México, laboratorio de la desigualdad

Por Consuelo López-Zuriaga, directora de Oxfam México.

En la lucha contra la pobreza existen ecuaciones que parecen de difícil solución. ¿Porqué un país como México, siendo la decimocuarta economía mundial (superando a España y Argentina) y habiendo alcanzado importantes tasas de crecimiento económico en los últimos años, continúa teniendo 53,3 millones de pobres ?

Todo parece indicar que el “milagro económico mexicano” dejó en la cuneta a casi la mitad de su población. Pero si vamos al fondo de la cuestión,pronto advertimos que el gran obstáculo para acabar con la pobreza en México es la extrema desigualdad económica que domina el país. Mientras que la riqueza de los multimillonarios mexicanos se multiplica por cinco, el 48% de las escuelas púbicas carece de acceso a drenaje y el 31% no tienen agua potable.

Para analizar este fenómeno Oxfam México ha publicado el informe Desigualdad Extrema en México. Concentración del poder político y económico, realizado por el economista Gerardo Esquivel Este estudio forma parte del lanzamiento de la Campaña IGUALES en México(cambialasreglas.org) cuyo objetivo es movilizar a la ciudadanía para cambiar las reglas del juego de un país, que vive atrapado en el círculo vicioso de la desigualdad, la pobreza y el bajo crecimiento económico.

México es hoy uno de los países más desiguales del mundo junto a India y Sudáfrica.Donde el 1% de la población concentra mayores ingresos que en Estados Unidos o Colombia . Pero lo más grave es que esta tendencia condicionaseveramenteel futuro de los mexicanos y la lucha contra la pobreza, limitando el crecimiento económico, alimentando la violencia estructural y secuestrando el poder del Estado en beneficio de unos pocos.

La desigualdad extrema está frenando el crecimiento económico e impidiendo que éste sea inclusivo y sostenible para propiciar una redistribución más equitativa. Hoy en México mientras el PIB per cápita crece a menos del 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por cinco y la pobreza se hereda.

Desde el punto de vista social existen vínculos directos entre el incremento de la violencia estructural en México y la desigualdad. De acuerdo a un reciente estudio delInstituto Internacional de Estudios Estratégicoslos países con más muertes por conflictos durante 2014 fueron Siria, Iraq y México.

Pero probablemente, uno de los efectos más característicos de la desigualdad en México sea la captura del sistema político y del Estado por las élites económicas, con el fin de maximizar y perpetuar sus beneficios. La explicación está en la combinación de: inversiones en sectores privatizados, concesionados y/o regulados por el sector público (como las telecomunicaciones y las industrias extractivas), unido a políticas fiscales muy ventajosas, falta de competencia económica e intervención de los grupos económicos en el papel regulador del Estado. El resultado final es una concentración de la riqueza sin precedentes que bloquea la acción de los mecanismos de redistribución y en definitiva, la construcción de una sociedad más equitativa y justa.

Para acabar con la pobreza en México es imprescindible combatir la desigualdad extrema que domina el país. Romper el círculo vicioso que gira perversamente entorno al impacto de la desigualdad sobre en el bajo crecimiento económico, la pobreza y la violencia. Es un imperativo cambiar las reglas del juego.