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Alvarno pone un cierre de lujo a la Madrid Fashion Week

La firma de Arnaud Maillard y Alvaro Castejón gana por segunda vez consecutiva el premio a la mejor colección de la cita

Desfile de Arnaud Maillard y Alvaro Castejón para Alvarno.
Desfile de Arnaud Maillard y Alvaro Castejón para Alvarno.PIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

Tras cuatro anémicas jornadas, el desfile de Alvarno en la Madrid Fashion Week fue como toparse con una copa de champán en mitad del desierto. Arnaud Maillard y Alvaro Castejón hicieron alarde de algo tan raro como necesario en la cita: riesgo. Si la industria de la moda se sostiene sobre la premisa de la renovación constante –nuevas tendencias cada seis meses-, una pasarela no puede permitirse vivir instalada en el conformismo. La edición en la que la antigua Cibeles cumplía 30 años y que ha concluido este martes ha constatado la falta de voces propias y discursos relevantes. Un motivo de reflexión para todos los actores que intervienen en el sector español: de fabricantes a medios. Aunque la pasarela también confirmó que existen motivos para la esperanza. Entre otros, la ambiciosa sastrería de Etxeberría o la prometedora visión de Juan Vidal, pasando por el proyecto internacional de Juanjo Oliva. Y, por supuesto, el trabajo de Maillard y Castejón, que les ha valido por segunda vez consecutiva el premio L’Óreal a la mejor colección de la temporada.

“No hay que tener miedo a salir de tu zona de confort. Sino, acabas mostrando una y otra vez la misma colección con distintos estampados”, argumentaba Maillard. El francés trataba de justificar así una propuesta poderosa pero alejada del sofisticado estilo burgués con el que debutaron el pasado septiembre en la Mercedes Benz Fashion Week Madrid y que tan buena acogida tuvo.

Un momento del desfile de María Escoté en la quinta jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Un momento del desfile de María Escoté en la quinta jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.Zipi (EFE)

El dúo ocupa desde 2013 la dirección creativa de la mítica casa Azzaro -propiedad del grupo andorrano Reig Capital- con la que desfilaron en la alta costura de París hace apenas 10 días. “La gente esperaba que después de ese gran esfuerzo, trajéramos algo más sencillo o ahondásemos en lo que ya nos funcionó. Pero Alvarno es nuestro bebé”, defendía Castejón. La prueba de su compromiso es la apertura en Madrid la próxima semana de la primera boutique de la marca.

Allí llegará, además de una selección de prendas vintage y joyas, parte de lo visto sobre la pasarela. Maillard y Castejón consiguieron salir triunfantes de temerario reto que ellos mismos se habían impuesto: mezclar cuadros escoceses, pedrería, flecos y botas de mosquetero, y que el resultado no trasladase al espectador hasta la Marbella de Gunilla Von Bismarck. Los mínimos vestidos de jacquard troquelado, las sudaderas con incrustaciones y las túnicas de terciopelo lograban concentrar las dosis justas de sentido común y provocación. Pero la estrella del desfile fueron sus abrigos desmontables. El dúo interpretó en piel de cabra, lúrex y lana este tipo de chaquetones que una práctica cremallera transforma en chaquetas y que se han convertido en una de las piezas más reconocibles de Alvarno.

De la misma manera, los vestidos ajustados de estampados pop identifican a María Escoté. La catalana aportó a la pasarela sentido del humor y una pizca de transgresión, valores que definían a la cita madrileña en los ochenta y que hoy están en clara decadencia. Escoté, siempre inquieta, volverá a poner a la venta la colección en su página web en la misma noche del desfile. Dejó de hacerlo hace tres temporadas por exigencias de algunos distribuidores, y ahora regresa a esta iniciativa en la que tantos esfuerzos ha puesto y que, según asegura, comienza a dar sus frutos en el mercado nacional. Fuera, vende desde Hong Kong a Miami, y ha conseguido vestir a iconos de la música como Katy Perry, Miley Cyrus y Rita Ora. Sobre su pasarela de este martes: toreras de piel de conejo con estrellas de napa bordadas a mano, faldas que mezclaban piel sintética con seda y, por supuesto, sus clásicos vestidos. Esta temporada, la creadora opta por un patrón más sesentero y un tejido diseñado por ella y que “juega a emular el pelo de poni”.

Desfile de la firma Ailanto, creada por los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz.
Desfile de la firma Ailanto, creada por los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz.J. J. Guillén (EFE)

El punto fuerte de Iñaki y Aitor Muñoz, responsables de Ailanto, son precisamente los estampados y entorno a ellos articulan siempre sus propuestas. Para diseñar los de la próxima temporada otoño/invierno partieron de más de 20 collages propios, que estaban inspirados en la obra de Gunta Stöltz, directora del taller textil de la Bauhaus. A partir de estos delicados dibujos, que contienen desde frisos geométricos hasta eucaliptos, producen sus telas. Este laborioso proceso posee un valor en sí mismo más allá del resultado final de la colección. La presentada no se salió del guion juvenil y soñador que llevan interpretando desde hace años. Chalecos tiroleses, petos sueltos y una serie de abrigos idóneos para las dos tiendas que tienen en Madrid y Barcelona.

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Como en el caso de Agatha Ruiz de la Prada, de Maya Hansen pueden decirse muchas cosas pero no que carezca de una personalidad definida. Experta en corsés, mezcló por primera vez sobre la pasarela piezas de compleja arquitectura con otras más comerciales como sudaderas o leggins. Todas con la estética motera como referente. Tras 13 ediciones en Ifema, su objetivo es presentar en solitario. Hasta ahora, como Escoté, se ha sucedido sobre la pasarela con otro diseñador compartiendo maquillaje, peluquería y modelos, en lo que se ha bautizado como desfile doble. En teoría, aquellos a los que se les ofrece esta opción suelen ser los más diseñadores noveles: pagan un canon más económico (unos 1.500 euros) y, supuestamente, presentan menos prendas. Pero la madrileña ha demostrado que puede defender un show individual tan bien o mejor que muchos de los que llevan décadas haciéndolo. Y eso también es un motivo de reflexión ahora que la Madrid Fashion Week ya encara su cuarta década.

Los mejores

Cada temporada un jurado compuesto por periodistas y miembros de la organización de Ifema concede el premio L'Óreal a la mejor colección y a la mejor modelo de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Esta edición, el primero de estos reconocimientos recayó por segunda vez consecutiva en la firma Alvarno. Arnaud Maillard, uno de sus diseñadores, aseguraba que cuando se lo comunicaron pensó que era una broma. "No sabía que podían repetir. Es muy importante para nosotros porque llega en un momento clave, justo cuando estamos a punto de abrir nuestra primera boutique en Madrid", explica. El galardón consiste en la publicación de un editorial de moda sobre su marca en una revista especializada de tirada nacional. Da la casualidad de que el diseñador que precedió a Alvarno como ganador -Juan Vidal- también lo fue durante dos temporadas seguidas.

La mejor modelo fue la española Amanda Moreno, que abrió gran parte de los desfiles celebrados durante los últimos cinco días. La maniquí recibió un premio de 6.000 euros en metálico.

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