Los griegos se han pronunciado

De cómo un 3% de la población europea hizo temblar al resto. Aunque quizás para ser justos debería ser: cómo casi un 2% de la población europea lleva a Europa a lo desconocido.

Los datos de participación y el resultado del referéndum griego demuestran hasta qué punto la población del país heleno está hastiada de la Unión, de rescates y demandas, de pliegues por aquí y concesiones por allá.

Bien podría ser argumento de una novela lo que está sucediendo en Grecia en estos últimos tiempos. Para algunos, una novela de terror; para otros, la culminación de sus aspiraciones y sueños. Y es que lo que hoy está pasando en la cuna de nuestra civilización ha polarizado a toda Europa. La división es patente entre los propios Gobiernos de la Unión, así como de sus pueblos. Y no es para menos. La Unión Europea se dirige a lo desconocido y, en tiempos en los que debería mostrar firmeza y cohesión —recordemos el desafío británico—, está más dividida y frágil que nunca.

Y es que parece que es más bien una desunión lo que impera hoy día. Esperemos que Apolo ilumine los días que están por venir.— José Antonio Tarifa Cabrera. Adra, Almería.

Los ciudadanos griegos ya han tomado su decisión: quieren que les sigamos prestando dinero y que les perdonemos una parte de lo que hasta ahora nos deben.

Ahora habría que convocar otro referéndum en los demás países de la zona euro con la pregunta: “¿Acepta seguir dando dinero a Grecia y que Grecia le devuelva solo una parte de lo que le debe?”.

Una vez celebrada esta segunda consulta, supongo que Alexis Tsipras tendría que convocar un tercer referéndum preguntando a los griegos: “Y ahora, ¿qué hacemos?”.— Jorge Giorgi. Cercedilla, Madrid.

Me felicito por Grecia y felicito a todo el pueblo griego. Me felicito pues alguien le ha dicho no a cierta Europa, a sus formas, a sus estereotipos, a sus intereses, a la negación de una culpa de todos focalizada solo en los pueblos del Sur.

Me felicito. Me felicito porque se ha hablado votando, porque unos pocos han dicho lo que muchos pensamos. Me felicito, pues si yo hubiera podido votar, también habría votado NO.— José Abel Ajates Cónsul. Azanuy, Huesca.