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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

El conflicto en República Centroafricana, un retroceso en la lucha contra el SIDA

Por Madeleine Logan, oficial de comunicación en UNICEF RCA

Mariam y su bebé Foto:UNICEF

Estoy hablando con un grupo de mujeres con VIH en Bangui, cuando me doy cuenta de que Miriam se ha quedado callada, algo alejada del círculo. Lleva a su bebé en brazos. Tanto ella como su hija son pequeñas, muy pequeñas.

Fue su repentina pérdida de peso la que puso en alerta en primer lugar a los trabajadores humanitarios, quienes la recomendaron hacerse una de las pruebas gratuitas de VIH en el campamento de desplazados donde vivía.

Miriam se aterrorizó cuando dio positivo y descubrió que su bebé también se había contagiado. No se había hecho las pruebas durante el embarazo y le transmitió la enfermedad de forma involuntaria.

Miriam acababa de llegar a Bangui – sola con sus hijos – cuando se hizo la prueba del VIH. Había huido de su pueblo al norte de Bangui después de que la casa de su familia hubiera sido arrasada por los rebeldes, los mismos que habían asesinado a su marido.

Mientras me cuenta su historia, se pone a llorar. Las mujeres del círculo escuchan y asienten. En los dos primeros meses desde que le fue diagnosticada la enfermedad, su única fuente de fuerza y consuelo ha sido el Grupo de Apoyo de Transmisión de Madres a Hijos. Este grupo de mujeres que dieron positivo durante el embarazo, se reúnen cada quince días para compartir sus experiencias y apoyar a aquellos que se han contagiado recientemente.

Todas han pasado por lo mismo: el impacto y la negación de su diagnóstico; el rechazo de sus parejas y familia; el dolor de ver a su niños ridiculizados; y las primeras semanas, difíciles por tener que habituarse al nuevo tratamiento, los medicamentos antirretrovirales tan fuertes que les provocan náuseas – especialmente cuando tienen el estómago vacío. Y todo en una ciudad como Bangui en la que, al inicio de la crisis, los trabajadores humanitarios descubrieron cómo el 90% de la población desplazada vivía con una sola comida al día – casi todo el mundo tiene el estómago vacío. Las mujeres comparten historias, aconsejan y dan la bienvenida como si fueran familia. Sin estas mujeres, me cuenta Miriam, podría haberse dado por vencida.

Este pasado año, las mujeres solo podían reunirse de forma esporádica, debido a la constante violencia de la capital, Bangui, donde 50.000 personas siguen desplazadas un año después de que la cota de violencia alcanzara sus niveles más altos aquí.

No fue solo apoyo lo que les faltó. En todo el país, la mayoría de las personas no podían acceder a pruebas del VIH ni a su tratamiento, ya que los centros de salud estaban cerrados y había escasez de suministros de medicamentos en clínicas fuera de la capital – incrementando el riesgo de transmisión, aumentando la resistencia a los medicamentos entre la población y dejando a mujeres embarazadas con VIH incapaces de proteger a sus recién nacidos del contagio.

Una mujer, Estelle, me cuenta que en los momentos de mayor violencia se quedó sin tratamiento durante tres meses. No pudo encontrar ningún tipo de servicio en el campamento de desplazados ni en el centro de salud local.

Incluso antes de la crisis, el país tenía una de las tasas de prevalencia del VIH en adultos en África Central, con una estimación de prevalencia del 4,9% en adultos. La especialista de VIH de UNICEF RCA, Cecile Ndoli, dice que el conflicto – que ha destruido un tercio de los centros de salud – ha dado como resultado un número indeterminado de nuevos contagios.

“Estimamos que el nivel de contagio ha aumentado debido a que las madres no podían someterse a las pruebas durante el embarazo, a la utilización de las violaciones por los grupos armados para aterrorizar a las comunidades y al gran número de jóvenes fuera del colegio en riesgo de mantener relaciones sin protección”, cuenta.

Las pruebas del VIH y los servicios de apoyo están siendo reestablecidos en zonas que se recuperan de la violencia. Restaurar la prevención del VIH y de los tratamientos lo antes posible es clave y salvará vidas.

Encontrarán información sobre la labor de UNICEF con relación a la emergencia de RCA aquí.

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