Las personas antes que las fronteras
Esta entrada ha sido escritaconjuntamentepor el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Europa y el Servicio Jesuita aMigrantes (SJM) de España sobre la agenda europea de migración
Los inmigrantes, esencialmente somalíes y eritreos, serán luego transferidos tras ser identificados a los centros de acogida diseminados en toda la península, en Roma, Milán o Nápoles.AFP
Según estimaciones oficiales, más de 1.200 personas han perdido la vida en el Mediterráneo en lo que va de año mientras intentaban alcanzar seguridad en Europa. La Organización Internacional para las Migraciones ha señalado que son cifras nueve veces superiores a las del año pasado para el mismo período. Estas terribles muertes representan las calamitosas consecuencias de las políticas migratorias europeas previas, más preocupadas por medidas de control y seguridad que por maneras de salvar vidas y proteger la dignidad humana.
Los trágicos naufragios de barcos en abril, incluyendo el del día 19 en el que se ahogaron más de 800 personas, conmocionaron a los europeos y movieron a la Unión Europea a actuar. El 13 de mayo la Comisión Europea publicó un comunicado sobre la nueva agenda europea de migración. Aunque el documento contiene algunas medidas diseñadas para salvar vidas y proteger los derechos humanos de los migrantes, otros aspectos de la misma han levantado las preocupaciones de las organizaciones sociales, incluyendo JRS Europa y SJM.
Es cierto que la agencia europea de fronteras Frontex ha recibido más dinero y recursos para continuar sus operaciones en el Mediterráneo. El presupuesto y área de intervención equivalen ahora a los de la operación italiana previa de búsqueda y salvamento Mare Nostrum. Podría pensarse que más recursos y un área geográfica más amplia significan que más migrantes serán rescatados en el mar. Sin embargo, aún se está discutiendo si la búsqueda y salvamento caen o no bajo el mandato de Frontex. Incluso el director de la agencia ha dicho que el mandato de Frontex es gestionar las fronteras y no salvar vidas. Estas discusiones entorpecen una operación que podía de lo contario implementarse de forma rápida y eficaz.
En segundo lugar, la agenda prevé un plan de reubicación por el que 40.000 personas eritreas y sirias llegadas a Grecia e Italia serán ‘redistribuidas’ en otros Estados Miembros. Sin embargo, varios países europeos –España entre ellos- ya han dicho que se oponen a esta medida. Y a pesar de la voluntad de la Comisión de sacar adelante este plan, las discusiones internas continúan. Además, la propuesta de reubicación y los criterios de distribución se centran en la situación demográfica y económica de los estados miembros pero ignoran las necesidades e intereses personales de los solicitantes de asilo.
Como proyecto piloto, el plan tiene ciertas ventajas. Si los estados miembros consiguen alcanzar un acuerdo para trabajar juntos, el plan podría generar nuevas ideas que sustituyan al sistema actual –“sistema Dublin”- de reparto de refugiados en Europa, que tantos fallos ha mostrado. Sin embargo, JRS Europa y SJM creemos que para que cualquier plan de reubicación tenga éxito debe tomar en consideración las necesidades y deseos de los propios solicitantes de asilo.
El reasentamiento proporciona una vía legal y segura para traer a refugiados desde los conflictos hasta Europa en cooperación con ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados. Hasta ahora solo la mitad de los 28 estados miembros han participado en el pasado en programas de reasentamiento. La propuesta de la Comisión Europea de reasentar a 20.000 personas en los próximos dos años es una cifra muy baja para una crisis global de refugiados como la actual. JRS Europa y SJM pedimos a todos los estados miembros que participen en este plan y que amplíen sus programas de reasentamiento.
Por último, la agenda pone demasiado énfasis en la lucha contra traficantes y apenas ofrece detalles de cómo abrir más vías de acceso legal y seguro a Europa a los migrantes forzados. Si la Unión Europea decide destruir los barcos de los traficantes, ello no cambiará la situación de quienes están decididos a alcanzar Europa a toda costa. Sin abrir más vías de acceso legal y seguro, esta medida puede poner en peligro la vida de estas personas forzándolas a permanecer en países que no brindan la adecuada protección.
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