casa de Rocío Molina. Se le saltaban ante la opulencia de gambas y langostinos que veía desfilar delante de sus pupilas hambrientas. Y cuando creía que su estómago no podía estar más ansioso, un grito cosquilleó su tímpano hasta hacerla salivar: “Ahora el plato más especial”. En el salón se abrió paso un bol hasta arriba de lechuga. Tan humilde que ni siquiera las hojas estaban troceadas. Aquel ‘castigo’ era para Rocío, que devoró tan solo con un poco de aliño. “La cena de Navidad me gusta hacerla en pijama y con un bol de lechuga como plato principal”, se defiende la bailaora. “Es la combinación perfecta, para mí las gambas y para ella la ensalada”, responde La Tremendita. Bailaora y cantaora se conocen desde hace 12 años y la chispa entre ambas casi le quema a uno las pestañas al mirarlas de cerca. “Conectar directamente con un artista es algo que ocurre muy pocas veces en la vida. A mí se me mueve el cuerpo solo con su voz y a ella el cante imagino que le saldrá solo también”, expresa Rocío buscando la respuesta en los ojos de su compañera. “Menos, menos”, bromea Rosario. Juntas tienen el espectáculo ‘Afectos’, en el que La Tremendita acompaña con su voz el arrebatado baile de Rocío en una unión espectacular y muy íntima de música y danza. “El flamenco es muy peculiar. A veces un silencio dice más que un ‘zapateao’ muy fuerte”, sentencia la bailaora.Jordi Socías. Estilismo: Nono Vázquez

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