Desafiando las leyes de la gravedad
La acrobacia como herramienta contra la pobreza y la exclusión social aterriza en España
Son las siete de la mañana, hay nueve grados de temperatura en la calle; Samuel, Kelvin y Eric, de ocho y nueve años, deambulan en la entrada del centro comercial Junction, una de las mayores galerías de Nairobi. Vestidos con prendas sucias y rotas, arrastran un saco de rafia con el que recogen basura para revender con una mano, mientras con la otra sujetan una botella de plástico con la que esnifan cola. Según Unicef, en los barrios deprimidos de Kenia, los niños tienen más probabilidades de convertirse en adictos al pegamento que a graduarse en la escuela secundaria.
La vida de estos chicos no es una excepción en Kenia, donde el 42% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Las estadísticas apuntan que, tan solo en Nairobi, son más de 500.000 niños de la calle, y las cifras parecen no dejar de crecer. El desempleo en el país afecta mayoritariamente a los jóvenes, y sobre todo, a los de las zonas urbanas. Si bien el desempleo de jóvenes entre 15 y 25 años es del 20-25% en la zona rural, el desempleo en la ciudad se encontraría entre un 35 y un 60% según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"En Nairobi la pobreza es un gran problema. Muchos jóvenes y niños viven en la calle, sin comida, sin refugio, comiendo de la basura. Muchos acaban convirtiéndose en ladrones y muriendo de un disparo de la policía. Algunos terminan contrayendo el VIH debido a la falta de educación y la espiral acaba siendo mortal", reconoce Antony Mwangi, uno de los cinco jóvenes del grupo Afro Jungle Jeegs. Provenientes de diferentes barrios marginales de la capital keniana, Antony Mwangi, Bonface Sakwa, David Kiarie, Nicholas Okoth y Ronald Onzere, los cinco acróbatas que forman este grupo, observan la realidad de los necesitados del país con cierto optimismo, a pesar de la multitud de retos y problemáticas que afrontar
Parte de un movimiento mucho más grande que engloba a docenas de acróbatas kenianos, este pequeño grupo de cinco artistas visita España este verano para llevar las acrobacias de gira en festivales y ferias. “Estamos de gira por Europa durante tres meses. Nuestro objetivo es poder dedicar el dinero que estamos recaudando a mejorar la escuela de acróbatas que tenemos en Jericho. Nuestra gira, en este sentido, es totalmente benéfica. Para generar un futuro mejor entre nuestros jóvenes y procurar educación a través de las artes circenses”, nos cuenta Bonface Sakwa, otro de los miembros de la joven banda de gira por España gracias a la productora Con Mucho Arte.
El barrio de Jericho, de donde provienen parte de los Afro Jungle Jeegs, no es una de las zonas más pobres pero si una de las más peligrosas de la ciudad. La falta de actividad económica y la pobreza endémica del vecindario hace que emerjan bandas de delincuentes juveniles que, como sucede en otros barrios como Kayole, Dandora o Buruburu, tienen a los vecinos aterrorizados. “Nos entristece muchísimo que se produzca tal violencia en nuestras comunidades. Cuando vemos a los chavales, tan jóvenes, dedicándose a este tipo de actividades, nos desesperamos. Es por eso por lo que los llamamos a unirse a nosotros y a utilizar su talento y energía para paliar la pobreza y luchar por la paz”, confiesa David Kiarie, uno de los saltimbanquis de Afro Jungle Jeegs, con ganas de generar nuevas dinámicas en sus barrios a través de las acrobacias.
En los barrios deprimidos de Kenia, los niños tienen más probabilidades de convertirse en adictos al pegamento que a graduarse en la escuela secundaria
“Utilizamos la acrobacia como una herramienta poderosa para luchar contra la pobreza, la discriminación o el crimen, y así empoderamos a los jóvenes a través de la disciplina del gimnasio y el trabajo en equipo. Trabajar en equipo ayuda a dejarse de preocupar por uno mismo y empezar a dar importancia al grupo por encima del individuo”, subraya David.
Los Afro Jungle Jeegs no son el único grupo de acrobacias del país. La escuela Sarakasi, situada en el barrio de Ngara, en el centro de Nairobi, fue la primera escuela de circo, danza y acrobacias del África del Este. De allí salen la mayoría de profesores y profesionales del país, multiplicando las iniciativas y el impacto de las acrobacias en los barrios más desfavorecidos de la ciudad. “Con nosotros, todo comenzó cuando conocimos a un grupo de hombres que se dedicaban a las acrobacias, nos preguntaron si estábamos interesados en aprender y nos decidimos. Al principio nos daba mucho miedo, por las caídas y el daño que te puedes hacer. Pero nos dimos cuenta que no era tan difícil como pensábamos. Así que, en cuando vimos los beneficios físicos, mentales, económicos y sociales de nuestro trabajo, decidimos comprometer nuestras vidas con la acrobacia”, cuenta Nicholas Okoth, el cuarto miembro de los cinco acróbatas nairobenses.
Cuando vimos los beneficios físicos, mentales, económicos y sociales de nuestro trabajo, decidimos comprometer nuestras vidas con la acrobacia
Donde la vida pesa tanto como en Jericho, poner el centro de gravedad en la confianza hacia el equipo o la comunidad es la base para el equilibrio. “Nuestros entrenamientos son gratuitos. No cobramos nada para que todo el mundo pueda unirse a nosotros. La acrobacia es un movimiento social”, cuenta Ronald Onzere, quien junto a los compañeros de Afro Jungle Jeegs demuestra una profunda sensibilidad social. Y es que este grupo de kenianos no desean solamente hacer que las acrobacias se expandan entre los jóvenes, sino que pretenden generar puestos de trabajo y fomentar la inclusión social; y de paso, incubar esperanza y confianza tanto en los acróbatas como individuos como en la comunidad que los rodea.
La pérdida de confianza y autoestima en uno mismo, la carencia de habilidades sociales y la falta de capacidades desarrolladas para entrar en el mercado laboral, son algunas de las consecuencias que la pobreza acarrea entre los jóvenes de Kenia. La construcción de una escuela de acrobacias, en este contexto, no solamente pretende formar a profesionales, sino educar a parte de la sociedad y cultivar las semillas para el cambio social. Por eso, esta gira que lleva a los Afro Jungle Jeegs representa una oportunidad tanto para ellos, como para la comunidad de la que emergen.
“Durante esta gira vamos a asistir a un total de 17 eventos, en cuatro países diferentes: España, Italia, Suiza y Alemania. Visitar diversas comunidades europeas ya está siendo una de las mejores experiencias de nuestra vida. Porque llegamos a conocer a nuevas realidades y culturas”, confiesa Antony. En esta gira, Zaragoza, Burutain (Pamplona), Bilbao o Viladecans (Barcelona), ya han podido disfrutar de su espectáculo de entretenimiento. Pero a la audiencia ibérica aún le quedan un par de ocasiones para disfrutarlos y hacer su aportación a la transformación social de los barrios menos favorecidos de Nairobi. El próximo 18 de Julio estarán actuando en la Fira de Circ al Carrer de La Bisbal d'Empordà (Girona), para cerrar gira el 19 de Julio, en el Festival Pirineos Sur.
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