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Diez canciones protesta del pop español en 2014

Este año ha sido complicado en lo social. Grupos con estilos muy diferentes lo han reflejado en sus temas

Carlos Marcos

2014 ha sido un año duro en lo social. Tanto, que en contra de sus episodios más oscuros se han aliado propuestas del pop español tan distantes estilísticamente como las que representan Miguel Bosé y, por ejemplo, Ornamento y Delito; o Manolo García y Los Chikos del Maíz. Esta vez lo importante es el mensaje, y ahí todos han coincidido. “¡Basta ya!”, han gritado. Estas son diez de las muchas canciones que el pop español ha dedicado a la denuncia en los últimos 12 meses.

Nada de nada, de Fito&Fitipaldis

“He compuesto muy pocas letras sociales o políticas porque caducan enseguida, pero esta vez no lo he podido evitar. Con todo lo que está pasando…”, comenta Fito Cabrales sobre esta canción de su nuevo disco, Huyendo conmigo de mí. En la letra, el músico bilbaíno se declara hastiado del alto nivel de corrupción: “Mientras todos dicen: ‘Nadie es culpable de nada’./ Dime si sonrío con la gravedad adecuada./ Tiempo de ladrones, de cerrar las persianas./ Quiero que me digas nada de nada”. Rebaja la indignación el ritmo vacilón de rock and roll con el que la banda envuelve la letra.

Subo escalas, bajo escalas, de Manolo García

Manolo García hurga en su amplio vocabulario para denominar a determinada clase política como tipos con “mentes de páramo gélido”. ¿Rebuscado? Quizá. ¿Acertado? También. La canción se llama Subo escalas, bajo escalas, se incluye en su reciente disco, Todo es ahora, y dice: “Fragor y rabia./ Me hastía ser frenético títere de unos derviches con mente de páramo gélido”. En otro momento de la canción, clama: “Por qué hemos de admitir que esos pocos puedan hacer sufrir a tantos y envolver nuestras vidas de gris”. El músico justifica así sus canciones sociales: “Ver la perspectiva social es ver nubarrones para todos. No podemos mirar para otro lado”.

Sí se puede, de Miguel Bosé

Muchas veces creador de sugerentes metáforas, ahora (en su reciente disco, Amo) Miguel Bosé va directo, sin adornos. Ya desde el título de la canción (Sí se puede) y hasta el estribillo: “Y disparan al ciego justo en el centro del ojo./ Y le roban la silla al enfermo y al cojo./ Y mienten a diario en toda y cada promesa./ Y acusan al pobre de exhibir su pobreza”. ¿Hace falta que el cantante diga nombres?

 Laissez faire, de Ornamento y Delito

Desde las barricadas del rock underground español, Ornamento y Delito lleva años denunciado los tiempos vidriosos que nos azotan. En su nuevo disco está Laissez faire, una expresión francesa que se puede traducir por: “Dejen hacer y pasar”. Este lema se refería a las aspiraciones del bando radical de la libertad de mercado: aplicar la fórmula sin importar si quedaban cadáveres en las cunetas. La letra no se anda con sutilezas: “Todo podrido, todo en venta, todo lo que tocas, todo lo vuelves mierda”. Se incluye en su disco de 2014, El espíritu objetivo, rock con proclamas que son cargas de profundidad.

Polvorado, de Nacho Vegas

Resituación, el denominado “disco político de Nacho Vegas”. En efecto, es un álbum de denuncia, pero también es verdad que el artista asturiano lleva tiempo dotando a sus textos de mala leche. Eso sí, pocos tan directos como este Polvorado, que arranca así: “¿Dónde está nuestro pan, patrón?/ ¿Dónde quedó todo ese dinero?/ ¿Lo tiene oculto bajo el colchón o lo escondió en otro sucio agujero?”. No, muy contento no esta Vegas últimamente.

Firme aquí, de Los Enemigos

Las preferentes, ese concepto bancario que desgraciadamente ha sido tan protagonista en los largos años que llevamos ya de crisis. Después de 15 años sin publicar canciones nuevas, para su regreso en 2014 con el disco Vida inteligente, Los Enemigos tratan el tema en Firme aquí: “Es un serio compromiso, abuelo, el que firmó./ Fuimos claros y precisos, usted no preguntó./ Sin condición, otorgó el permiso”. Josele Santiago escribe desde el punto de vista del banquero, que le informa al preferentista de que se ha quedado sin sus ahorros. Tan cruento como real. “Es nuestro homenaje a los yayos”, dice Josele sobre la canción

Golpe maestro, de Vetusta Morla

Cuando Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, escuchó esta canción del último disco de Vetusta Morla, escribió en su Facebook: “Golpe maestro, qué temazo de Vetusta Morla. De esos que hacen sentir que podemos”. La pieza de los madrileños denuncia el saqueo financiero. “Robaron las antenas, la miel de las colmenas, no nos dejaron ni banderas que agitar./ Cambiaron paz por deudas…”. El estribillo repite: “Fue un atraco perfecto, fue un golpe maestro, dejarnos sin ganas de vencer./ Fue un atraco perfecto, fue un golpe maestro, quitarnos la sed”. Hasta que se llega a la última estrofa, que llama a la esperanza y la lucha: “Fue un atraco perfecto, excepto por esto: nos queda garganta, puño y pies./ No fue un golpe maestro, dejaron un rastro, ya pueden correr./ Ya vuelve la sed”.

La casa y el lobo, de Ismael Serrano

La discografía de Ismael Serrano está repleta de textos de compromiso social. Para su álbum de 2014, La llamada, elige la estructura de los cuentos tradicionales y la figura del malvado lobo para tratar el tema de los desahucios. “El cerdito menor compró su casa./ Hecha con adobe y paja fue su hogar./ La vistió de amaneceres y recuerdos…/ Concedió un lobo feroz la hipoteca, una jaula de oro con alto interés./ El cerdito trabajaba y trabajaba para cumplir puntual con su deber”. El cuento continúa con mucho realismo: el temido desahucio. Pero, como ocurre con Golpe maestro, de Vetusta Morla, al final el pueblo se rebela: “De repente un río de gente apareció firme e iracundo./ Y a la casa de adobe y paja rodearon como un muro./ El pulmón de un soplador emitió un leve suspiro./ La marea dio respuesta al acoso del vecino”.

Los invisibles, de Los Chikos del Maíz

Desde Valencia, Los Chikos del Maíz disparan sus rimas contra todos, y sin temblarles el pulso. Tan directas que algunos de sus textos han sido criticados por duros y violentos. Ellos se defienden diciendo que es “humor negro”. En Los invisibles ofrecen un repaso a la actualidad sociopolítica española y no dejan títere con cabeza. La canción arranca así: “Hoy se ha vuelto a suicidar una persona justo el día en el que iba a ser desahuciada./ Mientras, el presidente del banco en cuestión sonríe en su mansión mientras brinda con cava./ Y no pasa nada, mañana será otro día en el que será indultado otro policía que golpeó a un inmigrante en comisaría”. El texto, profuso en nombres y en crudas definiciones, alienta a no resignarse: “Pero nos quieren asustados, dóciles, callados, entre nosotros enfrentados./ Y en lugar de derrocar al amo, pasamos la vida luchando entre los esclavos./ Y el miedo es nuestra condena, pero, mira, no hay nada que perder salvo las cadenas”.

Año nuevo, de Grupo de Expertos Solynieve

“Habrá que eliminar a los que usan la violencia para hacernos callar./ Porque a partir de ahora hay un nuevo plan./ Servir al dinero se va a terminar./ Lo siento”. Grupo de Expertos Solynieve, el proyecto de raíces que forma Jota, cantante de Los Planetas, da por concluida la etapa del liberalismo económica salvaje. Con un ritmo casi mariachi, en el texto el vocalista se dirige a quien quiera darse por aludido: “Tu mundo se ha acabado y ahora el nuestro va a empezar./ Y vamos a averiguar quién decía la verdad./ Igual que adoras tu el dinero nosotros vamos a adorar la verdad, el conocimiento y la libertad”.

Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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