Un año de lucha contra el racismo
El día 16 de enero, Planeta Futuro y sus blogs asociados (salvo algunos más antiguos) cumplimos nuestro primer año de vida. Este aniversario de Migrados debería ser una fecha para celebrar, pero no lo siento así, creo que no estamos para tirar muchos cohetes en materia de inmigración en este país, de eliminación del racismo... "Pues escribe eso", me dijo un compañero periodista hace unos días. Eso haré, entonces.
Realizo un repaso mental de todas las cosas que han ocurrido en 2014 y se me viene un poco el alma a los pies. Las muertes de Ceuta, en febrero, estrenaron un año negro en el que hemos llegado a contar 3.419 muertes en el Mediterráneo, o eso dice Acnur, que no es cualquiera, y en el que hemos asistido impotentes a un sinnúmero de atropellos en la valla de Melilla, desde las devoluciones en caliente, totalmente ilegales pese a que el Gobierno quiera normalizarlasy hoy mismo haya defendido este extremo ante la ONU(y no lo digo yo sola, creo que está bastante documentado y hasta hay un comandante de la Guardia Civil imputado) hasta la falta de atención sanitaria.
Es un año en el que Migrados se ha centrado mucho en hablar, precisamente, de la valla de Melilla. Me hubiera gustado que el blog fuera más variado, que hubiéramos dado voz a más colectivos. Por desgracia, parece cierto eso de "good news, no news". Y, por otra parte, nos sabe mal dejar de contar lo que nosotros consideramos verdaderas injusticias. Así, por una parte creo que hemos dado mucho espacio y por otra pienso que aún podíamos haber metido más caña, más bombo a lo que ocurre en ese enclave español en el continente vecino.
El nuevo reglamento de los CIE también nos ocupó mucho tiempo, sobre todo a principios de año. Y a vueltas con esto hemos estado prácticamente hasta hoy, pues el último episodio con estas cárceles para inmigrantes sin papeles ha sido que nos prohibieron acompañar al eurodiputado Javier Couso durante su visita al de Aluche, en Madrid. Aprovecho que saco este tema para contar que Miguel Ángel Nogal, el secretario general de Extranjería y Fronteras contestó a la carta que Couso le hizo llegar, en la que protestaba ante la prohibición de que le acompañaran periodistas y también de hablar con internos. El señor Nogal dice en su escrito que una de sus principales preocupaciones es garantizar el respeto a la intimidad de los de los internos, por la que también vela el Defensor del Pueblo. Y yo me pregunto, ¿no podrán decidir los propios internos si quieren hablar y con quién? De los periodistas no dice nada, claro. Creo que este asunto me da para otra entrada en el blog, porque no logro entender tanto misterio.
La exclusión sanitaria ha sido otro de los asuntos que nos ha preocupado este año. Hemos publicado muchos textos al respecto; algunos de nuestros blogueros y otros de personal de diversas organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes. Médicos del Mundo calcula que 600.000 personas han perdido ya su tarjeta sanitaria y está sin cobertura médica, pero el tema, pese a que se han realizado varias campañas de sensibilización, pasa un poco desapercibido, me da la impresión.
Un fenómeno preocupante que estoy observando en las últimas semanas es la ola de racismo que está sacudiendo el mundo, y España también, por supuesto, desde los asesinatos de los periodistas de Charlie Ebdo y los subsiguientes sucesos, que acabaron con 20 muertos. Sin menospreciar en ningún momento la gravedad de lo ocurrido, y mostrando desde ya nuestro absoluto rechazo a lo ocurrido y a cualquier otro sueceso que implique algún tipo de violencia, creo que se han perdido los papeles. Estas muertes han sido la excusa para que muchos aireen su xenofobia con total libertad, metiendo a árabes, musulmanes, subsaharianos, creyentes, no creyentes, negros, magrebíes y lo que sea en el mismo saco. He leído en las redes sociales comentarios y opiniones bárbaras, desde el hashtag #stopislam, como si todos los musulmanes fueran terroristas, hasta frases del tipo: "Me cago en el Islam, en la puta madre de Mahoma y en el cerdo de Ala. Los islamistas son una puta escoria que habría que erradicar de Europa por lo menos, mandarlos de donde salieron, el desierto y dejar que se maten entre ellos con sus luchas tribales". A mí, comentarios tan violentos como este me preocupan. Y me preocupo más cuando me entero de que han proliferado las pintadas con amenazas a los musulmanes en varias mezquitas españolas. Me apena que en este país seamos tan cerrados de mente y que permitamos que paguen justos por pecadores así, tan alegremente.
Pienso en todos estos sucesos que salpican nuestro día a día y pienso que no hay mucho que celebrar. Más bien, hay mucho por lo que seguir trabajando. Sí celebro, ciertamente, que hay mucha gente que sigue trabajando por defender los derechos de los más vulnerables, que hay mentes despiertas que al menos están dispuestos a escuchar argumentos distintos a los suyos y a reflexionar. Celebro que exista un blog como Migrados donde podemos quejarnos, denunciar lo que nos parece injusto y mostrar también la otra cara de la inmigración, las historias y los nombres que hay detrás de los titulares genéricos, los números y las estadísticas.
Espero que, si llegamos a un segundo aniversario, tengamos alguna buena noticia que dar. La mejor sería que hemos decidido cerrar esta bitácora porque ya no es necesario quejarse por nada. Mientras eso no ocurra, solo me queda las gracias a todas las personas que hacéis posible Migrados. Desde nuestra casa, Planeta Futuro, nuestros blogueros, colaboradores puntuales y ONGs, hasta el más anónimo de los ciudadanos que un día nos contó su historia para que fuera publicada en este blog. ¡Gracias y a seguir!
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