Emocionados y agradecidos
No importa que la hucha de las pensiones, en tan solo una legislatura, esté casi a la mitad o que la deuda pública ya sea insuperable. Lo de menos son las casi 100.000 personas que han fallecido por los recortes de la ley de dependencia, o mantener las infinitas “empresas públicas” con el único beneficio de sostener el sueldo a los amigos. Parece que ya vemos la luz al final del túnel, y eso que cada vez está más cara. Los presupuestos del Estado ya son los más sociales. Después de infinitas subidas y de traspasar todas las líneas rojas, de pronto se han acordado de los ciudadanos. Y la paradoja es que los más beneficiados son los funcionarios.
Desde luego, nada tiene que ver que las elecciones estén próximas, hasta Montoro dice que no puede ser que las grandes empresas paguen tan pocos impuestos; incluso darán un indulto. Al final hasta bajarán el IRPF y seguramente el IVA, si ganan. Miedo da saber qué nos espera si no ocurre así.— Agustín García Arrabal.
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