Prepárate para una santa desconexión en vacaciones
Ya están aquí, ya llegan. Esos días de vacaciones que llevamos esperando tanto tiempo asoman la nariz. ¡Santas vacaciones! Pero, ¿estamos preparados para afrontar unos días libres? ¿Realmente sabemos vivir sin trabajar? O mejor dicho, ¿sabemos desconectar del trabajo? Un reciente estudio de la empresa tecnológica BQ reflejaba una triste realidad: nueve de cada diez españoles no son capaces de desconectar del trabajo durante sus días libres. Una lástima, más si cabe, cuando los esperamos con tanta ilusión durante todo el año. Y no olvidemos algo, las vacaciones las necesitamos por salud (no digo las de Semana Santa, sino las que cada uno pueda tomarse). Según el Farmingahm Heart Study, las personas que no desconectan del trabajo durante todo el año, o que directamente no quieren irse de vacaciones, tienen un 32% más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón. Por ello, deberíamos aprender a desconectar aunque nos cueste.
El concepto de vacaciones ha ido cambiando a lo largo de los últimos años y no hace falta remontarse al siglo XVIII cuando solo estaban reservadas para una élite. Hoy, afortunadamente, casi todos asumimos la necesidad de poner el freno de mano en algún momento. Pero desde que Internet nos cambiara la vida, también modificó la forma de afrontar la desconexión total, una situación que ya casi parece una utopía. Reservamos billetes y hoteles por Internet, repasamos la prensa en la red, hacemos rutas guiadas a través de nuestras apps, subimos nuestras fotos a las redes sociales e incluso pagamos a través del móvil. El concepto desconexión ha cambiado porque ya no estamos desconectados nunca... A no ser que vayamos a un monasterio de clausura en busca de otro tipo de conexión.
Sin embargo, durante unas vacaciones convencionales también hay fórmulas para no seguir pegados al trabajo a través del móvil, el portátil o la tableta. Un estudio publicado por Harvard Business Review Press aconseja romper las rutinas de conexión cuando salimos de la oficina a través de pequeños trucos que no nos separan del móvil, pero sí del trabajo. Una de las ideas que nos ofrece es la de crear un correo electrónico alternativo para estas fechas, de forma que no haga falta tirar el móvil a la piscina para evadirnos, y seguiremos conectados solo con quien consideremos adecuados para nuestros días sagrados. En el caso de que haya necesidad de seguir en contacto con ciertos clientes o jefes, podremos desviar los mails a este nuevo, pero no nos llegará el enorme volumen habitual. Si optamos por activar el mensaje automático de ‘fuera de la oficina’, este curioso estudio nos aconseja hacerlo con una frase que no deje lugar a dudas al remitente. Ha de dejar claro que hasta que no regresemos no necesitamos que nos carguen el mail de tareas. Así la vuelta a la producción será progresiva y alejaremos la ansiedad.
Si los días de vacaciones los pasas con la pareja o amigos y necesitas consultar algunos mails o tareas pendientes, es bueno acordar momentos determinados para hacerlo. Puede ser durante el desayuno, después de cenar… cuando mejor consideréis, pero dejando claro previamente un marco que no interfiera ni desespere a los demás durante los días de disfrute. Al fin y al cabo ellos no tienen la culpa.
Por último, conviene modificar el habitual sonido de las alertas. Ya sean de mail, WhatsApp… todo lo que nos evoque trabajo lo debemos cambiar, ya que está comprobado que nuestra cabeza reacciona con ansiedad cuando escuchamos sonidos que nos llevan mentalmente a la oficina. Por eso, podemos poner la opción de que no salten automáticamente, sino cuando tú desees. De ese modo, tú eres el dueño de tu tiempo y no el resto del tuyo.
En definitiva, si cuando estás a dieta colocas lejos el chocolate… cuando estés de vacaciones, coloca lejos tu trabajo. Tu pareja, tu mente y tu corazón lo agradecerán.
Las 5 claves para disfrutar en vacaciones
- Saboréalas incluso antes de que lleguen. La ilusión con la que se viven las situaciones que nos gustan antes de que se produzcan incrementan nuestra motivación. Soñar es gratis y nos hace sentirnos vivos. Soñemos.
- Realiza lo que más te gusta. Aprovecha para dar rienda suelta a tus pasiones, ya sea viajar, pintar, leer, tirarte a tomar el sol… o aumentar tu colección de piedras. Lo que más te guste, pero aprovecha para hacerlo.
- Sal de tu entorno habitual. Intenta cambiar tus horarios y rutinas y, si el dinero te lo permite, de escenario. Si puedes escapar de tu ciudad, mejor. Si en el bolsillo hay telarañas, al menos intenta hacer planes diferentes.
- No intentes arreglar los problemas de pareja esos días. Que el disfrute os una. No es el momento de intentar solucionar lo que no hemos sabido durante el año. Suele acabar en reproches y con unas vacaciones para olvidar.
- El regreso duele, pero relativízalo. No hace falta estar haciendo una cuenta atrás constante, acaba en depresión seguro. Siempre hay un regreso, así que disfrutemos los días que tenemos sin pensar más allá. Y a la vuelta… a soñar con el verano.
Resumen: Cuando estés de vacaciones, coloca lejos tu trabajo. Tu pareja, tu mente y tu corazón te lo agradecerán.
Hoy a las 11.45 en @LasMananas_rne
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.