Humor y redes sociales en Costa de Marfil
Autor invitado: Santiago Ormeño García (Nairobi)
Youtubers urbanos como Papounigang ensayan en Facebook un humor escatológico alejado de la política. Tras años de conflicto, Costa de Marfil quiere pasar página. Probar basura del jardín disfrazado de señora, bailar en calzoncillos, recrear un combate de boxeo contra una cucaracha, subtitular los cabreos del mismísimo Adolph Hitler con la selección nacional marfileña, versionar a James Bond tirando pedradas, cantar con la boca llena el himno de la UEFA o celebrar 6.000 fans dándose 6.000 cabezazos contra una reja. Son algunos ejemplos del humor escatológico en clave africana que reivindica el colectivo Papounigang.
Todo empezó en febrero de 2014. “Vi el vídeo de parodia de Bart Baker de la canción Wrecking Ball de Miley Cyrus y me hizo gracia, así que se me ocurrió hacer algo parecido”, nos explica desde Abiyán, capital económica de Costa de Marfil, Kone Latyf Kader, “jefe supremo” de la Papounigang. Esa tarde, este estudiante de derecho cogió su ordenador HP 650 y se grabó a sí mismo con una peluca de señora y pintalabios cantando con voz distorsionada una canción de la superestrella marfileña DJ Arafat.
Sin saberlo, con ese vídeo de mala calidad, Kader, estaba haciendo una declaración de principios: “Mucha gente no entendió que me pusiese lápiz de la labios y una peluca. En Costa de Marfil no hay todavía cultura de hacer comedia con eso”. No se trataba de reivindicar nada, sino sencillamente de hacer reír, eso sí, utilizando recursos y lenguajes nuevos aprendidos en Internet “me puse la peluca porque Bart Baker la lleva y para enseñar que era en broma”.
En solo unos meses desde su creación, la página de Papounigang acumula un numero nada desdeñable de seguidores para el país, y cada uno de sus publicaciones genera cientos de me gustas y decenas de comentarios. Este grupo de ocho amigos forma parte de una nueva generación de jóvenes youtubers marfileños entre los que también destaca Mr Leevy. Con edades comprendidas entre los 21 y los 23 años, sus integrantes apenas habían nacido cuando murió el primer presidente Felix Huphet Boigny. Tras la difícil transición que acabó con un golpe de estado en 1999 y una insurrección popular que aupó al opositor Laurent Gbagbo al poder por aclamación en 2000, su generación ha crecido en la anormal normalidad de un país dividido entre tropas rebeldes y gubernamentales, con episodios de violencia política a lo largo de una década, que tuvo su último acto tras las controvertidas elecciones de 2010 que terminaron con el arresto de Gbagbo y 3000 muertos.
“Después de los eventos de 2010 los marfileños estamos cansados. La gente se quiere reír. Es todo. Hablamos de los temas que interesan en Facebook, si los ‘Elefantes’ (nombre del equipo nacional) han perdido otra vez, hacemos un video, si Beynaud y Arafat (megaestrellas locales del estilo musical couper decaler) se pelean, montamos algo, pero solo queremos divertirnos y hacer reír y procuramos dejar de lado la política que es un tema muy sensible”. Su humor fresco, pueril a ratos, que solo pretende faire du buzz, (que la gente hable de ellos), está cargado de referencias a la cultura popular contemporánea, con guiños a la actualidad del país, como el ébola o, en el caso de Leevy, a las inundaciones que sufrió este invierno la capital.
Citan como fuente de inspiración al youtuber francés Rémi Gaillard (un tipo que la monta en sitios públicos con disfraces de animales) de quien tomaron su divisa “c’est en faisant n’importe quoi, qu’on devient n’importe qui” – “es haciendo cualquier cosa cuando uno se convierte en cualquiera” (en francés, n’importe quoi significa también ‘chorrada’ o ‘tonteria’) pero han creado un estilo propio, y muy local. El propio nombre Papounigang es un homenaje al pequeño Papou, un personaje infantil de la revista humorística Gbich (biblia del humor gráfico marfileño) cuyas viñetas son compartidas por Facebook a través de la página Blague a l’ivoirienne en todo el África francófona.
El grupo va consolidando vídeo a vídeo un elenco irreverente de personajes absurdos: la insufrible Go Malickou la novia de Papouni (“gracias por las braguitas que me has regalado cariño, pero ¿por qué me las compras todas del mismo color? A la gente no le va a gustar”), el loco (¿o loca?) Zin Zin, la peligrosa banda de ‘los microbios’, o Dagobert, presidente de la asociación de hombres maltratados, cuyas alocuciones reivindicativas son interrumpidas por su mujer persiguiéndole con un pilón.
El humor, una tradición marfileña
Es fácil rastrear en Papounigang la influencia y el histrionismo del célebre cómico Gohou, leyenda viva del humor africano. También se identifica la influencia de la calle como fuente de inspiración y el sentido de auto parodia, rasgos reconocibles de la comedia ‘a la marfileña’, que tuvo en el desaparecido cineasta Henry Du Parc uno de sus grandes exponentes internacionales.
Ya en los 90, las letras y videos del zouglou – estilo musical juvenil surgido en el barrio popular de Yopougon - partían de hechos insólitos o disparatados pero siempre aportando una visión humorística de la realidad que vivía una generación de jóvenes urbanos en plena crisis económica para los que nadie tenía un plan: les Potes de la rue se burlaban del tribalismo, Petit Denis recreaba en Insecurité el atraco a una casa en el que la abuela exige ser violada como todas las demás mujeres, y Petit Yode y el Enfant Siro hicieron en Victoire una recreación de la lucha definitiva entre el bien y el mal con Jesucristo y Satanás peleándose a golpe de Karate ante los vecinos de un barrio popular.
Las temáticas se oscurecieron en la siguiente década con la degradación política del país, pero el humor ha seguido jugando en Costa de Marfil un papel muy importante. Humoristas como Le magnifique y el senador Agalawal tienen repercusión internacional, y, recientemente, emisiones como Afterwork en radio Nostalgie abordan la actualidad en clave satírica. La importancia del humor es tan grande en la esfera pública marfileña que incluso un personaje tan poco divertido como Guillaume Soro, antiguo jefe político de los rebeldes Forces Nouvelles y actualmente presidente de la Asamblea Nacional, cuenta con una sección de vídeos satíricos en su página web.
Si el Zouglou era la expresión de rebeldía de los jóvenes de las nuevas clases urbanas empobrecidas de los 90, el “Buzz” humorístico de Papounigang y otros animadores del Facebook marfileño expresa los anhelos de una juventud de clase media (los videos están grabados en buenas casas, no en barrios populares) que sencillamente aspira a divertirse, acumular seguidores, “faire du buzz” y en definitiva, vivir con una normalidad que su generación aún no ha podido conocer. “No planificamos nada, improvisamos, esto no es una empresa en la que nos reunimos dos horas en consejo de administración: encendemos el ordenador y uno hace una cosa y otro hace otra. Hacemos esto para divertirnos, como también quedamos para jugar al futbol, solo somos un grupo de estudiantes”, concluye Latyf Kader.
(Costa de Marfil celebra elecciones presidenciales en este 2015 con la esperanza de que por fin se desarrollen de manera pacífica, lo que no ha sucedido desde la muerte de Huphet Boigny en 1993)
Más información sobre Costa de Marfil publicada en nuestro blog pinchando aquí
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.