4 fotosEl aceite de la belleza y otras razones para volver a MarrakechSi solo pudiera realizar cinco actividades en la ciudad marroquí, estos son los rituales eco en los que siempre aperece recaerEstefanía Ruilope Ruiz04 ene 2015 - 00:14CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUno de los productos más conocidos de la zona de Marrakech y Essaouira es el aceite de Argán, muy cotizado en los últimos años en toda Europa. Este proviene del fruto que da un árbol de la familia de los Sapotáceos y que, únicamente, crece en la parte suroeste del país. Con multitud de usos, los más demandados son para el campo de la belleza y de la cocina. ¿Cómo se consigue? En las diversas cooperativas de mujeres, ellas son las encargadas de producirlo de manera natural, empleando utensilios hechos a mano. Lo matizan así: “Este aceite ocupa un papel importante en nuestra tradición berebere”. Primero, se recolecta el fruto y se deja secar al sol durante un tiempo determinado; seguidamente, se pela y se utiliza únicamente una parte del mismo. Llega el turno de molerlo hasta que se obtiene el famoso líquido marrón. De cada 5 kilogramos de fruto de argán, se extrae 1 litro de aceite cosmético.El 'hammam', también conocido como baño árabe, forma parte de la cultura marroquí desde hace siglos y es uno de los servicios de belleza más demandados de todo Marruecos. Se trata de una modalidad diferente de baño de vapor, cuyo objetivo principal es limpiar y relajar el cuerpo. En el Riad Demeures d´Orient, en Marrakech, cuidan hasta el mínimo detalle para que el cliente disfrute de esta experiencia con todos los sentidos. La dueña del Riad, francesa de nacimiento pero con un español perfecto, nos cuenta en qué consiste el tratamiento: “Primero, con el vapor se provoca que el cuerpo sude y se abran los poros, lo que facilita que la limpieza sea más profunda y consiga ir más allá de la capa superficial de la piel. Se cambia de zona a la conocida como templada, para llevar a cabo la friega –la parte más importante del programa–, en donde una mujer, con la ayuda de un guante de crin y un jabón elaborado con ingredientes naturales, exfolia todo el cuerpo. ¿El resultado? Una piel limpia y luminosa”. Dónde: Arset Ben Nasser. Riad LaârousEntrar en el Riad de Le Bled es transportarte a otro mundo. Si Marrakech se caracteriza por tener unos terrenos secos y más bien desérticos, este espacio es un auténtico oasis. En el momento que se cruza la puerta del hotel, con diez únicas habitaciones, el paisaje cambia de una manera radical; cientos de metros de zona frondosa repleta de una gran variedad de árboles, abundante vegetación y un edificio construido acorde al paisaje. Lo explican los propios dueños: "Seguimos a rajatabla la filosofía ecológica, usando materiales que no dañen el medio ambiente y autoabasteciéndonos de productos. Contamos con un huerto, cuidado de forma muy natural, que nos proporciona alimentos para hacer ricos platos a nuestros clientes, como naranjas, aceitunas, tomates y hasta plantas aromáticas”. Dónde: www.lebledmarrakech.comEn el Riad Imilchil (www.riadimilchil.com ), todos y cada uno de los alimentos que se sirven, tanto en el desayuno como en las diversas comidas, tienen un denominador común: son traídos por ellos mismos cada día de huertas y campos repartidos en diversos pueblos de las montañas de la cordillera del Atlas. Uno de los dueños, Mohamed nos narra: “Somos nosotros los que hacemos el viaje al pueblo. Nos organizamos por turnos para ofrecer productos frescos y naturales a nuestros clientes. Nos gusta servir alimentos que sabemos que han sido tratados de manera limpia sin el uso de productos químicos innecesarios. Si tengo que destacar alguno de ellos, recomiendo las naranjas y las manzanas. Las cogemos una a una con mucho mimo”. Dónde: Jnane Ben Chagra Souiqa, 32.