Lobos instruyendo a ovejas
La Asociación Española de Banca ha impartido durante las tres primeras semanas de marzo 600 clases a 6.500 escolares en 100 colegios de toda España. Dichas clases, impartidas por 400 voluntarios de 16 bancos, forman parte de un programa con vocación de permanencia en el tiempo. Pretenden mejorar la cultura financiera de los jóvenes enseñándoles, entre otras cosas, cómo ahorrar y llegar a fin de mes, la importancia del crédito, las posibles consecuencias de hacer un uso irresponsable o cómo adecuar el consumo a las circunstancias personales.
No sé a ustedes, pero a mí esta iniciativa tan altruista y aparentemente digna de aplauso me confunde. Reconozco la necesidad de este tipo de educación, pero pienso que debieran ser docentes debidamente formados para este fin, y ajenos a las corporaciones financieras, quienes impartieran estas clases. Dejar esta instrucción en manos de los banqueros es algo así como dejar que los lobos enseñen a las ovejas la manera de actuar ante un ataque de los mismos. Pero, siguiendo con la metáfora, se podría concluir que no sería necesario aleccionar a las ovejas si los lobos tuvieran siempre un comportamiento ejemplar. Si la Asociación Española de Banca quiere de verdad hacer algo para recuperar el prestigio y confianza dilapidados, es mejor que deje de dar clases magistrales e invierta sus esfuerzos en transparencia y en regular y supervisar, convenientemente, para evitar que quienes carezcan de escrúpulos y decencia puedan cometer abusos sobre sus clientes. Solo el buen hacer y una responsabilidad corporativa que tenga en cuenta el bien común harán que las entidades financieras recuperen la confianza y credibilidad justificadamente perdidas.— Pedro Serrano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.