Ellas brillan en la noche de Cannes
Una exclusiva cena organizada por Gucci reivindica un mayor papel para las mujeres en la industria del cine
Entre los muros de un palacete desde el que los invitados podían contemplar las luces de Cannes, un sinfín de celebridades acudieron a la llamada de Gucci para dar un empujón a la iniciativa Women in motion. Al evento más deseado del domingo en el festival que se celebra estos días en la ciudad, solo tuvieron acceso 200 invitados, y fue un auténtico quién es quién de la Francia cinéfila: Sophie Marceau, Isabelle Huppert, Vincent Lindon y el jurado al completo del festival (los hermanos Coen, Guillermo del Toro o Jake Gyllenhaal, además de la española Rossy de Palma).
En la mesa presidencial, Francois-Henri Pinault, el magnate que dirige el grupo Kering (que agrupa marcas como Bottega Veneta, Saint Laurent, Alexander McQueen o la propia Gucci) acompañado de su esposa, la actriz Salma Hayek, el actor Benicio del Toro y Carlota Casiraghi, hija de la princesa Carolina de Monaco e imagen de la firma.
Women in motion trata de equiparar el papel de la mujer al del hombre en un mundo tradicionalmente masculino como el del séptimo arte. Para ello Claire Danes, Hayek, Huppert y muchas otros rostros populares del cine colaboran con Kering en distintos eventos. La gran homenajeada de esta ocasión fue Jane Fonda. La legendaria actriz, que siempre ha destacado por su compromiso con distintas causas (especialmente el ecologismo) y feminista declarada, animó a los presentes a buscar “inmediatamente” la equiparación social y salarial de las mujeres en la industria, en un discurso que recordó al de la ganadora del Oscar a mejor actriz este mismo año, Patricia Arquette.
El evento quiere dar un empujón a la iniciativa Women in motion, que busca equiparar el papel de la mujer al del hombre en el cine
Fonda recibió un premio y se acordó de la otra premiada, probablemente una de las mujeres más poderosas e influyentes del cine independiente en Hollywood y fundadora de la distribuidora Anapurna, Megan Ellison. Allison también reclamó más atención a la feminidad en el cine: “Si no escuchamos y vemos lo que las mujeres tienen que decir nos estaremos quedando sin saber lo que opina el 50% de la humanidad”.
Un potente dispositivo de seguridad (que llegó a cortar calles de la ciudad) precedió una cena con pocos parlamentos donde también se reunió una amalgama de diseñadores, periodistas, abogados, realeza, actores y millonarios de todo tipo y pelaje. Todos disfrutaron de un menú lujoso pero extremadamente pragmático (burrata y lubina fueron las estrellas) que acabó poco después de la medianoche para seguir luego en un club privado, ya sin el jurado, que debía madrugar para sus obligaciones.
Al principio de la ceremonia se leyó una carta de la actriz Olivia de Havilland (inolvidable compañera de Errol Flynn en multitud de filmes clásicos como Robin de los Bosques o Murieron con las botas puestas), primera mujer presidente de un jurado de Cannes en 1965, animando a las nuevas generaciones de actrices y directoras a reivindicar su papel en el cine moderno. Al final, un último homenaje a la actriz Claudia Cardinale, ya que Gucci ha colaborado con el realizador Martin Scorsese en la restauración del filme de los sesenta Rocco y sus hermanos. La inolvidable actriz italiana fue una de las últimas en abandonar una fiesta en la que brillaron las mujeres y fue auspiciada por la propia organización del festival de Cannes, que ha firmado un acuerdo con Women in motion para ser su socio prioritario en Europa. “Un gran orgullo trabajar por fin con Francois-Henry Pinault”, dijo un sonriente Thierry Fremaux, director del certamen, para finiquitar la noche.
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