6 fotosHoy no hay serie: 5 películas sobre sexo para ver en familiaLos jóvenes aún se avergüenzan ante las escenas íntimas en presencia de sus padres. Haga terapia de choque 18 nov 2015 - 09:52CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"Compartir el rubor en familia ante una imagen que nos excita puede ser una experiencia hacia la naturalidad y la madurez equilibrada", afirma Mercedes Martínez, criminóloga y psicoterapeuta que trata a sus pacientes a través del visionado de películas y un posterior debate al respecto. En la memoria de los ahora adultos, destacan con nitidez esas escenas subiditas de tono que presenciamos junto a nuestros padres con el adorno de un ataque de risa o una tos repentina. En un afán por naturalizar el acto sexual entre los adolescentes y jóvenes de la casa, la experta recomienda a los padres alejarse del tabú con la ayuda de cine. A través de Medi-Cine, su personalísimo proyecto, plantea el visionado de estos filmes que facilitarán la tarea. "Papá, mamá, ¿nos vemos una de sexo?"."Una historia tremendamente erótica de la fantasiosa vida sexual de una bellísima adolescente. Una lección importante para aprender a jugar con una energía tan poderosa como la seducción, que puede llegar muy lejos, demasiado, si no se controla", narra la especialista. Justo lo que sucede cuando se es adolescente. "Lila aprende, sus admiradores y los espectadores que vemos su historia también. Seducir… y luego, ¿qué?"."El despertar al amor y la sexualidad de una joven de 15 años nos permite atravesar sensaciones y reflexiones comunes a cualquier edad e identidad sexual", cuenta Mercedes. El valor y la fuerza del deseo incontrolable harán que la protagonista no se reconozca a si misma, perderá su norte para volverlo a encontrar varias veces en el camino que recorre hasta el amor y la madurez. ¿Es necesario defenderse, reafirmarse y exhibirse o conviene proteger la intimidad y compartirla solo con quien la respeta? Y si el deseo cambia de rumbo, ¿se ha acabado el amor? Esta historia aborda tales cuestiones, con una honda enseñanza sobre la entrega, el deseo, la amistad y el amor dentro y fuera de la pareja.Esta película recrea el encuentro real en París de Anaïs Nin, escritora erótica, y el autor Henry Miller, junto a sus respectivas parejas. "A lo largo del metraje, exploran la libertad sexual para inspirar su literatura, que luego inspirará a sus lectores, para convertir la vida en un juego de espejos", analiza la experta: "La creatividad en el sexo, como en cualquier otro aspecto de la vida, es imprescindible para evolucionar, sin caer en la rutina mecánica de las repeticiones". ¿Un mensaje demasiado osado para ver en familia? Los expertos aconsejan abordar el tema de las relaciones íntimas con los niños desde primaria. Eso sí: para el visionado de estas películas, el Ministerio de Cultura aconseja esperar a los 16 o 18 años, según cada caso. No es tarde. "Hay descendientes que no se sienten cómodos de de ver este tipo de películas con sus padres ni cumplidos los 40", recuerda Mercedes.Es la historia de un hombre que a los 38 años decide perder su virginidad con ayuda de una terapeuta sexual. "Esta delicada trama nos muestra cómo una buena sexualidad, donde los practicantes están totalmente presentes, puede conducir hacia el amor verdadero", narra Mercedes: "El respeto hacia uno mismo y la libertad que muestran los dos protagonistas, la terapeuta y su paciente, ante una situación tan insólita, nos hace replantearnos el pudor y el placer disponible para cualquier tipo de cuerpo y de encuentro".Brandon, el protagonista de este filme, es adicto al sexo y cada vez tiene más dificultades para sentir placer. Tiene disociado el amor de la sexualidad. De hecho, la afectividad le impide sentir deseo y placer sexual, que solo obtiene con desconocidas. "Su caso se conoce con 'El síndrome de la Madonna'. En ocasiones, cuando la educación sexual para los hombres es sobre todo a través de la pornografía, puede instalarse una irrefrenable adicción al deseo (excitación que está en la mente: se piensa que se obtendrá bienestar al conseguir lo que se persigue) con imposibilidad de llegar al placer (sensación de bienestar en el cuerpo)", detalla la psicoterapeuta. Toda una lección sobre el comportamiento humano (con rombos o sin ellos).