Por Bárbara Mineo, responsable de Acción Humanitaria de Oxfam Intermón.
Millon, técnico de agua y saneamiento de Intermón Oxfam junto a Fankia Ibrahim recogiendo agua en un punto de distribución rehabilitado de la Comunidad de Kole afectada por la sequía. Foto: Pablo Tosco/Oxfam Intermón.
Hoy, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria me viene a la mente mi primera misión humanitaria en el 1999 en Republica Democrática del Congo -RDC- .
Por primera vez en mi vida pisaba la parte subsahariana del continente africano y no era muy consciente de lo que me iba a encontrar. Cuando me dijeron que había sido asignada a Kisenge para trabajar en el campamento de refugiados angolanos más grande del país me quedé sin palabras.
En esa época el conflicto en Angola entre gobierno e Unita estaba muy presente y en RDC Kabila, jefe de uno de los grupos rebeldes, acababa de subir al poder.
Sabía que iba a meterme en algo “peligroso” como decían mis amigos y familiares. Iba como trabajadora humanitaria para brindar asistencia alimentaria a las poblaciones víctimas de una situación de conflicto de manera independiente, imparcial y con la convicción de que mi pequeña labor iba a contribuir a mejorar, aunque poquito, las condiciones de vida de esas personas. Esta labor me hacía feliz.
Y así fue mi primera experiencia. Fue muy positiva a pesar de las dificultades debidas al contexto difícil y a la inestabilidad política del momento, a pesar de haber presenciado algunas situaciones de violencia. Me sentí muy útil. Aprendí a tratar con los militares y con los grupos armados , puesto que, en definitiva, dábamos asistencia humanitaria a sus familiares, por lo que de alguna manera me sentía protegida y respetada.
Así fueron mis primeros dos años de misiones en África. Claramente los atentados del 11 de septiembre cambiaron todo y en unos años las consecuencias se hicieron visibles también en el sector humanitario. Poco a poco perdimos esa seguridad y respecto que los otros tenían hacia el personal humanitario y progresivamente nos hemos ido convirtiendo en el blanco de varios de los grupos armados y militares que operan en muchos países.
Ya en el 2009 uno de los periódicos internacionales más conocido, citaba la labor de los humanitarios como uno de los trabajos más peligrosos en el mundo.
A raíz de este cambio brutal, los trabajadores humanitarios hemos tenido que “equiparnos mejor y adaptarnos” para poder seguir haciendo nuestro trabajo, que hasta el día de hoy nos motiva enormemente, y que se hace cada vez más necesario debido al incremento sin precedentes de crisis humanitarias y del número de personas afectadas por ellas en todo el mundo.
A los conflictos en Siria, República Centroafricana, Sudán del Sur, se une la situación de millones de personas afectadas por el terremoto de Nepal, mientras continúa siendo preciso atender a los afectados por las emergencias en países como Yemen. El número de refugiados y desplazados en el mundo actualmente supera los 59,5 millones.
En definitiva, el día Mundial de la Asistencia Humanitaria es una fecha para recordar a los trabajadores humanitarios que han muerto en estos años, así como rendir homenaje a todos los compañeros y compañeras que cada día arriesgan su vida con un único objetivo: brindar ayuda a millones de personas que viven entre la vida y la muerte en todo el mundo. Es un día para dar a conocer a la sociedad civil nuestro trabajo y la importancia que tiene su apoyo para seguir asistiendo a las personas que más lo necesitan. Pero también es una oportunidad para celebrar el espíritu que inspira este trabajo en todo el mundo.
Comentarios
Bárbara, Me gusta tu reflexión y relato. Gracias.Curiosamente mi experiencia como humanitario también se produjo en la República Democrática del Congo, en la primera crisis hutu - tutsi y posteriormente estuve en Angola un par de años.Por si le quieres echar un vistazo, esto es el que escribía yo en mi blog hace justo un año, como motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, por los riesgos de esta profesión peligrosa tanto para nacionales como para expatriados. http://wp.me/p4bWmU-8QSaludos,Fernando @CuevaAlv
La vida en el planeta Tierra se ha convertido en un gigantesco inodoro donde defecan millones de egoístas y ladrones. No sé como será la vida en otros planetas. No me extraña que en los demás planetas del sistema solar estén ausentes las víboras venenosas, de origen humano.
Aquellos años de las cuestaciones por la pobreza del tercer mundo, con las paradas montadas en las plazas de nuestras poblaciones recogiendo donativos, y pinchando una banderita en la solapa a la salida de misa.Un concepto de la miseria humana acumulado en varios niveles de superioridad y de inferioridad del ser humano en varias categorías de ricos y pobres.Algo como merecido.Consintiendo la explotación cometida por gobiernos títeres e irresponsables que nunca velan por el avance y la mejora de sus poblaciones.O en el peor de los casos utilizando la pena o la lástima de la desgracia social generada como una forma de recaudar gratis grandes sumas de dinero que se quedan de forma impune para si mismos.Por eso existen grandes fortunas particulares escondidas en los paraísos fiscales, mientras los pueblos de algunas naciones del tercer mundo siguen siendo muy pobres y miserables, carentes de todo tipo de progreso. La miseria como un negocio.A la luz de los derechos humanos que rigen el mundo como un lugar inestable de dos velocidades, una para los ricos y otra para pobres.Vista la impunidad con la que se permiten las injusticias que se cometen desde los fanatismos.Odios y esclavitud.Dando lugar a la desesperación de las gentes.
"La miseria como un negocio" , escribe Mequinenza. Y qué razón tiene. La mayoría de los gobernantes que se dicen populistas no son mas que fabricantes de pobreza. Lo hacen adrede para así perpetuarse en el poder. Analfabetismo, pobreza, carencia de agua y redes sanitarias, falta de escuelas, hospitales, etc. etc. producen seres incapaces de pensar por si mismos y tomar conciencia de la situación en que han sido ubicados. A pesar de todo, muchas veces nos llevamos sorpresas dignas de ser conocidas: en las islas del Lago Titicaca, a 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, sus habitantes hablan además de su lengua vernácula, español, inglés, y hasta unas frases de alemán y francés, para atender a los turistas.
Bárbara, Me gusta tu reflexión y relato. Gracias.Curiosamente mi experiencia como humanitario también se produjo en la República Democrática del Congo, en la primera crisis hutu - tutsi y posteriormente estuve en Angola un par de años.Por si le quieres echar un vistazo, esto es el que escribía yo en mi blog hace justo un año, como motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, por los riesgos de esta profesión peligrosa tanto para nacionales como para expatriados. http://wp.me/p4bWmU-8QSaludos,Fernando @CuevaAlv
La vida en el planeta Tierra se ha convertido en un gigantesco inodoro donde defecan millones de egoístas y ladrones. No sé como será la vida en otros planetas. No me extraña que en los demás planetas del sistema solar estén ausentes las víboras venenosas, de origen humano.
Aquellos años de las cuestaciones por la pobreza del tercer mundo, con las paradas montadas en las plazas de nuestras poblaciones recogiendo donativos, y pinchando una banderita en la solapa a la salida de misa.Un concepto de la miseria humana acumulado en varios niveles de superioridad y de inferioridad del ser humano en varias categorías de ricos y pobres.Algo como merecido.Consintiendo la explotación cometida por gobiernos títeres e irresponsables que nunca velan por el avance y la mejora de sus poblaciones.O en el peor de los casos utilizando la pena o la lástima de la desgracia social generada como una forma de recaudar gratis grandes sumas de dinero que se quedan de forma impune para si mismos.Por eso existen grandes fortunas particulares escondidas en los paraísos fiscales, mientras los pueblos de algunas naciones del tercer mundo siguen siendo muy pobres y miserables, carentes de todo tipo de progreso. La miseria como un negocio.A la luz de los derechos humanos que rigen el mundo como un lugar inestable de dos velocidades, una para los ricos y otra para pobres.Vista la impunidad con la que se permiten las injusticias que se cometen desde los fanatismos.Odios y esclavitud.Dando lugar a la desesperación de las gentes.
"La miseria como un negocio" , escribe Mequinenza. Y qué razón tiene. La mayoría de los gobernantes que se dicen populistas no son mas que fabricantes de pobreza. Lo hacen adrede para así perpetuarse en el poder. Analfabetismo, pobreza, carencia de agua y redes sanitarias, falta de escuelas, hospitales, etc. etc. producen seres incapaces de pensar por si mismos y tomar conciencia de la situación en que han sido ubicados. A pesar de todo, muchas veces nos llevamos sorpresas dignas de ser conocidas: en las islas del Lago Titicaca, a 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, sus habitantes hablan además de su lengua vernácula, español, inglés, y hasta unas frases de alemán y francés, para atender a los turistas.
Bárbara, Me gusta tu reflexión y relato. Gracias.Curiosamente mi experiencia como humanitario también se produjo en la República Democrática del Congo, en la primera crisis hutu - tutsi y posteriormente estuve en Angola un par de años.Por si le quieres echar un vistazo, esto es el que escribía yo en mi blog hace justo un año, como motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, por los riesgos de esta profesión peligrosa tanto para nacionales como para expatriados. http://wp.me/p4bWmU-8QSaludos,Fernando @CuevaAlv
La vida en el planeta Tierra se ha convertido en un gigantesco inodoro donde defecan millones de egoístas y ladrones. No sé como será la vida en otros planetas. No me extraña que en los demás planetas del sistema solar estén ausentes las víboras venenosas, de origen humano.
Aquellos años de las cuestaciones por la pobreza del tercer mundo, con las paradas montadas en las plazas de nuestras poblaciones recogiendo donativos, y pinchando una banderita en la solapa a la salida de misa.Un concepto de la miseria humana acumulado en varios niveles de superioridad y de inferioridad del ser humano en varias categorías de ricos y pobres.Algo como merecido.Consintiendo la explotación cometida por gobiernos títeres e irresponsables que nunca velan por el avance y la mejora de sus poblaciones.O en el peor de los casos utilizando la pena o la lástima de la desgracia social generada como una forma de recaudar gratis grandes sumas de dinero que se quedan de forma impune para si mismos.Por eso existen grandes fortunas particulares escondidas en los paraísos fiscales, mientras los pueblos de algunas naciones del tercer mundo siguen siendo muy pobres y miserables, carentes de todo tipo de progreso. La miseria como un negocio.A la luz de los derechos humanos que rigen el mundo como un lugar inestable de dos velocidades, una para los ricos y otra para pobres.Vista la impunidad con la que se permiten las injusticias que se cometen desde los fanatismos.Odios y esclavitud.Dando lugar a la desesperación de las gentes.
"La miseria como un negocio" , escribe Mequinenza. Y qué razón tiene. La mayoría de los gobernantes que se dicen populistas no son mas que fabricantes de pobreza. Lo hacen adrede para así perpetuarse en el poder. Analfabetismo, pobreza, carencia de agua y redes sanitarias, falta de escuelas, hospitales, etc. etc. producen seres incapaces de pensar por si mismos y tomar conciencia de la situación en que han sido ubicados. A pesar de todo, muchas veces nos llevamos sorpresas dignas de ser conocidas: en las islas del Lago Titicaca, a 3800 metros de altura sobre el nivel del mar, sus habitantes hablan además de su lengua vernácula, español, inglés, y hasta unas frases de alemán y francés, para atender a los turistas.
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